martes, 27 de diciembre de 2011

MAQUIAVELO EN EL GINECEO VIRTUAL.

Este año no ha habido en el banco la tradicional cena de empresa seguida de karaoke. Las apreturas y estrecheces económicas han sido determinantes pero también ha influido una decidida vocación de aggiornamento. Los prejubilados truncos andábamos intentando dar un giro a la fiesta anual porque siempre acabábamos cantando las mismas canciones en el karaoke y el repertorio de la Trova trobada mostraba ya su esclerosis. Atendiendo las sugerencias de una de las últimas incorporaciones, un hombre que trae a cuestas la leyenda de haber sido importante espía y de haber ocupado puestos relevantes en Cantabria, en el Levante y en los países más lejanos, los componentes del banco fuimos calibrando nuevas actividades de confraternización festiva.

Se barajaron varias alternativas como acudir a un balneario; hacer el camino Schmidt y almorzar en la Venta Arias; ponderar in situ los cambios acontecidos en el Museo de Cera; intentar un pase para la ceremonia de inauguración de la Legislatura parlamentaria terminando con una refacción en cualquiera de los Arturo institucionales u otras cosas por el estilo, pues los prejubilados truncos no nos caracterizamos ya por nuestra audacia en el tipo de diversiones. Ni siquiera la propuesta de este viejo Dacio Gil de acudir a una buena representación teatral en una sala alternativa llegó a cuajar entre la trobada trova de truncos prejubilados.

Y tuvo que ser el nuevo, el recién incorporado cuyo aura y mito nos tiene subyugados, el que se lanzó a tumba abierta: ¿Y por qué no intentamos hacer sexting y similares a través de una de esas empresas de encuentros ocasionales gratuitos?, espetó sin cortarse. El pleno de los prejubilados truncos quedamos boquiabiertos dado que por ninguna de nuestras cabezas había anidado ni remotamente intentar pasar un rato agradable con el sexo, ni fácil ni difícil; ni ocasional ni duradero; ni al natural ni mediante telefonitos u otros aparatejos; ni gratuito ni pago. Cierto es que somos todos honrados y hasta honorables y no consideramos que fuese ese el tipo de aventura que deseáramos corrernos. Era mucho más moderado y pacato nuestro deseo de cambio. Fue, sin duda, el influjo y la aureola de Eutimio Cañizarreta -que así se llama el nuevo- lo que nos decidió. De este hombre tan vivido en mil aventuras y del que se cuentan gran cantidad de hazañas (de su espectacular amante Bri circulan un sinfín de fabulosas fábulas en las que se desgranan sus atributos supra Pippa) no podía provenir una equivocación y con la arriesgada propuesta dejó patente que su capacidad de liderazgo no es manca al persuadir a unos prejubilados truncos tan ilustrados, leídos y tendentes ya a cierto conservadurismo. Aunque todos somos de la extinta clase media, la mayoría presenta un currículo brillante que denota sólida formación y criterio.

La tarjeta de Cañizarreta reza "Inspector", pero se dice que era sólo una tapadera profesional, que le fueron encomendados trabajos “especiales” en países exóticos de los que dejó prueba fehaciente en instantáneas de mansiones y bellezas; que ha pisado las alfombras del Poder en muchas latitudes; que se ha rodeado de las mejores bellezas de cada lugar; que siempre fue certero en sus elecciones; que salió exitoso de mil y una graves escaramuzas y que hizo cuantiosos y rentables negocios por allá donde pasó. Con esas credenciales fabulosas sedujo a la concurrencia de prejubilados truncos ansiosos de novedad, a los que despertó –que nos despertó a todos- del letargo de la monotonía añosa cotidiana. A ello contribuyeron también los carísimos ternos que suele lucir y su porte de aristócrata sobrevenido (algún leve pelillo de la lejana dehesa aún le queda) que denota su potencial económico.

La propuesta de Eutimio Cañizarreta fue aceptada sin voto disidente, pero a instancia de don Ovidio Órbigo, que ha sido catedrático en León y en Zamora y sabe mucho de inteligencia emocional, se vertebró una especie de ponente para la elaboración de un manual a modo de preparación al ciber-encuentro que pusiese al día a la muchachada de prejubilados truncos de los procedimientos a seguir en eso del sexting y los contactos ocasionales. Sólo era necesario nombrar un relator que facilitase la información y los trámites a los demás. Desgraciadamente esa designación recayó en el viejo Dacio Gil por aquello de haberse interesado por el amor y por haber trascendido sus amores con la dulce Lou. ¡Sólo disponía de escasos tres días para preparar la ponencia!

