viernes, 30 de julio de 2010

¡CUIDADO CON EL GNOMO!

Espanto. Ver al personaje en televisión produce verdadero espanto. Un vocablo tan preciso y tan en desuso cuadra perfectamente con la impresión que el individuo y su imagen causan. En persona y por televisión. Algún día los ciudadanos se darán cuenta y le deberían pasar factura. A él y a sus asesores y gabinete. A su camarilla. Por coherencia ética quienes intentamos observar rigurosamente los valores superiores de la convivencia impartidos oficialmente deberíamos tener por principio decir la verdad. Intentar separarnos de la masa para tomar distancia y perspectiva, comprobando el esperpento y calificarlo. Después de todas esas escrupulosas acciones, propalarlo a los cuatro vientos sin miedo.

Realmente es que ha superado con creces el modelo más perverso. Si tuviera dignidad dimitiría o pondría a la totalidad de la sociedad –a la sociedad toda, no a sus lobbies preponderantes- las cartas sobre la mesa. Las cartas auténticas, no las marcadas de tahur clandestino. Nunca dirá la verdad porque no le interesa. Posiblemente porque se ha socializado desde muy joven en la mentira y en el secretismo. Tal vez sufra algún complejo inconfesable. Pero la realidad es que empieza a dejar las mismas desgraciadas consecuencias que el Othar famoso.

Suele decirse que en las perversiones la copia supera al original, y en el presente caso es un axioma:
- La denominada derecha cree en las privatizaciones. A nuestro hombre simplemente le gustan los ricos.
- Esa muestra de “coacción paternalista” –nosotros sabemos lo que es mejor para ti- es algo que a mucha gente le resulta desagradable en el triunfalismo de nuestro hombre.
- Transmite una impresión de profunda convicción, pero nadie sabe muy bien en qué. No es tanto sincero como Sincero (en el idioma inglés se aprecia muy claramente esta distinción).
- Para mucha gente y especialmente para los hombres y mujeres de más de cincuenta años no ofrece nada por lo que merezca la pena votar.
- Aunque nuestro hombre y su camarilla suenan falsos incluso a sus votantes más fieles, reflejan algo muy verdadero sobre el país en general.
- El es líder carente de autenticidad de un país carente de autenticidad.
- Sus decisiones son un “broma cruel”.
- Su política: un compromiso cuidadosamente elaborado entre la iniciativa económica privada y la compasión social. El resto, hueca demagogia.

Todo esto lo decía el historiador Tony Judt hace casi 10 años respecto del modelo británico sobre el que se encaramó, constituyendo su imagen pública, nuestro hombre para aspirar al Gobierno. Se encuentra recogido en el capítulo 13 (¡gato, gato!) de su libro Sobre el olvidado siglo XX. No sólo les es aplicable a rajatabla a nuestro hombre sino que, con creces, ha superado ya perversamente a su modelo de partida.

Todos estos recuerdos le han surgido a este viejo Dacio Gil hoy mirando por televisión la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros. Esa rueda de prensa donde los actores y el público rigurosamente seleccionado y sentado estratégicamente según su estatus, vienen produciendo espanto por los signos que emiten. Náuseas incluso.

Acaso algún lector parta de vacaciones o tenga un jardín. ¡Cuidado! Puede que el gnomo se les aparezca en el jardín (“el gnomo en el jardín” titula Judt el capítulo 13 citado). Y, aparecido el gnomo, las irreversibles consecuencias son las de Othar: el jardín se muere.

Verdaderamente con esto de la globalización, todos somos, allá y aqui, igual de necios y se nos ha contagiado la estulticia. En esa coordenadas, la baronesa Jay tendrá también razón sobre nosotros: Estamos satisfechos con que nos vaya cada vez peor. Somos también un pueblo capaz de alegrarnos no de los males ajenos, sino de los propios.

Así nos va. Así dicen que nos gobiernan. Entre la negligencia criminal y la mala gestión.

En vacaciones ¡Cuidado con el gnomo!

jueves, 29 de julio de 2010

MARRÓN Y MARRONEROS VARIOS. ¡OLÉ!

¡Ay Señor, la que armaron, la que liaron con la salía…!” Esta gente raya la zoofilia moral, o el bestialismo ético. Están literalmente desnortados o son malvados. Los políticos que han aprobado esa cosa de aspecto normativo que interdicta la tradición hispana son el paradigma de animal superior. Haciendo que protegen a los animales inferiores para que nada cambie y poder seguir viviendo al abrigo del frío que sufre el pueblo. Ozú hasta dónde se puede llegar para intentar mantener el voto. Pero nada hay de lo que nos debamos extrañar: es la política, la modulación de la angustia. Utilizando el nombre en vano de la democracia y el estado de derecho, terminarán prohibiendo las periquitas en las jaulas de las casas. Terminaran prohibiendo los acuarios domésticos. Terminarán prohibiendo el onanismo en el cuarto de baño. Terminarán prohibiendo el vermú dominical con la familia. Pero nunca suprimirán sus caducas instituciones parlamentarias ni las elecciones, ni la vida muelle de los políticos, ni los restaurantes, ni las grandes superficies que venden de todo además de carnes asépticamente empaquetadas. Consecuencias inmanentes de la cultura según Bauman. Otra vez el nefasto Nosotros la cultura.

Toda esta bullanga recuerda al siglo XVIII con sus embestidas contra la tradición y la sustitución de los dioses tradicionales por nuevos dioses. La ilustración mal entendida y manipulada de nuevo. La rigurosa separación entre gobernantes y gobernados a la que gusta aludir el sabio Ignacio Sotelo. Esta desdichada decisión hará correr ríos de tinta y será la realidad de nuevo manipulada por los políticos de aparente oposición para sus oscuros intereses. El viejo Dacio Gil -que ni es meapilas, ni jacobino ni simpatiza con el totalitarismo- está ya escaldado de estos asuntos del fumar, los toros, las multas, el terrorismo de Estado, la cleptocracia y la impunidad guatemalteca. Es decir: el estado de excepción del cuarto de baño y el domingo. ¡Ya está bien de toros de Osborne y contratoros de Osborne! ¡Ya está bien de narcotizantes como las celebraciones de “la Roja”! ¡Ya está bien de clasificar a los seres humanos por la práctica del fumar o no fumar! A la mierda con las arbitrariedades “culturales y felicitarias”. Que nos dejen de una vez seguir muriendo en paz. Da miedo el personal de animalario convertido en gestor eficaz y eficiente; igualico, igualico que el difunto CSIC. La institución que inocula la locura, el cáncer, la malaria, el estrés, el hambre, la sed a todo tipo de seres vivos bajo la mortaja del avance científico. Los animales en proceso de muerte que se "agencia" el Gobierno de España...

Quienes ahora prohiben las corridas de toros se reunen semanalmente en los mejores y más caros restaurantes con sus conmilitones para dar cuenta de solomillos, entrecots, estofados, filetes a la plancha entre otros muchos condumios para seguir intentando vender humo o encantar serpientes. Así de cínica es la vida pública. Acaso para aportar un granito de reflexión para que se les caiga la cara de vergüenza, pero ni siquiera para intentar cambiar su errada decisión–nada bueno debe de esperarse ya de los políticos actuales- sino para esperanzarse en que tengan algún que otro corte de digestión intelectual cuando les llegue a la mesa la comanda, el viejo Dacio Gil les pone el siguiente texto delante de sus ojos y su menguada mente, cual aceite de ricino, para que esos politiquillos de ocasión puedan leer –si no han olvidado leer y si no la conocían ya- la letra de la canción de aquel santo bebedor de corazón anarco que vestía un riguroso terno negro con camisa blanca y corbata también negra, de perfecto burócrata. Del autor de la memorabla “Stefanie”. Del incomparable Alfredo Zitarrosa. Para que recuerden antes de masticar, mientras se humedecen sus papilas gustativas, que el producto que humea ante su concurrida mesa también sufrió previamente Mobbing por parte del animal superior:

Temblando, con el frontal partido con el marrón, por el marronero, cae sobre sus costillas, pesada como un mundo, la res... Cae con estrépito, de bruces sobre el cemento... Balando al descuajarse su osamenta, ya sólo un pobre costillar enorme, ya sólo un pobre cuero y sangre, media tonelada de huesos astillados, hincados en toda esa vida temblorosa y atónita. . . Ahi se va alzando, como un pesado pingajo, atrapada por la pata por un gancho que le salta arriba, que la alza por un ojal abierto en el garrón de un cuchillazo en plena estupidez sentimental, en plena media tonelada de monstruoso dolor, incomprensible, absurdo, balando, plañidera y tonta, como un escarabajo que no piensa, mientras medita lentamente por qué duele tanto y por qué duele qué parte de quien que es ella misma, la res, abierta al descuartizamiento atroz por todas partes, que nunca habían dolido y que eran tantas partes, tan extensas. . . Y que pastando nunca había dolido... Haciendo leche, esperma, músculos, crin y cuero y cornamenta viva, que eran la vida misma manando hacia sus adentros, vibrando tiernamente como un sol cálido hacia sus adentros... Y nunca habían dolido... Ya está colgada... Las patas delanteras se enderezan, se endurecen y avanzan hacia adelante y hacia arriba, implorantes y fatalmente rígidas, rematadas en cortas pezuñas que hace un instante amasaban el barro del corral, el estiércol de otros cien balidos, Dinosaurios del siglo de las máquinas, nacidos para morir de un marronazo... Ahora ya es carne azul colgada en la heladera: "Uruguay for export"... Aquella res, que murió de un marronazo, cayó y tembló todo el frigorífico... Aquella otra res que recibió el marronazo en plena frente, de dos dedos de espesor, mientras entraba al tubo desconfiando porque allí no había pasto, alcanzó a comprender que había otra res delante, balando, que ya se la llevaba el gancho... Y cayó detrás, también, y el cemento tembló bajo esos huesos... Aquella otra res, que esquivó el marronazo y que cayó también, con un ojo reventado y una guampa partida, deshecha también cayó y tembló la tierra, tembló el marrón, tembló el marronero; la res, murió temblando de dolor y de miedo... De un marronazo en plena frente "for export" del Uruguay...

Sobran mayores reflexiones o argumentos. Desgraciadamente es la democracia del siglo XXI a la española. Bajo bandera. Bajo mortaja.

miércoles, 28 de julio de 2010

GRAMÁTICA PARDA

Hace algún post este viejo Dacio Gil anunció que hablaría de Honorio sobre el que ya se adelantaban reflexione en aquel post. Y se hará en el presente para destacar la importancia de la sabiduría no académica, del talento natural para enfocar la vida y adoptar soluciones justo donde los libros, los científicos, las academias y las universidades no tienen respuesta o la tienen tan ambigua que es como si no la tuvieran.
Irán apareciendo en esta Tribuna Alta Preferencia sabios populares, gente aparentemente corriente que atesora unos conocimientos humanos que para sí quisiesen muchos premios Nobel. Gente que ha dejado huella. Personas sin ninguna vanagloria, aureola ni aires de grandeza, pero que con su consejo o su sola presencia dejan una huella indeleble en quienes les conocen. Su semblanza se hará por orden de actuación y sin ninguna jerarquía entre ellos, pues todos y cada uno son “Doctores honoris causa” en Gramática Parda.

Ni que decir tiene que el estandarte que distingue a este ramillete de hombres y mujeres ilustres es el libro de Juan García Hortelano que lleva ese mismo título y es sumamente difícil de empezar a leer pero es una joya de ironía. Muy similar a “Escuela de Mandarines” de Miguel Espinosa, una historia de la universidad y sus más conspicuos representantes: los “enmucetados”, los catedráticos. Obra difícil de leer y avanzar por el denso contenido de sus ironías y mensajes intelectuales. García Hortelano y Espinosa no han tenido el reconocimiento que merecían pero su producción es de una altísima calidad literaria y satírica y son obras de dos personas que no vivieron del cuento institucional. Juristas ambos, funcionario uno, importador exportador el otro. Quien consigue traspasar el desconcierto de las primeras páginas comprobará en Hortelano y en Espinosa su espíritu crítico, su empleo del pensamiento y la razón recubiertos de sátira para que no duela tanto lo que dicen. Sabios, sabios, sabios y mil veces sabios. Sabios en un contexto de asfixiante banalidad. Dacio Gil promete dedicar un post exclusivamente a estos dos genios que posiblemente se acantonaron en actividades profesionales que no eran su auténtica vocación (¿acaso la universidad?). Hortelano incluso osó en su día oponerse al en aquel entonces todopoderoso Eduardo García de Enterría. Pero eso nos desvía. La promesa está cursada: volveremos, tratándolos como se merecen, sobre Juan García Hortelano y Miguel Espinosa. Intentaremos tratarlos como se merecen: unas primerísimas figuras.