El viejo Dacio Gil se puso a indagar por su cuenta y a recopilar datos sobre un tema del que desconocía todo. Bueno, todo no porque circunstancialmente había visto en un diario nacional anuncios sobre una empresa norteamericana que decía ¿Por qué pagar por sexo? ¡Si lo puedes conseguir gratis! Más de 150.000 mujeres cerca de ti buscan AHORA una aventura discreta. En su vertiente de internet, esa empresa se intitula "la página web de la infidelidad discreta". Enseguida tiró el viejo Gil de biblioteca en busca de un libro de Marie-France Hirigoyen que leyó allá por 2008: Las nuevas soledades. El reto de las relaciones personales en el mundo de hoy. También desempolvó alguna obra de Slavoj Zizek sobre las concomitancias especulares entre ilusión y realidad. Era cuestión de bucear sobre los ciber-acercamientos, el encuentro en línea o la línea de encuentros. Obvio es apuntar que el amueblamiento mental del viejo Dacio Gil –anclado en la proto antigüedad- no encontraba demasiado material con el que facilitar las cosas a los compañeros del banco. El veterousufructuario de esta Tribuna Alta Preferencia no llegaba a ver claro -ni lo vio después- cómo era eso de comenzar el amor con un clic e inscribirse en una lista. En ese orden de cosas, hasta visionó varias veces la película Tienes un e-mail por si le facilitaba las cosas. Eso de la trivialización del sentimiento no llegaba a entender si era espontáneo o forzado por las decepciones. Amar y hacer el amor ¿gratis? ¿Ese era el sexo sin amor del que hablaban Sabina y Dyango en sus canciones? ¿Una pareja desechable puede producir un minimum de satisfacción de algún tipo a quien no está desesperado? El viejo Dacio Gil embarrancó en el acopio de información y, de la obtenida, casi se atrevería a desaconsejar la nueva aventura que vendría a sustituir a la cena de empresa navideña. Pero eso no podría verbalizarlo a la peña del banco.

Al viejo Dacio Gil no le gusta que le consideren ni un flojo ni un cobarde, ni que los colegas truncos puedan reputarle a la baja o, todavía menos, que consideren que deja truncos los trabajos encomendados. Durante tres días y sus correspondientes noches se enfrascó en la elaboración de una ponencia que facilitase las cosas para llevar a cabo la iniciativa navideña de Eutimio Cañizarreta. El día señalado apareció con su cartapacio lleno de anotaciones y recortes de internet, con su especie de manual para las citas ocasionales. Huelga decir que había quorum en el banco del parque, a pesar de la rasca decembrina. A trancas y barrancas fue desgranando Gil su manual de procedimiento de citas: El comienzo versaba sobre las redes románticas y la necesidad de tener rudimentos de psicología, comunicación y sociología para acceder a ellas. Incidía sobre la conveniencia de haber mandado previamente currículos para entrevistas de trabajo pues la confección del perfil requerido para inscribirse parece una cuestión esencial. Les animaba a rellenar el perfil como se aborda un examen de MIR, en perfectas condiciones físicas y mentales y acompañados de barritas energéticas y agua mineral para que las bajadas de glucosa y la sed intempestiva no emborronasen nuestro autopercibido perfil. Sugería además tener criterio a la hora de rellenar apartados tales como “tu pelo”, “tus ojos”, “la parte más bonita de tu cuerpo” etc. Mucho cuidado proponía también a la hora de describir “mis intereses”, “¿Cómo es tu sentido del humor?” y otras cuestiones parecidas. Cautela asimismo a la hora de indicar “tu estilo de vida”, “tus intereses a compartir” y “tus valores”. Aconsejaba acudir antes a un estilista para que en la fotografía apareciésemos agraciados pero no en exceso para no escamar por elevación en el "proceso de compra". Recomendaba asimismo acudir también a un semiólogo, comunicador o psicólogo social para elaborar un mensaje textual impactante, innovador y atrapador, lo que los técnicos llaman “el lenguaje de autopresentación”. Recomendaba por supuesto dejarse aconsejar por un técnico en sistemas que nos indicase la forma de tomar la decisión acertada con rapidez y eficiencia en la elección de la mejor -y más discreta- pareja ocasional. Y, en fin, un asesor financiero también era conveniente pues, aunque los encuentros y el ciber-sexo-sin-amor se anuncia como gratuito, parece que hay que saber administrar los costes de inscripción, los de las redes de distribución y los créditos en puntos de que se dispone para acceder a la relación soñada y que se agotan con máxima brevedad. Créditos que no son baratos, como puede suponerse. Sentado todo lo anterior, el viejo Dacio Gil recomendaba finalmente hacerse acompañar por un psicoterapeuta que ayudase a superar la decepción, la impotencia y el desencanto que generalmente se da en las citas una vez superados todos los trámites anteriores, para que pudiese ayudar a superar la enorme distancia entre la realidad y la aspiración; para temperar el papel que desempeña la "descorporeización" en el desencanto.