Honorio. Honorio es un salmantino con un monumental pecado. Dios le dio un elegante porte, una maravillosa voz, un gran sentido del humor, una masculinidad ortodoxa que le ha hecho siempre irresistible para las mujeres. Siempre las ha encandilado con cuatro cucamonas y han sido ellas la que le han buscado siempre. Ninguna se le resistió. Todas pugnaban por él. Con esos atributos Honorio se dejó llevar y cultivó una cierta metodología que le abría todas las puertas (y otras cuestiones) femeninas. Ha sido, como no cabe dudar, la envidia (sana y no tan sana, que de todo hay en la viña del señor en materia de poner el ojo en una bella; hay hombres que pueden intentar aniquilar al contrincante) de todos los hombres. Honorio es esencialmente una persona generosa y buena que no ha jugado contracorriente: eran las mujeres las que se lo rifaban o se ponían a tiro sutilmente. Lo demás era coser y cantar (nunca mejor dicho, y contar chistes). Honorio nunca se jactó de sus conquistas (que eran notorias, esculturales y brillantísimas) y siempre lo consideró un don natural. Todo ello con un saber hacer, una magistral facilidad para imitar cualquier voz y transformarse en cualquier figura y la generosidad propia de un caballero, le condujeron a una vida de éxito que facilitaron las mujeres evidenciando que ninguna se resistía a unos encantos que siempre ha sabido cultivar. Sus consejos en materia de la esencia de la vida no tienen desperdicio y ya los conoce el asiduo seguidor de esta tribuna. Una facilidad natural para la vida siguiendo el hilo conductor de las mujeres, de todas las mujeres. Dacio Gil nunca escuchó de su boca una diatriba contra cualquier mujer. Antes al contrario, la consideraba lo mejor de la naturaleza…junto al hombre en los lugares más adecuados (o inadecuados). El alquimista encantador de mujeres. El Emperador del Gineceo.

Ramos. Dacio Gil conoció a Ramos (desgraciadamente este viejo Gil no recuerda con exactitud el nombre por lo que lo omitirá para no errar) en la burocracia de la democracia. Un Señor con todas las letras y atributos. Distinción, elegancia y prudencia distinguían a este hombre que ha dejado una huella indeleble es este viejo Gil. Cualquiera que le viera, tan equilibrado siempre, tan educado, sin tomarse jamás una licencia extravagante, lo consideraría un marqués o un ilustre catedrático de los de antes. Nunca ha participado Dacio Gil en una jubilación con más honesta satisfacción como en la del señor Ramos. Entendía que Jubilación viene de júbilo y que el homenajeado reunía todas las cualidades para un cálido y sentido homenaje. Indelebles están en la memoria de este Gil el cruce de juegos florales merecidos en aquel restaurante de la calle de la Cruz, casi frente al abuelo, hoy desgraciadamente desaparecido. Ramos era ordenanza en el Ministerio de Sanidad y era guardia civil en destinos civiles. Un auténtico Señor. La dignidad en persona. Un ejemplo a seguir. La santa aristocracia natural.

Nemesio. Conoció Dacio Gil a Nemesio en unas circunstancias algo rocambolescas. Había acudido el usuario de la Tribuna Alta Preferencia a Consuegra el primer año que se llevaba a cabo el Consuegra Medieval con tan mala suerte que la programación había acabado el día anterior. Estando a pocos kilómetros Malagón de Consuegra, el viejo Dacio Gil decidió acercarse a aquella localidad para ver a una compañera malagonera y su familia que deberían encontrase allí veraneando. Al viejo Dacio le debió traicionar el subconsciente por aquello del salir de Málaga y entrar en Malagón y pensó que Malagón sería pequeño. Si si pequeño, Malagón es grande, con lo que dificultaba enormemente la labor de localización sin saber ni calle, ni apellidos, ni otros datos identificativos. A lo que se suma que en Malagón se identifica a las personas sólo por los motes. Dacio Gil recordó someramente tres datos deshilvanados: residencia de tercera edad de monjas; edificio aledaño; casa de la hermana -creía- y los nombres de pila de la pareja. Localizó la residencia regentada por la congregación de hermanas y la casa contigua. Justo en la puerta había un señor con una bicicleta recostado contra la pared de la vivienda. Dacio Gil le hizo una serie de preguntas con los datos que disponía –que eran los que ya se han descrito- y el señor muy amablemente contestó una por una a todas las preguntas, parecía que más o menos se centraba con a qué personas se refería Gil, pero no aportaba respuestas contundentes. La más certera era que ese día –creo que Martes, o tal vez Lunes- se celebraba el mercadillo de la localidad y que allí podría tal vez encontrar a quienes buscaba. Labor infructuosa dado el tamaño de la localidad. Cuando ya se aprestaba a regresar hacia Madrid, tras casi dos horas de infructuosa búsqueda, Dacio Gil encontró a la pareja y el interlocutor de la bicicleta resultó ser el padre de la compañera que no había soltado prenda sobre datos relevantes: el gran Nemesio. Esa fue la primera lección: no descubrir toda la verdad a los desconocidos. Pero sólo fue la primera. Después han sucedido muchas lecciones sobre la vida, el ejército, el trato, las mentiras, engaños y requiebros en los negocios, los caballos y todo lo que no está en los libros. Nemesio es un tío grande con unas cualidades innatas para captar a la gente y maniobrar entre seres humanos. Es una lección permanente y una enciclopedia sobre cómo sortear las trampas de la vida. Sin un gramo de impostura. Dándolo todo con generosidad cuando te conoce y reconoce. Además de todo ello –que no es poco- Nemesio es un hombre valiente y generoso. Porque para ser generoso hay que ser valiente y para ser valiente hay que ser generoso. Ambas cualidades caracterizan a Nemesio. El viejo Dacio Gil considera a Nemesio un sabio de la vida: lo ha dado todo y recibe lo que le llega. Es un hombre grande y una mina de sabiduría. Dacio Gil aspiraría a ser como él, aunque Nemesio es irrepetible. Es un claro exponente de catedrático de escuela de comercio, como Miguel Delibes. Se diría, por su forma de proceder clarividente, que se sepa enteritos códigos de comercio en chino pequinés. Vale para el negocio que viene con los chinos y para cualquier negocio. Lo ha demostrado tratando con los estados mayores del ejército, con congregaciones de monjas, y con equipos de tratantes. Y como dice él: mucho de lo que no está en los libros se aprende en el proceso de tratar con los gitanos…

Flores. Flores llega a la vida del viejo Gil a los 12 años. Con su aspecto poco cultivado este manchego de Talavera ha demostrado con sus obras y su inteligencia natural que no todo esté en los libros. Flores es otro ejemplo humano. Con sacrificio y lealtad completa Flores –junto a Veva incansable trabajadora y de una viveza natural inconfundible- supo hacerse un hueco en esta vida por su clarividencia y sus dotes de mando. Aunque su apellido era Vicario, Flores no era nada vicario, era el Obispo principal, el jefe natural. Con su trabajo, su disposición, su amplitud de miras y su talento natural Flores no sólo salió adelante sino que sacó a su familia con una rectitud que produce sana envidia. Su lealtad con Don Carlos fue total y éste supo corresponderle en todo lo que pudo. Flores nunca se amilanó por nada –y tuvo razones para amilanarse- y siempre buscó la solución más incruenta. Joven hasta decir basta lo demostró casi hasta el final de su enfermedad. Sin una queja, sin una maldición, siempre riendo y contando anécdotas y recordando a don Carlos. Siempre orgulloso de su tribu y sobradas razones tenía para ello. Flores era un verdadero librepensador, de los sólidos no de los de pacotilla. Un General. Flores era un General. De caballería.

Mariano. Mariano era un alcarreño de Cifuentes. Un trabajador a carta cabal y un primor contando historias de la guerra civil, de la postguerra y de la vida. De presencia poco aparatosa su alma era inversamente proporcional a su cuerpo. Rezumaba bonhomía y proximidad una vez rompía el hielo del respeto por las categorías sociales. Mariano era honesto a carta cabal no sólo con los números sino también con el espíritu. Dacio Gil ha pasado grades momentos escuchando la vida de Mariano. La batalla del Ebro y sus vicisitudes incitaban al entonces joven Gil a acudir a los libros para complementar la enseñanza. La reclusión de potguerra en Lérida, los informes eclesiásticos buscados por los familiares para sacarlo de allí, la posterior vida en silencio. Mariano había vivido las incomprensibles consecuencias de una guerra civil. No transpiraba el menor resentimiento ni resquemor. Asumía en la vida lo que le llegaba pero no olvidaba. Un hombre bueno y un gran viticultor. El Heródoto de la guerra civil. Y el padre Mundina laico de huertos y jardines.

María y Pedro. María y Pedro hacían una tándem campeón. María era la cabeza pensante que no tenía aduana mental que cribase sus pensamientos: decía lo que pensaba. En un mundo de falsedad constante como el que nos rodea, el decir las cosas en corto y por derecho es toda una virtud, la autenticidad, pero granjea a veces sinsabores. Estos vallecanos siempre lo han entregado todo. María con su disposición irrestricta y Pedro con sus manualidades sin prisas. Ambos lo daban todo y no esperaban nada a cambio. La vida tal vez no les ha devuelto todo lo que han dado, que ha sido mucho y amorosamente dado. Dacio Gil les debe mucho a ambos. Tanto que no permite reducirse a palabras, se aprecia más y mejor observando a determinada persona. Por lo general, según se siembra en las personas así crece lo plantado. Pedro y María los primeros naturalistas. La verdad por encima de todo. Una pareja de sabios. Dolorosamente sabios en algún aspecto. La verdad entregada sin celofanes. Como más gusta...y escuece.

El viejo Dacio Gil acaso se encuentre en una nueva etapa vital. Su vida ha estado –y sigue entando- rodeada de libros pero tal vez sea el momento de seguir a Herman Hesse en aquello de no buscar más en las estrellas y los libros y empezar a escuchar –y poner al alcance de los demás- las enseñanzas que comunican la sangre y la vida. Por eso se seguirá esforzando en traer a esta Tribuna Alta Preferencia personajes ilustres de carne y hueso tal cual son o han sido, sin maquillajes y sin biografías inventadas o infladas. Sabios de carne hueso. Doctores “honoris causa” como Honorio, Ramos, Nemesio, Flores, Mariano, Pedro y María. Mucho más enriquecedores que toda esa cohorte de falsas moneas que aparece a diario en los medios de comunicación. Piedras preciosas de las que no se encuentran en las universidades ni en los ministerios de educación. Pura gramática de la fetén. Gramática parda.

martes, 27 de julio de 2010

AMORES NO CONVENCIONALES EN LITERATURA Y COLEGIALES LEÍDOS Y FORMADOS

Encontrábase el viejo Dacio Gil hace una fecha tranquilamente sentado en el parque del Retiro, en la completamente tranquila, fresca y sombreada vaguada del jardín francés aledaño al campito de La Chopera, deleitándose con la prosa y la formulación de ideas de Elías Canetti, cuando se le acercó un viandante matutino junto a una imponente perra negra. Resultó ser Antonio de Cavanilles, antiguo compañero de colegio. Antonio era ya en la juvenil etapa de los estudios en los Dominicos muy inquieto y leído. Se caracterizaba por estar todo el día interviniendo en obras de teatro, festivales folk y actividades culturales. No cumplidos los 15 años ya contaba con su propia biblioteca de obras literarias, ¡su propia biblioteca comprada con su dinero y elegida por él! Dada su facilidad para los idiomas –lo que le homologaba al escritor que Dacio Gil leía esa mañana en el parque del Retiro- algunos le llamábamos Antoine, aunque otros le llamaban el poeta por la facilidad que hilvanaba ripios, sonetos y canciones e incluso algunos, en esa manía juvenil de los motes, llegaron a motejarle como el torero o Petronio, por su atildado porte aristocrático.