Ni que decir tiene que, dada la edad, formación, capacidad analítica y reducidos ánimos de los prejubilados truncos, la ponencia elaborada por el viejo Dacio Gil operó en ellos de manera inversa a los propósitos: como un auténtico jarro de agua gélida, como una ducha escocesa. Truncó el sueño de los truncos. Cundió tal desánimo que casi por unanimidad (el Inspector superespía se abstuvo) se revocó la decisión de secundar la iniciativa de Eutimio Cañizarreta. Ni sexo gratis, ni aventura discreta, si sexo por el telefonito, ni encuentro ocasional, ni sexting. Tampoco cena de empresa ni karaoke. Ante tales prerrequisitos, asesoramiento y coaching, parecía preferible el sexo con afecto de los casados (aunque no cubra los idílicos estándares de torridez al hacer el amor) que ser conducidos a la categoría de “tontos hiperracionales” ente los formularios de las empresas facilitadoras (?) de los encuentros y aventuras. Mejor las fantasías tradicionales que el telemarketing aventuresco en la red. Incomparablemente mejor la atracción de toda la vida que la ciberelección de la pareja de los sueños en los anaqueles del supermercado virtual.

En las posteriores felicitaciones telefónicas navideñas no se apreciaba un ápice de resquemor o frustración entre los prejubilados truncos. En este tema del encuentro ocasional y el sexo gratis, se sobreentiende. Cada cual te contaba que había hecho cariñitos y arrumacos a su pareja, que se habían inventado una aventurilla con ella, que se fotografiaron ambos en ropa interior y poses eróticas justo antes de irse a dormir en camas separadas, o que se fueron al cine a la llamada fila de los mancos. Alguno hubo que reconoció haber ido de matute a una casa de mancebía. Hasta incluso alguno se atrevió a volver con una antigua pareja con la que había cortado al sentirse acosado al modo que lo hacía la protagonista del film Atracción fatal.

El viejo Dacio Gil al intentar ser exhaustivo y científico en su ponencia chafó el sueño de aventurilla de sus compañeros de banco. Lo siente pero no tiene nada de lo que se arrepentirse. De sus clásicos aprendió ya hace tiempo que amar es aprehender al otro de manera directa y cabal. De hito en hito y naufragando entre fantasías y sentidos. Antes idiota enamorado que tonto hiperracional para poder acceder en condiciones competitivas al sexo fácil y gratuito del mercado de internet. Los burdeles y lupanares (no tan alejados de estos Gineceos virtuales sedicentemente gratuitos) nunca le atrajeron al viejo Gil. El frio imperante en ellos paraliza sus entrañas, anula su fantasía y encarcela su ansia de afectos y cariños entrecruzados. El lugar del viejo Dacio Gil parece estar más entre los apocalípticos que entre los integrados en esto de las ciber-aventuras.

Por el contrario, Eutimio Cañizarreta integrará sin duda las filas de los integrados: ha vivido mucho y lo quiere seguir haciendo. Habrá que hablar en lo sucesivo de él. Mientras tanto considerémoslo el Maquiavelo en el Gineceo virtual.

jueves, 22 de diciembre de 2011

JEFECILLOS EN LA TOMA DE POSESIÓN DEL NOTARIO MAYOR DEL REINO.

No es imprescindible haber leído Modernidad y Holocausto, la obra más impactante de Zygmunt Bauman, para hacerse una cabal representación mental de la complicidad con la malignidad en la que solemos incurrir los denominados “ seres humanos” en las organizaciones y en los momentos de crisis históricas. El historiador Saul Friedländer ha recogido minuciosamente este proceso perverso o natural (¿quién sabe?) del animal humano en su monumental obra El Tercer Reich y los judíos. A este historiador se debe la mejor descripción, con paciencia entomológica, de las actitudes del llamado primate pensante en ese crucial momento de la bestialidad científicamente organizada. Antes Robert Gallately (No sólo Hitler) y Daniel Jonah Goldhagen (Los verdugos voluntarios de Hitler) habían apuntado la complicidad de los servidores públicos que se desempeñaban en la llamada independiente organización judicial en épocas de barbarie, pero ha sido Friedländer el que ha puesto el dedo en la llaga incorporando datos, pruebas, documentos y discursos en los que se evidencia cómo se vende o se arrastra el ser humano bajo el bonito manto de la imparcialidad, la independencia, la objetividad y la continuidad del Derecho en las sociedades que van más allá de la legítima y legal transformación: ¡Todos aquellos execrables crímenes se terminaron cometiendo ante el cinismo y la hipocresía de la organización judicial que proclamaba su inquebrantable sometimiento al Derecho!. De la lectura de estas sólidas obras se saca la conclusión de que la Justicia es un divertimento en manos de determinados sectores del género humano para garantizar las dominaciones. Por eso, quienes desempeñan su función pública en estos órganos se prestan a todo tipo de desviaciones y pasiones, olvidándose de los pomposos valores superiores de la convivencia. En la Justicia todo parece ser realmente de cartón piedra recubierto de pan de oro, es decir, falso recubrimiento, como ha repetido hasta la saciedad Alejandro Nieto.

El bienintencionado y la bienintencionada que siga permitiéndose dudar de que todo esto sea así, que lo que llamamos pomposamente Justicia es un simple juego, un divertimento para determinadas clases sociales, en el que se dirimen vidas y haciendas - pero sobre todo vidas-, recordará sin dudar la obra teatral de Ernesto Caballero La fiesta de los jueces, trufada de pasiones y borrachera judicial. También puede acercarse en estos días a las naves del Español en el Matadero de Madrid a la adaptación teatral del relato La miseria (también conocida como El desperfecto) de Friedrich Dürrenmatt en la versión brillantemente dirigida por Blanca Portillo que se ha titulado aquí como La avería en la adaptación de Fernando Sansegundo y que cuenta con una interpretación de muy alto nivel a cargo de jóvenes notables representantes de la escena nacional. Es el divertimento de la Justicia en un mundo de inocentes-culpables y culpables-inocentes: El viajante Traps es el inocente-culpable de ese peculiar Casino-sociedad gastronómica constituido por el juez Wucht, la prostituta ninfómana Justine (o Mlle. Simone en la versión de Portillo), el fiscal Zorn, el verdugo Pilet y el defensor Kummer. Una cabal representación hecha por el genial dramaturgo suizo que describió anticipatoriamente de manera inigualable el mundo de aniquilación humana de los bancos, principal sector económico de su país. La avería es una muy lograda adaptación de Dürrenmatt que hace reflexionar sobre el momento que atraviesa Europa en la actualidad, aunque el viejo Dacio Gil echa de menos unas gotas de audacia, o -para ser más cabal en la expresión- de justamente lo contrario en una obra como La avería tan audaz por sus máscaras y por los gestos atléticos de sus protagonistas. Harto complicada esa traslación escénica, es cierto, porque el patetismo irónico que caracteriza los relatos en los que era maestro el desternillante delator de la mentira bancaria helvética no es nada fácil de mantener en el tipo de teatro que se representa en la actualidad.

El veterousufructuario de esta Tribuna Alta Preferencia en verdad debe de estar chocheando ya pues se pierde en introitos acaso prescindibles. En su afán de querer destacar con una pizca de coherencia las contradicciones del sistema, termina remitiendo al eventual lector de este post a una sala de teatro. Aunque tal cosa no es ningún desdoro, antes al contrario, habida cuenta la bajeza de la teatralidad política y financiera que asola a Europa y que está haciendo que Grecia, que era un país con unas enormes ganas colectivas e individuales de vivir y disfrutar de la vida, como se apreciaba por un simple paseo nocturno por El Pireo, el bullanguero puerto cercano a Atenas, se encuentre en la actualidad a la cabeza de los índices de suicidios per capita. Permítase esta expresión economicista de los suicidios per capita, como si la muerte voluntaria cupiese en cabeza ajena: una prueba más de la taumaturgia ciega del economicismo. Lo malo es que, al paso que vamos, en esto de los suicidios per capita luego seremos nosotros lo que alcanzaremos el liderazgo europeo. El único liderato a nuestro alcance como comunidad de convivencia. Algo grave estamos consintiendo entre todos al cegarnos con el becerro de oro inmaterial de lo financiero y su envés las crisis. Llegará un mometo que esta versión moderna del holocausto será un hecho ya irreversible: primero se aniquilan los derechos, luego se violenta el lenguaje y finalmente la masacre está servida. A todo ello lo denominaremos, para atemperar nuestras conciencias de supérstites: "incomprensible aumento" de las muertes voluntarias…