De Cavanilles siempre se caracterizó por la inquieta frescura, contenido y claridad de su pensamiento y de sus sueños de progreso. Atributos que no ha perdido ni un ápice con el paso de los años, como demostró en la conversación que se expondrá a continuación. Tras los saludos y remembranzas de rigor, de Cavanilles indagó de inmediato en la lectura de este Gil y al comprobar que se trataba de Canetti la conversación discurrió por los meandros de la biografía del escritor búlgaro-español-austriaco-suizo-inglés-alemán, su forzado nomadismo y su compleja y apartada vida. Salió a relucir, claro está, la relación con Iris Murdoch y los tintes de escándalo que se le han querido dar. Y ahí es donde surgió el cúmulo de conocimientos del compañero de colegio: articuló toda una teoría muy sugerente sobre “el amor y la atracción intelectual” no necesariamente sexual ni tampoco asexuada. De Cavanilles entiende que la decepción de Canetti con Murdoch que traducen sus propios escritos es fruto del distanciamiento intelectual, de la distancia crítica no por un repudio sexual o carencia de atracción. Mantuvo en aquella fresca mañana que analizar la relación con la óptica del sexo es errar indefectiblemente. "Ese tipo de relaciones –afirmó- se mueven en el plano de la atracción intelectual aunque haya otras atracciones". Dacio Gil lo miraba atónito aunque, como siempre, atrapado por el sugestivo análisis, cuando de Cavanilles apostilló: “Y si no, recuerda que la relación de Gabrielle Ménardeau con Julius Wittkop fue pura fusión intelectual”. "Si, si claro" –le respondió este Gil desconcertado ya que no había oído hablar de ambos. “Era una relación muy compleja basada en la libertad. Ambos buscaban y practicaban la libertad y la complicidad”. "Ya, ya" –apostilló este Dacio Gil intentando tapar sus deficiencias biográficas y literarias. “La historia de la literatura tiene exponentes similares a la relación de los Wittkop, ella lesbiana y él homosexual y separados en edad por 22 años. Además Gabrielle luego se enamoró también (amor total, su gran pasión, lo llamaba ella) de Christopher otro homosexual que frecuentaba los locales de prostitución en Bombay y apareció muerto acuchillado. Era tal su amor que le dedicó la obra el necrófilo. Según Gabrielle nunca mantuvo relación sexual alguna con él.” Este viejo Gil abrumado por los conocimientos del compañero de Cavanilles intentó parecer que sabía: “interesante mujer esta Gabrielle, esta Gabrielle…Men… Men...” – “Mènardeau –auxilió presto Petronio- aunque es más conocida como Gabrielle Wittkop. Los genios por lo general no son reconocidos por sus coetáneos y ni en Francia ni en Alemania se llegaron a entender sus libros, demasiado fuertes para la moral de la época. Sus novelas sacaban a la luz las contradicciones de la sociedad en un tono irónico y aparentemente morboso o macabro, pero también con ácido humor. Fíjate Dacio: una mujer que, declarándose lesbiana, proclamó su misoginia y llegó a decir que carecía de instinto femenino y escribía y vivía como un hombre. Nunca fue al colegio. Leía ocho horas diarias a partir de los cuatro años en la biblioteca de su padre que desde muy pequeña le dijo: Aquí no hay nada prohibido, los libros te ayudarán a pensar por ti misma, intenta no ser nunca una más en la masa. Alguna vez la preguntaron la razón por la que sus protagonistas tenían poco respeto a la vida y ella parece que respondió respeto es una palabra muy vaga. Si consideramos la historia de la humanidad con frialdad se verá que es una sucesión de asesinatos y muerte. Pero hay una gran hipocresía que niega que el Homo Sapiens sea malvado. ¡La literatura y las relaciones entre los literatos son reflejo de la sociedad, iluminan la caverna, Dacio! Sade, Voltaire,La Mettrie, Holbach, Condillac…” En ese instante la imponente perra de nombre Roda o Rolla, no recuerda bien este Gil, comenzó a ladrar impaciente tirando con fuerza de la correa y al cabo del amo. "Me marcho ya , me alegro mucho de verte Gil, de verte tan cambiado y tan apacible lector, tú que eras un abanto en el colegio" se excusó el colega de Cavanilles.

Cuando ya había avanzado unos metros tras despedirnos se volvió y dijo “¡los libros condujeron a Gabrielle a la vida que llevó, pero la salvaron de la desesperación, la soledad y el autismo!... Ah, por cierto ¿viniste a la Feria del Libro? El 30 de junio cumplió Slawomir Mrozec ochenta años y la editorial Acantilado ha editado un ejemplar gratuito homenajeándole e incluyendo el relato “el león”. Todavía en las librerías buenas lo regalan y si no lo consiguieses entra en acantilado.es y teclea Slawomir Mrozek. ¡Vaya tio! ¿Te acuerdas? En mi habitación la cama estaba allí, el armario allá y en medio la mesa. Hasta que me aburrió. Puse entonces la cama allá y el armario aquí" – dijo de Cavanilles impostando la voz. Ambos nos reímos compartiendo la complicidad. Y ya de lejos nuevamente apostilló "¡Cuidado con los libros, las mujeres y las revoluciones: Pueden hacer tanto bien como mal!". Ambos nos hicimos señales con la mano. Era una verdad culta, consecuente, como las que solía anotar y suele decir este leído inquieto y siempre utópico y juvenil compañero de colegio.

Como sucedió lo cuenta este Gil para no desfigurar nada: Habrá que estar atentos a Slawomir Mrozek que parece que vuelve con renovados y justos bríos y descender a contemplar el mundo relacional entre escritores -y demás artistas- como la de los Wittkop u otras. Reflejo de la vida. La vida vivida y no sólo contada en abstracto. Los cuentos de Mrozek son parábolas irónicas sobre el absurdo de las instituciones, lo engañoso de la ingeniería social y la necesidad constante del entrenamiento del pensamiento y la razón. Las novelas de la Wittkop parecen estrafalarias y morbosas, pero no lo son: hacen pensar con cierto humor sobre el sexo, la atracción, la sociedad y sus atributos buenos y malos. Sigan el consejo del compañero colegial: busquen el librito gratuito de Acantilado referido a Mrozek e indaguen tanto sobre él como sobre la vida y las obras de Gabrielle Wittkop. La vida ironizada.

sábado, 24 de julio de 2010

DE OTRO TIPO DE PASIONES; AHORA MEDIÁTICAS: DE NUEVO LA ROJA.

Este viejo Dacio Gil, por lo general busca nutrientes para su nuda supervivencia de Diógenes, o sea rebusca y revuelve aquí y allá por todo tipo de lugares en los que pueda acampar, desprevenido o no; novedad, viejo o de ocasión, un libro “en soporte papel” que le arroje ideas o, al menos, le suscite la posibilidad de imaginar o conectar principios y valores que le conduzcan a ideas o pensamientos. Hay en ello, amén de un afán por intentar comprender lo mucho de incomprensible que rodea al “okupa” de esta Tribuna Alta Preferencia, una patología fetichista con la materialidad de un libro que se toque, se hojee y desprenda ese olor característico a nuevo, a viejo o a “semoviente”. Esta modalidad es cada vez más frecuente pues en las librerías de lance se encuentran últimamente interesantes libros relativamente recientes (4 ó 5 años) que antes de ser destruidos y reconvertidos a masa para papel (antes se mandaban en barco a sudamerica, pero hoy no debe de ser rentable), son ofrecidos en ese tipo de librerías especializadas (o en el Vips) al precio de una caña con un pincho. Se trata de libros importantes –aunque cualquier libro contiene algo importante, siquiera mínimo- que el bibliófago depredador tiene la tentación de adquirir a sabiendas de que mucha de la información contenida en ellos, al menos su sinopsis, se puede encontrar navegando en Google. El viejo Gil hay días que regresa ufano a su tonel diogénico con bolsas repletas de libros a muy buen precio y es reconvenido por su santa esposa por el enorme lugar que ocupan y por contribuir a la muy fundada sospecha de que este viejo Dacio Gil ya no podrá haber llegado a leer en su integridad antes de su ineludible óbito ni siquiera los libros adquiridos antes del año 2000 suponiendo –lo que es bastante atinado- que llegue a releer apenas un 0,1 % de los libros de su biblioteca. En ese sentido, es cierto, los libros resultan ya inútiles para tener información y contribuyen more geométrico a la acumulación de polvo y a la alarmante reducción de espacio. Lo trágico es que el viejo Gil sigue creyendo que la sabiduría está en los libros. Eso sí, siempre ocupando un lugar subalterno de la fecundante sabiduría que pueda destilar un viejo, de la que no siempre se aprovechan los atentos afortunados escuchantes.

El desproporcionado introito viene a cuento porque la semana pasada el viejo Dacio Gil se topó en una de las magníficas y bien pertrechadas bibliotecas municipales con el último número (el único bimensual) de la Revista de Occidente –siempre tan atenta al estado de la realidad y del pensamiento- que dedica su frontispicio monográfico al tema El azar y la pasión. El fútbol y la cultura global. Encabeza la exposición Vicente Verdú que desarrolla las incisivas ideas de 1982 ya noticiadas en un post anterior y los periodistas y escritores que le acompañan despliegan los aspectos simbólicos y rituales de este “símil del videojuego” al decir de Verdú que por sí y acompañado de los "medios” y el Poder ha tenido secuestrada la atención de la mayoría de la humanidad y no digamos al conglomerado de habitantes de España. Manuel Arias Maldonado (Después del partido. Para una antropología de la celebración deportiva) hace unas atinadas reflexiones sobre la pasión desatada y ya comentada en este blog.

Todo ha sido, en efecto, representación cabal de una sociedad y una época, y eso sería precisamente lo que debería preocuparnos ahora que ya sólo queda el rebufo mercantil de la pasión desbordada.

El usufructuario de esta “Tribuna Alta Preferencia” esperaba haber provocado en un anterior post con la alusión medida a la “áspera felpa roja” o lo de “toparse de pecho a tetas”. La falta de lectores ha manifestado su más descarnada faz, aunque bien es cierto que de nuevo ha aparecido la amiga Cuca (¡Esta Dama Dama con su espíritu de absoluta precisión!) remitiendo un correo en el que identifica la paternidad de ambas expresiones situándolas correctamente en el parágrafo 34 del libro Registro de recuerdos (contranovela) del sabio de Zamora y hace ver a este Gil la oportunidad desaprovechada de, al hilo de todo ello, sugerir tres lecturas, todas ellas muy apropiadas a la catarsis inducida que se ha vivido en España. La novela Elogio de la pasión pura del catedrático Sebastián Serrano. El cuento ¿Cuáles son los míos? de la prodigiosa mente de Juan García Hortelano. Y "last but not least" la farsa trágica Pasión del padre de las expresiones en cuestión que no es otro, claro, que Agustín García Calvo.

Juan García Hortelano ha sido un hombre y un escritor singular sobre el que hablaremos en un próximo post, pero -como atinadamente ha recordado Cuca en su email- el pequeño cuento ¿Cuáles son los míos? compendia en su brevedad todo lo importante de la vida, bajo el influjo de las horas inútiles dedicadas al futbol, el jugar a empatar o el gol en propia puerta. Juan García Hortelano, un genio tan genio que es difícil de degustar. Puro bouquet.

Elogio de la pasión pura es el universo cognoscitivo y afectivo de un deportista que reflexiona rememorando:
-“¿Pensamos alguna vez que el lenguaje y la comunicación pueden tendernos trampas? ¡Pobres de nosotros! Nos cargamos las culpas: ¡La culpa la tiene ella, él, mi marido, mi mujer. ¡Basta! (…) entre nosotros siempre hay diablillos que juegan con los signos. Entre nosotros y la realidad, y entre nosotros y los demás. Su tarea es la de ponernos trampas, si, es su trabajo, y nosotros, bobos, caemos en ellas.”
-“En realidad, aunque parezcan triviales los signos, las imágenes simbólicas presentadas por la televisión le ofrecen a nuestra gente un medio para situarse en un mundo ordenado. En otros tiempos fueron los mitos y las historias ligadas a las religiones las que ofrecían el marco donde las personas situaban sus vidas. Hoy, la pantalla ofrece los modelos para vivir la vida.”
“… el mítico Enrique VIII que prohibía a diestro y siniestro, a las personas que no llevaban el sello de la nobleza todos aquellos juegos que hoy en día conocemos como deporte. Había castigos muy fuertes para los jugadores de tenis o de fútbol. Claro que el espíritu de esta voluntad de limitar los deportes a los “gentlemen” sobrevive aún en las anacrónicas reglas del amateurismo”.