Llama la atención que, en un contexto que se proclama de graves e ineludibles recortes presupuestarios, el nuevo Gobierno de España salido de las urnas haya mantenido erecto (se supone que con viagras institucionales inconfesados) el ministerio de Justicia. ¿Pero no habíamos quedado que la Justicia era ciega e independiente de cualquier poder y que sus habitáculos de cartón piedra se los prestaban los Ayuntamientos? ¿No se nos dice que la labor de juzgar ha sido transferida a las Comunidades Autónomas para acercar a la casta meretriz de ojos vendados a los ciudadanos? ¿No se creó para eso ese refugio de vagos y sindico-capitalistas que es el CGPJ? ¿A qué cuento viene ahora mantener un Ministerio de Justicia, otro de Defensa y otro más de Interior si podrían estar todos juntitos en uno solo denominable De Seguridad y Miedo? Totalitarismo democrático eso de las modernizaciones de las oficinas de juzgar; secuestro puro y duro de las libertades: Policías, jueces y fiscales, así como militares, demandan un trato corporativo singular y diferenciado y por eso ocupan más del 30 por ciento de la estructura del nuevo Gobierno, del mal teatro institucional de la política que viene actuando como consejo de administración de los poderes bancarios, financieros y empresariales; una mayor distancia aún entre gobernantes y gobernados: la distancia presupuestaria. Cosas de la democracia S.A. Nada nuevo bajo el psoe. Oh no, perdón, bajo el Sol: PP y PSOE son, con ligeros matices de estiramiento, exactamente lo mismo, meros apoderados de los dueños de los bancos para domeñar a los ciudadanos a través de una mala farsa democrática necesitada de urgente regeneración pero que se sirve de muy vetustos instrumentos: La covachuela ministerial.

Pues bien, es tal la ruindad del animal humano que la toma de posesión del nuevo ministro de Justicia, un fiscal que apenas se ha desempeñado en la Justicia -es decir, que no ha trabajado nunca, que se pueda saber, en la sociedad civil-, pues introducido de la mano por su señor padre, don José María y por su suegro ex ministro de Franco, viene viviendo extremadamente bien por los meandros de la política y de las soldadas rigurosamente públicas (esas soldadas públicas que los políticos de toda la vida vienen recortando ahora a los funcionarios). Fiscal en excedencia, cobrando de los ciudadanos por el estatus de político, sin ejercicio de otra profesión conocida, más allá de la compra-venta de jugosas esquinas comerciales en la almendra de la capital, desde recién abandonada la condición de teenager. Muy similar al caso de Pepiño y de Zapatero pero con el pedrigree de haber opositado a un cuerpo funcionarial. ¡Y mira que han pasado años ya desde que fue colocado en la Diputación de Madrid!
A lo que iba, que el viejo Dacio Gil se pierde en el anecdotario: La toma de posesión del fiscal compra-esquinas-comerciales-capitalinas estaba plagada de verdugos voluntarios, de esos que quieren seguir acribillando a sus semejantes bien sea en los palacios de justicia bien lo sea en la estructura administrativa que convive con las cada vez más abundantes “empresas de servicios” que operan en el ámbito judicial casi de tapadillo (y que a las cuales no se les ha detraído cantidad alguna como a los empleados públicos, por aquello del pacta sunt servanda al que no pueden acogerse los funcionarios). Había en la toma de posesión, pues, toda una fauna de acosadores y pelotas o de acosadores pelotas esperando seguirse cobrando una ventaja personal y profesional más dejándose ver en el acto. Ventaja sobre todo económica, con la que está cayendo y con lo que amenazan que terminará por caer en el futuro más próximo a los funcionarios públicos. El viejo Dacio Gil siente asco de la proliferación cada vez mayor de esta gentecilla con vocación inequívoca de gentuza que intenta visibilizarse ante los aturdidos políticos para cultivar sus fines egoístas, insolidarios y hasta inhumanos. No sólo Zapatero. Nada mejor que dejarse ver en la toma de posesión del que luego da fe de las otras tomas de posesión. Era patético observar ayer a funcionarios que han servido administrativamente a la farsa de modernización del PSOE intentando caer simpáticos a los recién llegados, que es de suponer que traerán bajo el brazo "su" concepción peculiar de una modernización condenada a perderse en el camino. Mantenerse al precio que sea; aunque sea aniquilando. Síntoma de la pendiente humana por la que se despeña España. A buen entendedor... no son precisos más exhaustivos datos…

Reflexione el ciudadano sobre la farsa del nuevo gobierno del PP y sobre la vacuidad de la publicitación de esta etapa ética que dicen será de recortes generalizados e indiscriminados. Tan aireada por la prensa, sin cualificación ni escrúpulos, como improbable, visto el percal y al apego a lo clásico de la covachuela. Por puro corporativismo, unos y otros aspiran a seguir viviendo bien a expensas de la mayoría de los ciudadanos a los que se exigen e imponen severos sacrificios. Los más negros (y no por sus togas, que algunos no las calzan) y totalitarios de los funcionarios que viven del cuento de la Justicia estaban allí plantaditos en la toma de posesión del notario mayor del Reino -que es como el mesonero mayor de los comensales bien comidos y servidos, como denota la imagen del anterior mesonero mayor Fran Caamaño- sin más objetivo que mantenerse en sus cargos y que no les remueva la nueva facción de gobernantes; en suma, intentando, cual reptiles, que la tan cacareada regeneración ética y jurídica no les afecte a ellos, como históricamente aconteció en el Tercer Reich o con los miembros de la STASI con las salamandras y serpientes que, tras mutar su funcionarial piel, fomentaron o consintieron la masacre de sus semejantes. En esto de la Justicia todo parece reducirse a una cuestión semántica. Saber qué considera como sus semejantes la autodenominada y autopercibida “Elite del poder”.

No es sensato ni justificable haber mantenido a capa y espada la singularidad de las covachuelas de los ministerios de Interior, Justicia y Defensa. Es una nueva versión de la tomadura de pelo a los ciudadanos a las que nos habían acostumbrado ya Zapatero y sus verdugos voluntarios. Maderos, escoltas, espías, fiscales de cámara, juececillos (valientes o cobardes) y milicos tendrán su presupuesto aparte. Y sus fondos reservados y bufandas. ¿Sabemos toda la verdad? ¿O es un nuevo ejemplo de la incapacidad institucional para comunicarla?

Friedrich Dürrenmatt lo dejó plasmado en su obra Hércules y las cuadras de Augías, cuando el protagonista, que se ve obligado a limpiar las montañas (es de suponer que suizas, esas que ya deben ser completa propiedad de los bancos helvéticos), trata de mantenerse firme ante sí mismo en sus inquebrantables convicciones:

Me he enfrentado a los más terribles monstruos, he vencido a los gigantes, he abatido a Géryon y Antée, he transportado la bóveda celeste y el peso gigantesco de los astros. ¿Y quiere ahora que suprima el estiércol de un país un hombre que sólo sabe contar hasta tres y que ni siquiera es rey, sino sólo presidente? ¡Eso jamás!

La misma lluvia, la misma falsa historia de amor. Miau y los cesantes.

viernes, 16 de diciembre de 2011

ABORTO, NASCITURUS Y ORDEN PARLAMENTARIO


En ningún ámbito se aprecia mejor la simbiosis entre prensa y política que en el parlamentario. Sólo hay que pasarse por la cafetería del Congreso o del Senado (Arturo volente) un martes, miércoles o jueves, para comprobar el compadreo y la recíproca utilización entre unos y otros. Ayer ya y no hoy, se desayunaba el viejo Dacio Gil con dos noticias parlamentarias. Por un lado, del jolgorio en amor y compaña de la cena de la asociación de cronistas parlamentarios y su posterior premio a Francisco Fernández Marugán (“Paquito Marugán” en la jerga de ese simbiótico mundillo). Por otro lado, seguía coleando el tema de la constitución de los grupos de Amaiur y de UPyD, tras las consultas de S.M. el Rey.