Cuca, además en el email me anunciaba que me remitía la farsa trágica de García Calvo por correo ordinario (el librito pesa y abulta poco en sus 39 páginas en octava). Pasión es un librito cuyo mensaje vale mucho más que se precio venal de 6 euros: la tragedia de un deportista sirve para entreverar reflexiones varias sobre el mundo mediatizado por el Padrepueblo:
- “(Pienso) en esta vida que me traigo –dice el deportista-, pendiente de si gano o si pierdo, y en forma, siempre en forma, para un fin que ni sé ni quien me manda".
- “Todas las prensas y las ondas y órganos de educación viven pendientes de esta cita con la cucaña y, al compás de los Medios, vibran todas las almas de la población" –dice uno de los políticos.
- “No hay miedo: tengan conmigo todos fe, que es la fe que en mí habéis puesto lo que me afirma a mí en mi fe" –sostiene el deportista.
- “Es tu victoria de toda la Humanidad, que va progresando contigo metro tras metro, siglo tras siglo, hasta el juicio final "–canta el himno.
- “Víctima no se llama nunca al héroe triunfante" –proclama el Padrepueblo.
- “ ¡Maldito el que te hizo creer que tu fin era el oro del mundo y el ascenso, y te trajo a caer en este mísero fin, este monigote de la gloria! ¡maldito, quien fuera, el que inventó deportes ni competiciones, el que vació tu vida y tu amor para que lo llenaras en esta estúpida hazaña! ¡Maldito tú Dios, y mil veces te escupo a lo alto, que mandaste que fuese una madre yo, para hacerme madre de esto!" –llora la madre.
- "Escuche y calle de una vez: por encima de los vínculos y el amor de la madre está el servicio a los intereses de la nación y la Humanidad. Pero es que ahora ya no hay guerras, y en la paz es la competición que aspira a las metas más altas lo que hará que cada vez más alto el hombre sea y mejor." –cuela de matute el Padrepueblo.
- "El Hombre será cada día más alto y más fuerte, cada siglo irá el Hombre subiendo más alto hasta el cielo y la gloria de luz sideral. ¡Gloria, gloria al que ha dado su vida y su cuerpo por la fe y el progreso del Ser, del Estado y del Capital" –canta un coro para cerrar la obra.

Cuca como siempre ha dado en clavo y ha auxiliado a este viejo Gil e iluminado en vía de regreso a los hipotéticos lectores. Dice que ella prefiere a Agustín García Calvo en otras obras, como por ejemplo Contra la pareja o Relatos de amor, pero que para ser cabal y certero debería referir a esta obra en la Tribuna Alta Preferencia. Así lo hace este viejo Gil, Cuca: la mariquita Lucina ha ido leyendo los pasajes del libro que gentilmente remitiste mientras el viejo Gil intentaba confeccionar este post ajustándose a lo acontecido.

jueves, 22 de julio de 2010

ESTRUCTURA DE SENTIMIENTOS Y PASIONES: VIDA, ESCRITORES Y LITERATURA.

Los humanos somos los animales que, precisamente por esa cualidad autoatribuida de racionalidad, tropezamos siempre en las mismas convenciones que consideramos convicciones. Este viejo Dacio Gil está persuadido de que las convenciones sociales son muchas veces corsés innecesarios que en general dificultan un análisis certero de las diferentes situaciones que acontecen impidiendo de ordinario el disfrute de unas auténticas etapas de felicidad.


Honorio, un salmantino muy vivido que aparecerá mencionado de nuevo en esta Tribuna en breve, hace ya años espetó a este usufructuario de esta Tribuna Alta Preferencia una frase que ha quedado grabada indeleble: “Desengáñese Gil el mundo no lo han cambiado nunca ni las guerras ni las instituciones; todo eso es completamente accesorio. El mundo sólo es en el cara a cara, en el cuerpo a cuerpo entre un hombre y una mujer. Mientras se desarrolla la guerra, el general con mando en plaza decide entre las sábanas junto a su amante; el juez del Tribunal Supremo concibe la sentencia abrazado a la concubina; el Rey adopta decisiones que afectan a todo el pueblo besando abrazado a su favorita; el cirujano opera comprometiendo con guiños a la joven y espectacular enfermera; el Prelado acude al cónclave recordando lo que le susurró amorosamente a la barragana; una campaña publicitaria multimillonaria se decide con la mente en un pubis veinteañero; un banco tiene cuentas secretas y encriptadas sólo para las amantes de los miembros del Consejo y de los políticos valedores; hasta el verdugo se relajaba con cualquier bella instantes antes de oficiar la ejecución. La Historia, como demuestra la mitología griega, es el continuum de las relaciones amorosas. Lo demás son adherencias falsas introducidas por las diferentes profesiones. La imagen viva de la felicidad es una mujer gozando junto a su amor”. El autor de esta afirmación ha sido –y debe de seguir siendo- un amante generoso e imaginativo, condición ésta sólo alcance de unos pocos y seleccionados animales superiores. Como en un “post” posterior quedará aclarado, Honorio sabe perfectamente de lo que habla. En materia de affaires amorosos es una auténtica autoridad posiblemente mundial. Pura praxis. Antónimo de mentalidad de burócrata, teólogo, científico o político.

El compadreo entre la prensa y el Poder trata de ocultar siempre este mundo, abierto o soterrado, de las relaciones amorosas, afectivas o simplemente sexuales. Aparecen exclusivamente cuando estrictamente interesa políticamente. Suele aparecer sólo el aspecto que interesa quedando el resto debidamente oculto. Más o menos es el caso actual de la separación del político José Bono Martínez a efectos de tapar un monumental escándalo de “conducta impropia” o de cleptocracia desmesurada, para entendernos.


Así son las cosas y así habrían de ser denominadas y explicadas. En eso de la manipulación de la realidad y el imperio de la mentira los políticos son auténticos expertos. Dacio Gil recuerda aún el estrés de aquella secretaria cada vez que sonaba el teléfono fijo de un diputado que contaba en su haber tres amantes de nómina y una esposa oficial: la secretaria temía incurrir en un error al confundir las voces precipitando el derrumbe de aquel montaje amoroso. La pobre secretaria suspiraba cada vez que sonaba el teléfono. Y sonreía aliviada cuando quedaba ratificada su capacidad de discernimiento auditivo. Dacio Gil cree recordar que aquel montaje nunca se descubrió o al menos nunca tuvo consecuencias fatales ni para la secretaria, ni para el diputado en cuestión ni para las amantes o la legítima. Este viejo Dacio Gil también recuerda aquel diputado que a la mínima sacaba la larguísima lista de mujeres con las que había yacido y que –según palabras del propio yacedor- lo había sido casi siempre en el coche-cama Madrid Barcelona con regreso y consiguiente cambio de vagón y de dirección a mitad de trayecto; más o menos en Calatayud. Puede que fuese una fanfarronada muy hispánica, pero Dacio Gil comprobó la materialidad de aquella lista.

En los tiempos que corren de lenguaje de género y nueva persecución inquisitorial de prosodia, morfología y sintaxis, hablar de mujeriegos, de conquistadores o meros folladores pude resultar temerario o impertinente, pero lo cierto es que la historia desde que es historia presenta ejemplos irrefutables de líos, amoríos, romances y otras relaciones tan efectivas como afectivas. Las revistas del corazón tratan de hacer creer que los amoríos son un producto del glamuroso mundo de los artistas audiovisuales y la gente guapa, cuando la realidad es que estas cosas son connaturales al animal superior tanto antes cuando se imponía el macho como ahora que son las mujeres las que disponen. Los artistas, por su propia sensibilidad, siempre han cuestionado las convenciones y desde siempre se han sumergido abiertamente en estas otras compensaciones.

La literatura tiene una tan extensísima nómina que obligaría a un tratamiento enciclopédico de esta cuestión inter-géneros. La relación de exponentes sería proteica y extensa tanto en lo que toca al género masculino como al femenino. Las figuras principales son sin duda Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir con sus colecciones respectivas de amantes y su concepto del amor esencial y el amor contingente en la pareja abierta. Pero hay muchas. Muchas más. Algunas sorprendentes bien por la diversidad de caracteres y trayectoria vital de los amantes bien por los comentarios públicos existentes. En este post se destacarán solo dos, pero muy significativas.

Escritores, pintores, escultores y compositores tienen una sensibilidad superior a la normal, pero ello no es, ni mucho menos, garantía de relación exitosa; antes al contrario se cuentan sonoros fracasos en relaciones íntimas entre escritores. Como simple ejemplo puede señalarse que Tony Judt en su libro “Sobre el olvidado siglo XX” (p. 44) entresaca el fracaso de la relación de la autora del Segundo sexo con el espía y autor de el cero y el infinito: “Así, Arthur Koetsler y Simone de Beauvior reconocieron que habían pasado juntos una noche que resultó un fracaso, un error de los dos. De Beauvior lo atribuyó a la insistencia de él: finalmente ella había accedido a sus presiones”.

Una relación sumamente difícil de entender si no hubiera mediado auténtico amor es la establecida entre Hannah Arendt y Martin Heidegger. Como en todos los casos, unos han mantenido que el nexo fue el amor, lo que corroboraría que andando el tiempo, en 1967 en Freiburg, Hannah buscase el restablecimiento de la relación amistosa con su amante-maestro. Otros, como Elzbieta Ettinger, buscando el escándalo por el escándalo, describen la relación entre Arendt y Heidegger como un vínculo con profundos rasgos patológicos, que duraría desde 1924 hasta 1975: el autor de Ser y tiempo es presentado como un hombre casado, con dos hijos y una mujer, Elfriede, de fuerte carácter autoritario. Se le pinta como un despiadado depredador que se lleva a la cama a una ingenua, vulnerable y joven estudiante de 18 años a la que saca 17 años y a la que prohíbe tajantemente desvelar absolutamente a nadie cualquier mínimo atisbo de su relación y a la que termina abandonando a su triste suerte de judía en la Alemania nazi una vez que le ha servido a sus propósitos. A la autora de los orígenes del totalitarismo, por el contrario, se la presenta inverosímilmente como una tonta esclavizada por el maestro, como una víctima que se presta a su propia humillación. A este viejo Gil le parecen todos tópicos y prejuicios de una época, pues en la abundante correspondencia de la autora de Eichmann en Jerusalén con su amiga Mary Mc Carthy no aparecen diatribas a Heidegger ni mención a frustraciones amorosas o personales (aunque tampoco lo contrario, es cierto).

Al modesto juicio de este viejo Dacio Gil las consideraciones patológicas aparecen mediatizadas por el prejuicio de dos universos políticos tan diametralmente opuestos y por el aparente posicionamiento de Heidegger por la política totalitaria y antisemita de Hitler, siendo Arendt judía y sufriendo persecución por ello. Hannah Arendt no necesita presentación como pensadora intemporal en la que –como señala el propio Tony Judt- cada nueva generación de estudiantes cree haber encontrado una crítica vigorosa de su época. Este viejo Dacio Gil siente debilidad por la creadora de la teoría de la banalidad del mal y la tiene como icono de culto necesario e ineludible. Peter Sloterdijk en su reciente libro Ira y Tiempo lleva a cabo una suerte de reivindicación de Heidegger como pensador fuera de su peripecia política. Por su parte, el curioso lector que quiera profundizar en ambas personalidades o en su relación puede indagar en la estatura intelectual de ambos amantes, en los prejuicios de cada época y en la firme posibilidad de que existiera entre ambos -acaso más acusadamente en Arendt- un amor sin clasificaciones políticas. Las editadas cartas de amor entre maestro y alumna traducen amor. De ahí la cuestión formulada por Hannah: ¿Por qué? El amor…