Por cierto, en este punto el viejo Dacio Gil se ve en la necesidad de hacer un paréntesis para destacar como merece en esta Tribuna Alta Preferencia un dato semiológico objetivo extraordinariamente relevante: Todos los representantes, excepto quizás el de Amaiur, lucían un semblante gozoso por entrevistarse con S.M. el Rey. Y viceversa, S. M. el Rey sólo mostraba un semblante muy serio, distante e incluso incómodo en la conversación con el representante de Amaiur. Especialmente gozosa se mostraba Rosa Díez, pero el que se encontraba en pleno climax era el representante de IU. No cabía en sí de gozo. Don Cayo Lara se mostraba encantadísimo no de conocer al rey -que también- sino de haberse conocido él mismo en ese trance de consulta regia. Él, que al pueblo le viene engañando con la martingala atrapa-votos-indignados del republicanismo. Como es un dato objetivo (no hay más que tirar de vediotecas) el viejo Dacio Gil no tiene por menos que destacar el enorme cinismo –y acaso desmemoria con el pueblo- del señor Cayo Lara. Que en la imágenes visionadas por el viejo Dacio Gil parece la imagen misma del trofeo de Cayo Vizcaíno en manos de Rafael Nadal. Realmente, no se besaba porque no podía. Y hasta habría besado en la boca al Rey si hubiera olisqueado que un paparazzi de la Benetton se encontraba cercano. Las imágenes de don Cayo Lara en el trámite de la consulta regia traducen como nadie lo nauseabundo del mensaje político actual. Es del oxímoron del besuqueo y la untuosidad cínica de quien, junto a su partido, suele decirle al pueblo que propugna el republicanismo.

Avanzada ya la noche –el viejo Gil concluye estas líneas adentrado en el día 16- se ha conocido la noticia esperada: PP y PSOE rechazan la posibilidad de que Amaiur tenga grupo parlamentario propio. La verdad es que esta gente se pasa por el arco del triunfo los antecedentes escandalosos e irregularidades habidos en anteriores legislaturas, una tras otra. Alguién parece que asesoró sotto voce a UPyD a que aceptase la treta de la cesión del partido de Cascos. Y alguien en el PSOE debería de explicar también por qué, si venían proclamando que apoyarían lo contrario, ahora dicen haberse abstenido. Consecuencia de la contradicción estructural en la que se encuentra esa especie de farsa electoral titulada PSOE. El miedo a ser reconocidos en su propia esencia trapacera les lleva de manera recurrente al facilismo de la abstención. Así se viene escribiendo desgraciadamente la historia parlamentaria; y de las decisiones erradas de estos personajes políticos viene el arrollador resultado de Amaiur en el País Vasco. Eso no puede olvidarse. Alguien con dos dedos de cordura debería decirles que rezuma totalitarismo privar ahora a Amaiur de grupo parlamentario, dados los antecedentes pasados y presentes. La decisión, habida cuenta los datos y los precedentes, comporta inequívocamente, que PSOE y PP se cachondean de una buena parte del electorado vasco que también es pueblo soberano, como quienes no se acercaron a las mesas pepitorias. Que les importa un bledo esa porción de españoles que han votado. El señorito Posada (jolín su parecido con otro bon vivant: el cómico y ex baloncestista Fernando Romay) a la primera ha tenido ya un cogito interruptus: patentiza que no preside la cámara para todos los españoles.

Mucho se viene hablando, en cada tiempo de apertura de legislatura en la cámara baja, sobre los requisitos reglamentarios para formar grupo parlamentario dentro de esa entelequia que es el llamado Derecho Parlamentario. Una rama (?) del Derecho constitucional que ni siquiera reconoce el pomposo cuerpo de funcionarios denominado Letrados de Cortes cuya selección es más política que técnica: según quién ha ido presidiendo las Cortes así ha sido el color político de los Letrados seleccionados en ese tiempo. Las trayectorias de Astarloa y López Garrido así lo atestiguan con claridad. Y no son los únicos, obviamente.