Otra relación polémica es la establecida entre Elías Canetti e Iris Murdoch. Aunque sobre esta relación es más dudoso que existiera verdadero amor si nos atenemos a lo manifestado por uno de los amantes. El autor de Masa y Poder conoce a la escritora irlandesa en su estancia en Inglaterra huyendo de la República Austriaca anexionada. La Murdoch llegá a calificar a Canetti como "un toro, un león, un ángel que me subyuga por completo." Según algunos biógrafos, que se basan en lo afirmado por John Bayley, marido de la poetisa creadora de Un año de pájaros, la relación fue auténticamente sadomasoquista. El viejo Dacio Gil ahorrará detalles más o menos escabrosos sobre esa posibilidad y sobre el papel al que quedaría reducida Veza Taubner, la esposa de Canetti -que quedó manca y muchas habladurías suscitó este accidente- u otras cuestiones menores o escandalosas que se encuentran debidamente documentadas y aparecen apuntadas en la película Iris. Pero hay un hecho incontrovertible: si hubiera mediando auténtico amor recíproco, el respeto entre las imágenes de ambos amantes habría prevalecido aún después de la ruptura. Eso es una regla general, casi un axioma. Y, sin embargo, repasando las propias palabras de Canetti en el tomo de su autobiografía titulado Fiesta bajo las bombas. Los años ingleses (pp. 195 a 210 en la edición española de Galaxia Gutenberg) se duda que mediase amor en las coordenadas convencionales:
- Mi aversión ha crecido tanto que tengo que decir algo aquí.
– Creo que no hay nada que me importe menos que el intelecto de esta persona.
– (sus 24 novelas) contienen la palabrería que su autora ha acumulado a lo largo de décadas.
–Ha estado enamorada de innumerables hombre (y de muchas mujeres), pero eran hombres “especiales”, cada uno un especialista en determinado terreno, en el que ella se implicaba tenazmente. Había de todo: un teólogo, un economista, un historiador, un crítico literario, un antropólogo, y también un filósofo y un escritor.
– Podría definirse a Iris Murdoch como la ragú de Oxford. Cuanto aborrezco de la vida inglesa está representado por ella.
– Sin que yo la tocara, ella se desnudó por propia iniciativa, rápidamente, con rapidez fulminante podría decirse, llevaba ropas que no tenían nada que ver ni remotamente con el amor, de lana, poco estéticas, pero allí estaban, arrugadas en un montón sobre el suelo, y ella ya se había metido debajo de la manta en el diván. No tuve tiempo de contemplar sus vestidos o de contemplarla a ella misma. Permanecía inmóvil e inmutable; apenas noté que penetraba en ella, no sentí tampoco que ella notara nada, quizá yo hubiese sentido algo si ella se hubiese resistido. Pero no había nada de eso, como tampoco de alegría. Lo único que noté es que sus ojos se tiñeron de oscuro y que su piel flamenca rojiza se volvió aún más rojiza.
– Me llegaron cartas de ella, muy apasionadas, que nunca contesté. (De vez en cuando venía a verme y –sin muchos preámbulos- hacíamos el amor, pero ella siempre permanecía inmóvil y luego se dedicaba a sus fantasías –en la que era yo el pirata que la raptaba-)… Tenía –oculta- una naturaleza depredadora y su objetivo era robar a cada uno de sus amantes algo más que su corazón, su espíritu.

Las calificaciones de un escritor tan hosco y preciso como Canetti, pero enorme intelectual, resultan inequívocas. Estremecen incluso por su dureza. Son impropias de un amante y, por supuesto, de un caballero. Traducen ausencia de amor y denigran a alguien con quien se debieron compartir instantes de íntima unión. Acaso solo fuese simple animalidad entre intelectuales.

La prensa rosa y del corazón gusta cultivar las llamadas bajas pasiones (la más alta y pura es hoy el fútbol y la roja) de las relaciones de artistas de pacotilla e iconos de casting cutre. Mucho mejor nos iría a todos si, en el caso de querer perseverar en eso de las llamadas bajas pasiones de los animales superiores, al menos buceáramos en la vida de los grandes escritores, reyes, generales, prelados y demás figuras históricas. De esa forma adquiriríamos un barniz cultural que serviría para defendernos de determinadas agresiones o, al menos, para intentar comprender el juego de las pasiones.

Honorio no suele fallar en sus aforismos sentenciosos. Tiene mucha vida vivida: Es la vida. Es la Historia y las vicisitudes del animal pretendidamente superior.

sábado, 17 de julio de 2010

"TACHELES" Y VACACIONES PAGADAS EN SUDÁFRICA PARA SOCIÓLOGOS, FILÓSOFOS, ÁCRATAS Y DEMÁS AGOREROS MOLESTOS: EL MODELO DEL ESTADO DE BIENESTAR ROJO.

Los medios de comunicación han prevenido recientemente de el inminente desalojo del célebre edificio Tacheles reinventado hace unos años de de manera espontánea como centro cultural estrella de Berlín por artistas de diferente procedencia por el método okupa. El Tacheles” tiene una historia que ejemplifica el devenir no sólo de Alemania sino de toda Europa desde el inicio del maldito siglo XX: centro comercial innovador en su concepción e inauguración a principios de siglo; sede burocrática y calabozos muy propios del nazismo, después; almacén de comestibles en la postguerra verdadera, de seguido; centro cultural espontáneo equidistante entre lo alternativo y “institucional informal” presidido por el oxímoron dios “convenio”, con la caída del muro y la desintegración del modelo comunista y de la guerra fría y ahora –tal como alarmados nos recuerdan los medios- una institución financiera (sin duda de consuno con las instancias políticas, evidencia de la indisoluble subsunción de lo político y social en lo económico) pretende recuperar el destino económico rentable y sus rendimientos cramatísticos para sus legítimos –tras largo y tortuoso proceso judicial politizado- dueños del edificio y de los terrenos adyacentes: a los accionistas del Banco HSH Nordbank, acreedor tras la quiebra del propietario de los terrenos.

La evolución del edificio Tachles en Berlín es una cabal representación de la negra evolución de Europa, con sus paréntesis emblemáticos de arte libre, plural y semi-autónomo. La actual reivindicación de ese espacio por un Banco para “hacer caja” coloca de nuevo a Berlín en el centro de la evolución europea. Manifestación inequívoca de lo que pasa hoy y de lo que está por venir. El binomio economía-política recuperando el centro y los rendimientos y la sociedad a los nichos periféricos o a ocupar un lugar de “peatón” en las autovías tecnológicamente reguladas.

Estamos asistiendo a las exequias de un modelo de convivencia, el más o menos socialdemócrata, para instalarnos definitivamente en otro de postguerra financiera con protagonismo excluyente de las instituciones de crédito y sus subalternos la casta política de todos los colores, del negro al rosa, pasando por todas las tonalidades de verdes. Esa no es una idea que venga rumiando este viejo Dacio Gil sino que la ha expuesto sólidamente uno de sus sabios predilectos, el catedrático de Ciencia Política de Berlín precisamente, Ignacio Sotelo en el documentadísimo libro “El Estado social. Antecedentes, origen, desarrollo y declive” (más o menos como aquel de Ramón Cotarelo Del Estado de bienestar al Estado de malestar, pero en otra clave). Las indicaciones de Sotelo junto a las hechas por la canadiense Naomi Klein (la doctrina del Shock. El auge del capitalismo del desastre) pueden servir al ciudadano resignadamente conforme como MIAU (Manual de Instrucciones Auténticas de Uso) para sobrevivir ante lo que ya tenemos delante y somos incapaces de racionalizar ante el oxímoron estructural de las consignas institucionales. El Zahir de que nos hablasen Borges y Coelho. Las constantes contradicciones y las permanentes trampas semánticas y económicas de don José Luis Rodríguez Zapatero (que de las reflexiones expuestas por Sotelo trata de entresacar sus propias (?) ideas fuerza para el futuro candidato electoral partidario que huela a chamusquina) sus clanes y sus hipotéticas oposiciones más o menos leales.
Si lleva razón el sabio Ignacio Sotelo en lo que sostiene –y no hay ninguna razón para pensar que no la lleve- hasta el modelo escandinavo de socialdemocracia ha fenecido aunque se mantengan ciertas inercias. Para el viejo Dacio Gil las sociedades escandinavas que conoce (Suecia y Dinamarca) transpiran cierta regia tristeza aunque trasladan una apariencia de cohesión social desmentida por la vieja y nueva aristocracia y por los precios impuestos por el capitalismo libre que desagrega en el mercado los pretendidos logros aglutinantes de la ingeniería social. Compruebe el eventual parroquiano de esta Tribuna Alta Preferencia con sus propios ojos la consideración antedicha de tristeza y mediocridad, comprobándola en vivo si le es posible.

Dicen que en Escandinavia se han aplicado siempre en su modelo de convivencia los principios de la llamada Ley de Jante explicitada desde 1933, que sucintamente se concreta en los siguientes diez noes que en el plano formal, mutatis mutandis, recuerdan a los noes de Agustín García Calvo:
Uno.- No habrás de creer que eres alguien u algo.
Dos.- No habrás de creer que eres tan bueno como nosotros.
Tres.- No habrás de creer que eres más inteligente que nosotros.
Cuatro.- No habrás de creer que eres mejor que nosotros.
Cinco.- No habrás de creer que sabes más que nosotros.
Seis.- No habrás de creer que eres superior a nosotros.
Siete.-o habrás de creer que tu bastas para algo.
Ocho.-No habrás de reírte de nosotros.
Nueve.- No habrás de creer que alguien se preocupa por ti.
Diez.- No habrás de creer que puedes enseñarnos algo.

Anima vivamente este viejo Dacio Gil, sin quitar ni poner Rey, a que el curioso e inquieto eventual lector –si es que lo hubiere, no por curioso ni por inquieto, sino por simple lector- indague por su cuenta (y riesgo) en los conceptos claros y en las conexión sugestiva de ideas “ensayado” por el sabio Sotelo en el libro de referencia, en el alcance real global de una ley de Jante que en el siglo XXI que ha desbordado los corchetes de su vestimenta y en las añagazas electoralistas de la camarilla de Rodriguez Zapatero aprovechándose de las ideas vertidas negro sobre blanco por Sotelo. Con eso y poco más (Klein, Nieto y García Calvo, sin ir más lejos) puede ese inquieto lector intentar sobrevivir con ese Manual de instrucciones de uso para la vida tal y como la tenemos delante sin percatarnos. Aprovechando la exaltación nacional roja y el súmmum de creatividad e investigación, desarrollo e innovación tanto individuales como colectivos vividos desde el pasado 11 de los corrientes (que debería ser declarado día de la fiesta nacional reemplazando, ahora que se expropia y reinventa todo, al 12 de octubre que ha quedado ya obsoleto), se debería situar el hito del Estado de Bienestar del siglo XXI en disfrutes sociales y benefactores como ese y dejarse de otras zarandajas. Refutando con los hechos a pesimistas y chiflados por muy intelectuales, sesudos y certeros que éstos y sus análisis sean. El Bienestar rojo debe de prevalecer ante todo y ante todos. Y si los intelectuales cabales persisten en sus clarividencias seguro que se les encuentra unas vacaciones pagadas o una residencia (que luego sus gastos se recuperarán con intereses de todos los españoles) que encubra el ostracismo o el confinamiento tan mal visto hoy en día.
Deberíamos gritar fuerte ¿Cómo que Estado de Bienestar? No lo necesitamos. La Roja es nuestro bienestar. No cabe alternativa.

miércoles, 14 de julio de 2010

SIN EXORDIOS INNECESARIOS SOBRE LA ESENCIA DEL AMOR GENEROSO, ANTE USTEDES: LA "AYUDADORA" INCONDICIONAL.

La industria editorial y la aristocracia de género se siguen empeñando en exhumar cadáveres de escritoras para ir constituyendo su cultura propia. En la pasada feria del libro las protagonistas fueron Carmen Laforet y Simone de Beavoir. Una escritora nacional con cierto enigma y una escritora francesa con grandes contradicciones y vida zigzagueante. Es legítimo. Antes otros hicieron lo mismo. Quienes estamos instalados en la edad tardía recordamos aún las casetas de la feria del Retiro en una determinada época repletas de obras transidas de marxismo y antifranquismo coincidiendo con la enfermedad terminal y el ulterior fallecimiento del general. Hoy esos libros no se consiguen colocar ni en los “todo a 1 euro” de la cuesta de Moyano ni en las librerías de lance. Casi ni regalados. Pero esa constatable circunstancia de imponer la cultura simbólica de las detentadoras o pretendientes al poder (ahora las militantes del “igualitarismo” ) no debe dar lugar al escándalo. Aunque un ejercicio pleno de ciudadanía y objeción de conciencia ante tanta manipulación interesada debería imponer que cada cual sacase a relucir mujeres de carne y hueso que toda la vida han peleado por perfeccionarse como personas, buscando hacer más fácil la vida de los demás o, al menos, hacerla humanamente llevadera. Empeño de auténtica y verdadera empatía felicitaría que comporta un doble o triple esfuerzo (por no decir cuádruple) respecto del evanescente y limitado que suele acompañar a las políticas de igualdad con los abstractos conceptos que las acompañan. Redoblado esfuerzo y un derroche de generosidad auténtica de la que carece hoy la aristocracia de género, sólo empeñada en actuar de lobby dentro de las administraciones para repartirse sinecuras estructurales un grupito que se autoconsidera élite.

Dacio Gil ha vivido ya bastante y tiene conocidas diferentes burocracias que para perpetuarse viven como si de una aristocracia se tratase. Un repaso desprejuiciado por las instituciones corroborará esta afirmación: los sindicatos verticales, el Consejo Nacional del Movimiento, la Sección Femenina, la Cruz Roja, los partidos políticos todos, los cuerpos superiores funcionariales, el Parlamento europeo, los sindicatos sedicentemente “horizontales”, el CGPJ, la Casa Real, los clubes de futbol (los clubes, no las sociedades anónimas), las federaciones deportivas, los colegios profesionales, la universidades, el Ministerio de Igualdad, el CSIC, las Conferencias Episcopales el COI, el FMI,etc., etc., etc, si bien se miran, denotan todos, una inequívoca tendencia a la aristocracia. Robert Michels denominó este fenómeno como “la ley de hierro de las oligarquías”. Nadie hasta hoy ha conseguido refutarle. Todas estas burocracias se sirven de un capital simbólico que necesariamente para sus ocultos intereses es generalizante, con objeto de -como las difuntas ideologías- intentar abarcar al mayor número de acólitos, seguidores o vasallos tal y como se han encargado de recordar bien recientemente las macrocelebraciones de la roja. Por eso con un pensamiento antiburocrático, como el que se persigue en esta Tribuna Alta Preferencia debe de recurrirse a airear los casos concretos para contrarrestar el generalismo bovino que se inculca desde los medios de administración del capital simbólico. Y casos humanos excepcionales de mujeres entregadas a hacer el bien a los demás con amor y generosidad hay para aburrir. Excepcionales sin una sola subvención, sin integrarse en ningún grupo de presión o bandería, sin airear sus abnegados casos a los cuatro vientos mediáticos, sin recibir ni una sola expresión de ánimo del Ministerio de turno. Soluciones biopolíticas a problemas públicos lo denominan los intelectuales modernos.

Cualquiera de nosotros podría exponer, sin grandes esfuerzos memorísticos, casos de mujeres excepcionales sin tener que recurrir al circuito oficial genérico de legitimidades. Y el ámbito de los seres humanos del género femenino (algo más debe de ser la mujer que simple integrante del género potencialmente más consumidor y el mayor número de votantes, y deberían rebelarse por ello las propias mujeres a las que se ha tendido una trampa) ofrece exponentes que enriquecen la consideración del ser humano mucho más que el bombardeo de consignas, frases, imágenes y mitos que hoy perturba la serenidad pensante. Mientras unos (o unas) viven bajo la protección de un Dios omnipotente y ostentoso (Dacio Gil no se refiere ahora a don Florentino Pérez o las Ministras o Ministros de Zapatero), otras (y otros) parecen desplegar sus vidas bajo la protección de un Dios menor que no tuviera liquidez para subvencionar o sufragar siquiera actividades humanas elementales y primarias. La vida globalizada es hoy así. Desgraciadamente así. Sin rostro humano identificable.
El viejo Dacio Gil en su calidad de “muerto civil” para el sedicente Estado de derecho no hubiera podido sobrellevar durante este prolongado tiempo la violencia institucional sin haber recibido el pleno e incondicional apoyo de su compañera conyugal. Y, sin excepción, los casos de “muertos civiles” terminan arruinando todo el entorno familiar sin distinción, pero especialmente cónyuges e hijos. La protagonista de hoy ha estado siempre apoyando sin un mal gesto ni una duda; con unos puntos de apoyo irrestrictos y de amplio espectro. Tamaño tesoro sólo se obtiene de alguien que lo ofrece de cuerpo y alma, con actuaciones concretas de carne y hueso; no con las proteicas y multiformes promesas huecas de las instituciones garantizadores que abusan de conceptos bellos pero completamente etéreos. La España institucional de hoy, sin ir más lejos.

Una persona que es capaz de soportar en su propia casa el baldón de un “muerto civil producido por el Estado” como esposo y compaginar esa labor humanitaria con otras muchas obras caritativas tales como animar hasta la extenuación, evitar el desánimo y supervisar el esfuerzo de su valiosa hija para que perseverase en el estudio hasta obtener una oposición de nivel superior, es que vale mucho. Pero no se quedan reducidas a eso sus hazañas humanas. Es dudoso que nadie haya peleado más por devolver el cariño recibido a sus propios progenitores, a su hermana y por entregar verdadero afecto y amistad (obras son amores…) a parientes y amigos. Ayuda humanitaria concreta prestada desinteresadamente por esta mujer que puede exponerse en casos y casos. Y junto a coincidentes diferentes dificultades humanas. Siempre ayudando con ánimo firme y decidido y sin un mal gesto. En su propensión a la ayuda no hay lugar para la duda, o, al menos, se cuida mucho de que ni siquiera se atisbe la duda en su firme disposición a coadyuvar, a hacer más fácil la vida de los demás: siempre para adelante, para ella no hay retranqueo ni paréntesis para descansar. Dacio Gil no quiere abrumar con ejemplos, pero ejemplos y beneficiarios hay a montones.

En los tiempos que corren el tema de la dependencia es verdaderamente sangrante. De muy difícil solución si alguien no tiene la cabeza fría y pondera todos los elementos en presencia: alguien siempre resulta perjudicado, posiblemente el más débil o el más generoso que queda atrapado en el huero verbalismo de los que se escaquean haciendo que hacen. Esta mujer de carne y hueso (¡y que carnes y que huesos!) jamás se ha escaqueado en nada. Además de intentar por todos los medios mantener vivo a un “muerto civil” -que ya sólo eso es un mérito y una misión que ocupa toda una vida- ha luchado hasta dónde le han permitido por su hermana del alma, procurándola todo tipo de atenciones. El mantener viva la imagen de su hermana le lleva en la actualidad a proteger en lo que puede a los hijos de aquella.

La labor desplegada por tener atendidos a sus padres (ella sostiene ante quien la quiera escuchar que la siempre justa reciprocidad con la inmensa generosidad de unos progenitores entregados a los hijos no tiene ningún mérito porque hablamos de seres humanos, los seres humanos más generosos y más próximos) es propia de una monja. ¿Qué digo?, de una santa civil: sin reservarse ni un gramo de ternura y amor filial; con plena dedicación las 24 horas del día; sin abandonarse a la impotencia que la mayoría de las veces te acecha amenazante por la evidente falta de soluciones asequibles y de apoyos efectivos; compaginándolo con la representación efectiva de la familia y la dopción de decisiones jurídicas y económicas; empleándose a fondo porque la mera propaganda burocrática del “mérito y capacidad” no fuese para ella una añagaza, superó no sólo unas oposiciones sino el cinismo y la zafiedad de todo un cuerpo funcionarial o al menos de sus representantes más conspicuos incluso ante la sedicente justicia; ha peleado siempre por los desfavorecidos frente a los ambiciosos y reptiles; no se ha desolado con el desorden estructural del Diógenes que tiene por compañero de viaje; trata de insuflar ánimos, energías y esperanzas en todos quienes la rodean, sin esperar nada a cambio por su apoyo cierto. Y a pesar de todas esas humanas empresas difícilmente encontrables hoy en día en un ciudadano o ciudadana laicos, su imagen siempre es cuidada y elegante, sin el mínimo resquicio a un mínimo abandono. Todo en ella, los fondos y las formas, parecen de origen sobrenatural o al menos de otro tiempo en el que la proximidad era la norma y el canon de belleza otro bien distinto al actual.

Este viejo Dacio Gil, más que en ninguna otra ocasión en esta Tribuna Alta Preferencia, puesto que cuenta con datos de primera mano (no en vano es becario –sólo becario- de su beneficencia), podría extenderse largo y tendido sobre esta mujer que no necesita el reconocimiento de ningún Ministerio de Igualdad, ni Vicepresidencia de género. Ni por asomo integra tampoco Lobby alguno para perpetuarse en gabelas regaladas. No busca el reconocimiento por su decidida labor humana y humanitaria. Parece ser de otra pasta y no necesitar mimitos: lo afronta todo a pecho descubierto (¡qué más hubieran querido muchos que esa frase hubiera sido verídica en su caso!: Muchos han anhelado no sólo su pecho sino otras bellezas que adornan a este mujerón. Y eso se han perdido los ladinos y ladinas, que de todo ha habido). Dice que esa es su indeclinable reciprocidad como ser humano. Y nadie le apea de esa firme convicción aplicativa. A cualquiera le es muy fácil verbalizar esa nobles ideas (ejemplares emuladores de Alessandro di Cagliostro hay a montones hoy en día) pero sumamente difícil, por no decir imposible, poder llegar a dar y ofrecer a cada uno lo que realmente necesita. Y ella lo hace. Vaya si lo hace.

Ni que decir que la mujer en cuestión es hija de Don Alejandro y doña Julia de los que ha compendiado su ponderación, su saber, su positividad y la generosa disposición a la ayuda sin contraprestación, jamás ha girado un pagaré al portador con intereses por sus ayudas. Le adorna además el sereno conocimiento y la inquietud intelectual (camuflada siempre para no epatar) de Mayuly. Nuestra protagonista es un compendio de virtudes apenas esbozadas en el presente post. A Dacio Gil le embarga la sensación de no haber sabido delinear las líneas basilares de una mujer excepcional y nada, nada pretenciosa, marrullera, envidiosa o maledicente como, empero, demuestra ser un amplio segmento del género femenino. Dacio Gil es un hombre limitado y la mujer a la que se refiere esta semblanza no tiene parangón, lo que dificulta aún más la cabal descripción de sus inmensas virtudes humanas y físicas.

Patrick Suskind en una novelita titulada la paloma describía las vicisitudes y temores (pura depresión) de Jonathan Nöel que no se atrevió ya a salir de casa desde la deposición sobre él de una colomba. Al menos el lugar donde habita Dacio Gil está infestado de palomas que lo dejan todo perdido con sus cagadas y despiertan de buena mañana al dormilón con su molesto zureo. Nadie pudo ayudar a Jonathan, se hundió irremediablemente. Para la protagonista de este post hubiera sido coser y cantar prestarle ayuda comparado con las titánicas empresas que ha tenido que llevado a cabo sola –con el apoyo sólo de sí misma- para ayudar a seres humanos verdaderamente necesitados. Es un enorme ser humano positivo y “ayudador”. Y lo grave es que ella siempre hace por parecer que no necesitase ayuda alguna, como si fuese sólo un anuncio falso de esos que son de plástico. Todo lo contrario a una institución pública.

Tomemos nota. Es de rigor el reconocerlo como bien nacido aunque no se sea capaz de describir con palabras a este compendio de virtudes que no gusta de publicitaciones. Es EL AMOR, la ENTREGA y la GENEROSIDAD. Punto y (no) basta.

martes, 13 de julio de 2010

LOS MONOS DESNUDOS, EL DEPORTE REY, EL BABY BOOM SUDÁFRICA 2011 Y LA FUTURA CAJA DE LA SEGURIDAD SOCIAL.

Si la cuestión radica en verlo medio lleno o medio vacío, está claro: Dacio Gil no sólo lo ve medio lleno sino que -y eso es lo grave- lo ve completamente lleno. Atestado. Optimista, pues, debe reputarse este usuario de la Tribuna Alta Preferencia puesto que calles, plazas, todo, todo estaba lleno de gente de las procedencias y condiciones más dispares. Irrefutable: una masa sin argamasa. Rojos y rojas cosméticos. Niñas pequeñísimas pintadas con la bicolor cual indiecitas. Abuelitas enarbolando banderas constitucionales, preconstitucionales e incluseras. Jovenzuelos llorando de alegría sin poder concretar cuál fue el momento futbolístico más sublime; lógico, pues en este mundial hubo pocos instantes sublimes. Una cosa es clara: Iniesta si es un futbolista sublime, el resto...

Si estaba lleno y Dacio Gil lo percibe (lo poco que se ha decido a percibir, seamos claros) lleno, habrá que concluir que tanto Gil individualmente considerado como la masa seguidora de la Federación somos todos unos optimistas. Irradiamos un optimismo objetivo, fruto de la minuciosa deducción de todo lo acontecido. Analizados todos los elementos en presencia sólo cabe considerar que hemos vivido un acontecimiento histórico, con un peso social, político, económico y cultural sin precedentes. Ya somos miembros natos del Gotha futbolero como las democráticas Italia o Argentina. Una inclusión de enorme trascendencia práctica para todos los individuos que se identifican con la Federación. Habrá un antes y un después. O, por mejor decir: el fin de la Historia. Ni G8 ni G20 ni mandangas: campeones del Mundo de Fútbol, que imprime carácter y engrandece a la ciudadanía. El summum.

Nada hubiera sido posible sin la inestimable intervención de los medios de comunicación de masas. Gracias a ellos la mayoría de los ciudadanos españoles han respondido con una gran altura de criterios y responsabilidad: como los perros de Pavlov, como los comuneros de Walden Dos, como ciudadanía neoyorkina un 30 de octubre de 1938 estirado por más de un mes en pleno siglo XXI, en 2010, y trocando Nueva York y Nueva Jersey por la tierra del toro de Osborne rojo. ¿Hemos sido conocedores de causas y efectos? ¿Han sido conscientes los trabajadores de los medios? ¿Ha sido todo auténticamente espontáneo? ¿Es esa la pluralidad de respuestas que dicen que caracteriza a la sociedad del siglo XXI? ¿La mimetización acrítica de la horterada del vecino es lo natural? Parece que si. Y sin alternativa posible.

El viejo Dacio Gil por supuesto que comparte la sana alegría fraguada en sus justas dimensiones, pero no está seguro de que todo se haya desarrollado dentro de la sensata alegría. ¿Realmente era necesaria tanta desmesura antiestética? ¿Ese camino es el apropiado para los jóvenes y los menos jóvenes? ¿No existe ningún responsable por este desbordamiento de la proporcionalidad?

Este viejo Gil duda de que la sociedad española se manifestase de la misma forma por la muerte de un tirano, o por la devolución de las expropiaciones ilegales de sueldos y derechos fundamentales llevada a cabo por el gobierno del señor Zapatero o por la restitución de los caudales públicos indebidamente distraidos en los casos Roldán, Gürtel y similares. O más todavía: si el país entero anudado ahora, según parece, por la sentencia del TC sobre el Estatut, al resultar agraciado por miles y miles de botes en los Euromillones, se echaría igualmente a la calle debidamente conducido y excitado por los medios de comunicación (de "formación" según García Calvo), y los persuasores ocultos, que entiende Dacio Gil que los habrá habido.

Gerhard Vinnai ya nos previno hace 30 años sobre las consecuencias del fútbol como ideología; al hilo del Mundial de naranjito. Vicente Verdú con su agudeza habitual, también por aquellas fechas, desmenuzó sociológicamente los mitos, ritos y símbolos del futbol. Y Desmond Morris (¡Si, si. El autor del mono desnudo y el de la mujer desnuda!) nos habló en Deporte Rey, también allá por 1982, del futbol como proyección de los juegos infantiles, la sexualidad y hasta el erotismo: el gol como colofón, la penetración. Todos se quedaron cortos. Lo acontecido desde el 11 de los corrientes en España deja chico cualquier acercamiento antropológico y semiótico. No digamos sociológico o político. Habrá que analizar las consecuencias detenidamente.

En la extremadura castellana, en las fiestas del solsticio de verano se desata la alegría, el vino y la confraternización en el espacio público hasta tal extremo que es tradicional aquello de que la que sanjuanea marcea.
Acaso la consecución de la Copa del Mundo, sin proponérselo nadie, haya sentado las bases para paliar a medio plazo la crisis financiera de la Seguridad Social. Habrá que estar atentos al baby boom surafricano 2011 concebido en la depresiva España. En 2011 acaso entonemos todos, a rebufo de la hazaña de "la roja", aquella canción de Carlos Cano que más o menos decía Abril para vivir/ abril para cantar/ abril flor de la vida, el corazón/Abril para sentir, abril para soñar/ abril la primavera amaneció.

Ojalá la consecución del trofeo Jules Rimet nos depare -si la ley del aborto no se cruza en el camino-mayores consecuencias que la ocupación del espacio público con espectáculos sufragados también por quienes no les gusta el fútbol. ¿O es que los "eventos" preparados por las instituciones para agasajar a los jugadores han tenído coste cero?
Lo que pasa es que, a lo peor para la Federación, por aplicación estricta de la ley del péndulo, los niños y niñas (los nombres Nelson y Mandela sustituirán a los de, por ejemplo, Nicolás y Andrea) concebidos consecuencia del fútbol, po amor a la roja, no salen precisamente futboleros... Algunos con aspiraciones políticas ya han echado el ojo a ser responsable de la Caja Única de la Seguridad Social a medio plazo: podrá manejar (y desviar para sí o sus amigos)algunos fondos públicos de tanto niñon trabajador, pues es de suponer que tal como evoluciona el liberalismo y el mercado de trabajo, se trabajará a los 12 o 14 años también en Occidente.

lunes, 12 de julio de 2010

ÁSPERA FELPA ROJA. TOPARSE DE PECHO A TETAS CON AGUSTÍN GARCÍA CALVO.

Por fin llegó el día D y la hora H. Al fin nos toparemos con el momento esperado. La gente pudo, al cabo, liberar su nerviosismo inducido tocando los cláxones y gritando más de la cuenta: haciendo literalmente el hortera más precivilizado. Reunidos hombres y mujeres en la casa del que la tiene más grande, en 3D o retroproyector, tras mucha angustia han dejado libres sus instintos más gregarios. Retroproyección no se debe de confundir con la retroeyaculación del orientalismo que preconizan Sánchez Dragó, Ramiro Calle y otros privilegiados más: ellos sí que saben; alejándose deliberadamente de la turbamulta futbolera que carece de auténtico contenido y de quieta ternura. Sin cohetes, sin fuegos de artificio, sin cláxones molestos, sin borracheras…

Masa y poder (mental) a los que aludía Elías Canetti. El autor instalado en Austria, que extrajo una experiencia práctica para intentar refutar intelectualmente la Psicología de las masas de Sigmund Freud en base a su participación en una experiencia espontánea de masa cuando se encontraba trabajando en su tesis doctoral en el Instituto de Química de Viena. La mañana del 15 de julio de 1927 Canetti leyó en un periódico nacional un titular en grandes letras que le pareció escandaloso. El titular, que decía "Una sentencia justa", se refería a la absolución sin cargos de los autores de unos tiroteos a resultas de los cuales habían muerto varios obreros. El hecho no le indignó sólo a él, sino que provocó una irritación terrible en el pueblo de Viena, que, de repente, desde todos los barrios de la ciudad, empezó a dirigirse en filas cerradas hacia el Palacio de Justicia. Canetti se unió a esas filas y participó, por tanto, en la rebelión ciudadana que había de culminar en el incendio del Palacio de Justicia, donde ardieron todas las actas (imagen que, a decir del autor, le inspiró el tema de Auto de fe), y en la represión policial que arrojó un saldo de noventa muertos entre los manifestantes. Esto de hoy, la final del campeonato mundial, es, obviamente, otra cosa: no hay espontaneidad ni hay rebelión ciudadana. Sólo hay unos bovinos “reflejos condicionados” con apariencia –sólo apariencia- identitaria.

Este viejo Dacio Gil se ha puesto a teclear el ordenador para abstraerse de la histeria colectiva. Aún conmovido por las entrañables y sabias reflexiones de Eduardo y Gruten del penúltimo “post”, intenta dar algo de distancia temporal para entablar con ambos en la Tribuna Alta Preferencia un diálogo como se merecen ambos seguidores. Y, por supuesto, para devolverles, con el mismo sentimiento o más, el abrazo inmenso con el que ambos se entregaban a este viejo Dacio Gil para insuflarle clarividencia en la forma de enfocar el resto de la vida aún no vivida que le quede.. Ambos han marcado el camino: el orientalismo. Dacio Gil, cuando consiga devolver el abrazo recibido de ambos, se introducirá por caminos del orientalismo. Es un tema que le viene preocupando desde hace tiempo.

Escarbando en las raíces del orientalismo se ha topado este viejo Dacio Gil con una autoridad de las muchas que en esta piel de toro (¿ahora será sólo roja?) tienen una estatura descomunal pero son sistemáticamente silenciadas ante la trivialidad de la imagen de Sergio Ramos, Villa (que no Pancho), Xabi Alonso o la consorte Carbonero. Fernando Savater en su amena autobiografía razonada (Mira por dónde) en la que se verá reflejado todo lector miembro de familia que haya veraneado en su juventud en las inmediaciones de Torrelodones, en Madrid, dice de nuestro protagonista: “hablaban de él como un genio de la filología clásica (había obtenido la cátedra de Salamanca, la que una vez fuera de Unamuno, a la edad en la que muchos están haciendo su tesis doctoral – doctor a los 22 años, catedrático de secundaria a los 24, catedrático de universidad a los 28, incansable traductor de los mejores clásicos- y no fue precisamente un regalo por su docilidad ante las autoridades), pero también como un nigromante pagano que sacrificaba palomas a la diosa Venus, un pensador destructivo, anárquico, casi luciferino y un peligroso seductor de la juventud… XX es un ácrata metafísico, trascendental, cuya rebelión se dirige contra la condición humana tal como la conocemos (que es artificialmente social, no natural y necesaria), no para enmendar alguno de los detalles en que se concreta sino para traspasarla y abolirla de raíz…El efecto de la doctrina de XX (la Autoridad intelectual oculta del presente post) depende mucho de quien la escuche: a algunos les sirvió y les sirve como un brumosos certificado de indolencia inconformista. Nunca faltan quienes están deseando escuchar de fuente autorizada que este mundo es una mierda sin remedio para confirmar que hacen bien en no molestarse. A otros, que tenemos demasiada tendencia a los empeños positivos y confundimos a veces lo que funciona con lo deseable, su opus nigrum nos purificó de la excesivamente fácil autocomplacencia constructiva… En cuanto se le conoce, uno se da cuenta de que está ante alguien que sólo se parece a sí mismo, una primera edición por no decir un incunable, no un ejemplar en serie: como los ángeles y quizá los demonios, agota una especie en su singularidad…Estuve entre ellos –concluye Fernando Savater- con fidelidad inalterable durante casi tres años, sacrificando cotidianamente mi siesta: por nadie más he vuelto a hacerlo con semejante asiduidad, ni siquiera con las amantes más exigentes…”(pp. 178, 179, 181 y 182).
Naturalmente Savater se refiere (¡hagamos que aparezca de una vez con todos los honores que merece en esta Tribuna Alta Preferencia!) al filósofo sin par Agustín García Calvo, al que, por haber cuestionado las bases mismas del sistema, se le mantiene desde hace mucho tiempo en el ostracismo más indigno cuando se vienen haciendo los más disparatados “bolos” psudointelectuales con auténticos mequetrefes del pensamiento. Algunos justificarían el ostracismo manteniendo que está chiflado...

Salvando ese escollo de la eventual chifladura, Agustín García Calvo es el paradigma de evolución intelectual: de familia bien y acomodada en el régimen franquista al cuestionamiento profundo de la realidad. Es el prototipo del pensamiento crítico (la irracionalidad de la razón), el cuestionamiento de los tópicos y los prejuicios que presiden la vida occidental. Un filósofo y lingüista que hace pensar desenmascarando los ropajes cínicos de la realidad, de los constructores de la sedicente realidad. Igual que Zygmunt Bauman mantiene que la política es la modulación de la angustia, García Calvo califica el futuro como la administración de la muerte.

Agustín García Calvo tiene en la actualidad 84 años aunque mantiene una dinámica mental y un nivel de provocación envidiables, como demostró hace escasamente dos meses en la Fundación March repasando su “autobiografía intelectual”. La editorial de su propiedad, Lucinia, en Zamora, nos recuerda de tanto en tanto su existencia. Lo lloraremos cuando nos abandone pero, por unas razones o por otras, hemos consentido su ostracismo zamorano en vida. El ruido institucional no permite distinguir las voces críticas. Unas chiflaaduras oficiales imputan enajenación a quienes las desenmascaran. La vida misma. Dacio Gil recuerda a Agustín García Calvo con sus pantalones morados de satén y sus blusas floreadas rodeado siempre de jovencitas atónitas y hechizadas, incluso cuando mantenía su relación con la poetisa Isabel Escudero. Este Gil siempre ha seguido con atención la evolución personal, política y filosófica de García Calvo, aunque no entienda alguno de sus planteamientos (Gil no le llega ni a la suela de sus sandalias y siempre se queda atrapado en el laberinto de su lenguaje).

No sólo Dacio Gil coincide con el contenido de la conversaciones entre el viejo y el verde y su viceversa: el verde y el viejo. En García Calvo encontrará el lector siempre una provocación concreta contra lo establecido. Y eso, junto a los malabarismos del lenguaje que envuelve, es muy de agradecer.

Este viejo Dacio Gil, para contrarrestar la pretenciosa estolidez del mundial de fútbol y una euforia desencadenada tan desmesurada que es difícil de entender, propone recuperar a Agustín García Calvo en tres líneas de inmersión: 1. ¿Qué coños? 5 cuentos y una charla. De este libro Dacio Gil entresacará dos perlas: a) “El orgasmo, se convierte, como muchas veces para los hombres, en algo que hay que perseguir, como un fin,como un premio, como una paga. Entonces el placer está perdido; el placer desconocido, imprevisto, está perdido; aquello se convierte en un trabajo: la imposición de lo teleológico anula cualquiera de las posibilidades que el sexo por excelencia, el femenino, podía tener en sí.” b) “Gilipollez” quiere decir asimilación de las ideas impuestas desde Arriba, pero asimilación en el sentido de que se las toma como ideas y gustos personales de cada uno. Esto pienso que es una definición de gilipollez bastante acorde con el uso habitual. Y es evidente que de la condena a esto no se escapan ni las mujeres ni los hombres. 2. Registro de recuerdos (contranovela). Contiene frases antológicas sobre el miedo, la Tele de los súbditos del Bienestar, del progreso del desastre, los sueños, la vida, la muerte... Han llegado a decir que que son las cavilaciones de un chiflado. Pero un chiflado no escribe: “Pero tú, hombre, mantén viva la locura de tu niño: ella es la locura de razón, y es la que, en medio del revoltijo de la realidad, te descubre lo que no sabes, lo que no esperas.” 3) La serie de 8 “Noes” en EL PAIS entre 1992 y 1993: NOES / 1. ¡Tire su televisor! Vea lo que le damos a cambio; NOES / 2. ¡No celebre las fiestas! Verá que gozo; NOES / 3. ¡No se chequee usted, hombre! Vida es olvido; NOES / 4. ¡No se declare a Hacienda! Hay otros amores; NOES / 5. ¡No se lave tanto! Verá qué bien; NOES / 6. ¡No vote! ni deje de votar. Hay cosas que hacer; NOES / 7. ¡No se compre otro auto: ¿por qué? ¿para qué?; NOES / 8. ¡No se tueste, señora! No pone buena. Se pueden encontrar en internet.

Pero, sin duda alguna, Agustín García Calvo cautivó hace muchos años a este viejo Dacio Gil por medio de la poesía Libre te quiero:
Libre te quiero,
como arroyo que brinca
de peña en peña.
Pero no mía.
Grande te quiero,
como monte preñado
de primavera.
Pero no mía.
Buena te quiero,
como pan que no sabe
su masa buena.
Pero no mía.
Alta te quiero,
como chopo que al cielo
se despereza.
Pero no mía.
Blanca te quiero,
como flor de azahares
sobre la tierra.
Pero no mía.
Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.

Al fin campeones. ¿Y a partir de ahora qué? ¿Chiflados por "la roja"? ¿Chiflados por los "Medios de Formación"? ¿Chiflados por el Poder? ¿Chiflados por liberar el pensamiento?
Libre te quiero, pero no mía. Como la copa, las primas y las fotos: se miran y no se tocan. El poder al que ataca Agustín García Calvo. Toda una vida. La sinrazón de la Razón. Hay vida más allá del espectáculo.

sábado, 10 de julio de 2010

UNA SOCIEDAD PARA LA GUERRA EN POSTGUERRA Y SU SÍNTOMA EL JUEGO DEL "PAINTBALL"

Este viejo Dacio Gil no deja de darle vueltas a eso de la postguerra, el estado de excepción, el estado de sitio futbolero, el golpe de estado constitucional, el estado fallido y cantidad de abortos conceptuales más: fuegos de artificio como los que gustan de tirar los vecinos de este Gil cada vez que la selección de futbolistas españoles (la manida “roja”) consiguen uno de los escasos goles que han marcado. Modas de los ciudadanos resignadamente conformes, en la inopia estructural en la que se encuentran y mimetizando todas las horteradas de los demás. Que Santa Esteta nos pille confesados en esa ensordecedora algarabía artificial inducida por los medios (y los Poderes) a base de excitar a las damas y a los caballeros. Todas con la roja.

El otro día, en un balneario al que acude este viejo Dacio Gil para cuidar su maltrecha piel –donde las mujeres se acaramelan y se apretujan con su pareja por eso de los 38 grados- todas, pero todas, las conversaciones que este Gil, reducido a oyente y observador de profesión captó, fueron de señoritas apretujando a su pareja mientras le cantaban las alabanzas de ver el partido de futbol con los amigos y amigas. Una de ellas repetía: “seguro que lo vamos a pasar muy bien, seguro que lo vamos a pasar muy bien…”
Ante la Nada absoluta en la que nos movemos, parece que todo el mundo –y sobre todo las mujeres, los chiquilines y los militares sin graduación, ergo los inmigrantes- ha cifrado todas sus expectativas en la roja, en el nuevo Ejército español al que ha acudido a dar ánimos, sin desentonar lo más mínimo en la horterada dominante (¡Anda que la princesa holandesa con su traje de “vaquita” y su bufanda orange y frau Merkel apretando ambos puños con cada gol teutón!) la propia reina griega. Vivimos una histeria colectiva muy poco estética. Y que, de seguro, será muy efímera y súper manipulable por los poderosos. Vida consumo que diría Bauman.

Pero es verdad. Tratamos el mundial de balompié como si fuera la guerra de los Böers, la Armada invencible o el general Weyler. Pura desmesura nada distinguida. Puede que haya sido siempre así, aunque es dudoso. A pesar de darle muchas vueltas al grado de implicación ciudadana con este evento en particular, Dacio Gil no cree jugarse mucho en este envite. No sacará nada en limpio y no comprará el lunes ni el as ni el marca y no porque no quiera ser feliz. El partido, eso sí, lo procurará ver más o menos completo y en el preciso instante que el árbitro decrete el final apagará de inmediato la televisión: Se niega a presenciar el comportamiento de los personajes públicos chupando cámara según les hayan dictado sus asesores institucionales de imagen. En eso Doña Sofía ha estado a la altura de los tiempos, ha actuado como una auténtica profesional: se ha zambullido en la horterez como los demás para sacar réditos institucionales de imagen pareciendo aficionada. Un poco sospechoso todo, ¿no les parece?

El caso es que hoy en día el deporte es la metáfora de la guerra. Vivimos en una sociedad para la guerra (aunque paradójicamente en postguerra) tal y como hace ya bastantes años desvelasen Jorge Verstrynge y María Vidaurreta. Por cierto, si fuéramos serios seguíamos la pista a don Jorge Verstrynge que ha vivido en la cima política y supo sobrevivir después de la caída decentemente entre unos y otros que lo ignoraron. Hoy escribe en “el Viejo Topo” y es muy crítico con el sistema en su conjunto; dice ser cada vez más marxista. La jauría mediática lo juzgó muy superficialmente, arrumbándolo como icono. Si don Jorge se atreviese a decir toda la verdad (ya dijo bastantes verdades en Memorias de un maldito) enriquecería en bastante medida nuestros conocimientos sobre el sistema en el doble plano teoría-praxis.

A lo que iba. Acaso suene a los hipotéticos seguidores de esta Tribuna Alta Preferencia la empinada localidad francesa de Clermont Ferrand. Cercana a la cima del Puy de Dome, en la que falleció hace bastantes años el ciclista británico Tom Simpson les evocará a Julio Jiménez y al deporte del ciclismo. Pero no. Esta vez la hermosa localidad central donde se fabricaban los neumáticos cuya imagen era el muñeco Bibendum se aplica al tenis. Allí casi en silencio ha sucumbido la “Armada” tenística ante unos jugadores más que mediocres, que exhibían las bolas sacándola de manera sostenida y dura, dura, dura ante los atónitos espectadores en un lecho suave, blando y multicolor: la altitud y un campo de operaciones sintético y extremadamente rápido donde no había bolas sino balas. Previendo lo peor, allá no se desplazó el inefable señor Lisavetzski y familia (dietas de todos incluidas; cada uno la suya, por supuesto: para hacer granero y ayudar al compañero). La Armada sucumbió con estrépito pero sin mucho ruido, como suelen intentar los poderosos que sean las derrotas. Las derrotas procuran ser incluseras; no tener padres conocidos. Sólo atribuibles a los elementos a los que aludiera Felipe II, el monarca al que dicen que se las ponían (las carambolas) a huevo.

El tenis de la Copa Davis es el paradigma de una completa metáfora de la guerra del siglo XXI: innovaciones en suelos y raquetas, planificación minuciosa del escenario de la conflagración, árbitros permisivos con los de casa, jueces de línea poco neutrales, "ojo de Halcón" ciego, bullanga y más o menos espectáculo. Y muchas mujeres ataviadas para la ocasión entre las respectivas hinchadas “nacionales” (¡y dale morena con lo “nacional”).

Por lo general, la mujer es un ser muy dotado para la guerra, para las guerras que le interesan realmente, por supuesto. Sin ir más lejos basta comprobarlo por lo que batallan en los divorcios hasta esquilmar (de manera legal, naturalmente) a su ex cónyuge. Por lo que batallan por sus hijos en las múltiples actividades extraescolares en las que inscriben a las criaturas; por como sufren con los retoños por “la roja”, etc., etc. Pero este Dacio Gil no lo dice por todo eso sino por una reciente noticia de prensa que le ha dejado aturdido: parece ser que el juego del paintball está hoy copado por las mujeres y es su diversión de riesgo preferida.

El paintball dicen que surgió para mantener el “espíritu de empresa” y para relajar a los directivos jugando divertidamente a matar con tinta. Pues a ese jueguecito parecen haberse incorporado masivamente las mujeres. Como ha pasado con el Pádel, con la “la roja”, con el tenis de Nadal y hasta al fumar y al Mobbing. No digamos con la publicitación de la violencia de género. No aludirá Dacio Gil ahora al terremoto bélico que se produce cuando una muejr le dice a otra ¡Qué bien te queda esa blusa (o esos zapatos o ese sujetador)! ¡Que preciosa se te ve! ¿Dónde te los has comprado? Sobre estas cuestiones podría dedicarse un blog entero. Debe de quedar clara una cosa: a Dacio Gil le alarma mucho eso de la afición femenina al paintball en el contexto de estado de excepción que se viene consintiendo por ciudadanas y ciudadanos.

Debe de analizarse seriamente lo de la guerra de tinta (y sus colaterales) y la neta predisposición de las mujeres a ese juego. Es sumamente sintomático de una evolución sociológica de género y consumo; de mimetización de roles perversos. Este Gil anima a sacar conclusiones al respecto para balancear dos conceptos clave como violencia y género.

El usufructuario de esta Tribuna Alta Preferencia lleva muchos años yendo a un campo de fútbol, tiene los colores de su equipo impresos en el corazón. Pero son unos colores y un corazón digamos de segunda división. Diríase que son casi proletarios. Dacio Gil no tiene un corazón imperial ni siquiera aspira a nada que suene no ya a imperio sino a "interés general" en su versión mancillada por los cleptócratas y marrulleros de los público. Cree no ganar nada si los aristocráticos jugadores de la federación de fútbol consiguen por las buenas o las malas (que parece que tanto da) el campeonato.

Olvidaba este Gil decir al lector desprevenido que su patria es la infancia, la familia y los pocos buenos amigos, los libros y la buena música. Su República es la de papel. Y lo que se ve desde su Tribuna Alta Preferencia ya saben lo que es: tras una bruma idealista una realidad no muy alentadora institucionalmente.

Que Santa Esteta, esa santa que Dacio Gil no acierta a encontrar en el santoral vigente, nos pille a todos confesados, ganen o pieradan los jugadores de la federación jugando bien o mal. Aunque mejor será que jueguen bien para recuperar una cierta estética. Pero mucha atención con eso de que a las mujeres les entusiasme el paintball, las patadas (el tackling lo llaman los eruditos a la violeta del balompié) y las multitudes solitarias altamente bullangueras. Puede ser un síntoma. Un mal síntoma.