En el pretenciosamente denominado Derecho Parlamentario (un conjunto de precedentes muy flexibles santificados por el propio Tribunal Constitucional para que pueda decidirse con criterios políticos) hay constantes escaramuzas de cesiones temporales de diputados de un grupo consolidado a otro con expectativa de consolidarse. No sólo de voz y debate viven los parlamentos, hay muchos más intereses en juego. Intereses que nunca se publicitan suficientemente. El reglamento de la cámara es deliberadamente ambiguo para que quepa la interpretación y la dádiva interesada. Esa institución evanescente que es el Tribunal Constitucional ha recalcado la amplia capacidad de la Mesa de Cámara y su Presidente por el juego de los interna corporis. De ahí la presión y la ingeniería cada inicio de legislatura y en toda ella: todos con la calculadora echando cuentas. No se trata de la repercusión económica presupuestaria del recuento de votos ni de escaños. Se trata de obtener dineritos contantes y sonantes de los presupuestos de la cámara. Un dinero que es (o debería ser) de todos los españoles que han votado o dejado de votar. Y las cesiones, como en el fútbol, cuestan dinero...

Lo mismo pasa con los EREs en las burocracias de los grupos parlamentarios: cuantos más diputados más burocracia, pues paga el pueblo. El eterno trasvase de financiación parlamento-partido con una fina ingeniería de por medio. Por eso cuando se produce un descalabro electoral se adelgaza la estructura burocrática del grupo parlamentaria y viceversa. Lo peor es cuando no se alcanzan los requisitos para constituirse en grupo, como le pasó a IU en la anterior legislatura que hubo de recurrir , como en los demás casos, a la ingeniería. En ese trance se suele suplicar la compasión de los demás grupos por si tienen a bien acoger algo de su personal por misericordia. Eso le ocurrió precisamente al grupo de IU que negoció a dos bandas una especie de "sucesión de empresa impropia" con el del PSOE por razones estrictamente económicas, hasta el extremo que un trabajador del grupo IU trasvasado al PSOE (a la sazón ujier de las Cortes en excedencia) es actualmente Secretario de Estado en el Gobierno en funciones. A eso se le llama fortuna en la sucesión de empresa.

Cuando un grupo parlamentario ha sido mayoritario y las elecciones le reducen su verdadera dimensión y condición, la estructura burocrática interna tiembla: sonarán sables por descenso de negocio. Se atisba el ERE. Y es lógico, pues el grupo parlamentario del partido del extinto Gobierno suele ser refugio de cesantes que no tienen dónde recalar en la vida civil pues ni siquiera les acoge el Lobby al que apoyaron.

Se podría escribir todo un tratado sobre sociología del Parlamento y los grupos parlamentarios a modo de remedo de la obra de Nieto que podría titularse La organización del desparlamento. Quedaríamos todos asombrados. Pero este no es el ámbito.

El viejo Dacio Gil no está para profundidades, por eso sólo se limitará a destacar el inmenso error totalitario que comporta permitir grupo parlamentario a UPyD, que, para más INRI, recurre a una práctica viciada que Rosa Diez recriminó en la anterior legislatura, y no se le permita a Amaiur con los mismos antecedentes del PNV o, incluso, el PSOE en la primera legislatura constitucional, que se “troceó” en varios grupos para obtener mayor financiación y reduplicar su mensaje en los medios. Tampoco se salva, por supuesto, de estos escabrosos antecedentes el PP que también ha participado en esa feria perversa de las cesiones. Posiblemente porque ninguno de ellos cree completamente en la democracia efectiva. La prefieren “racionalizada”, por emplear el eufemismo de los constitucionalistas franceses.

¿Derecho Parlamentario? ¿Qué Derecho es ese? Desnudo y cínico lenguaje de la "Élite del Poder". Aborto, Nasciturus e ingeniería genética.

Que no le extrañe a nadie la portada del último número de la revista TIME: el indignado en vez del Parlamento. Algo está cambiando y parece que no se lo huelen...


P.S. Siempre cabe la posibilidad, dado el cinismo imperante, que esta decisión discriminatoria sea sólo pura apariencia para calmar a lo más ultramontano del electorado de los dos partidos dominantes y que ya tengan pactado ambos que en trámite de revisión se conceda grupo a Amaiur. Desde luego, sería subsanar un enorme deslíz, pero seguiría denotando que todo está amañado para seguir engañando al electorado. A una parte importante del electorado.

Parecen estar atrapados en sus propias contradicciones y en las del Sistema.

martes, 13 de diciembre de 2011

LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA Y LAS COSAS QUE NO EXISTEN.

Se empeña el economista Eduard Punset en intentar colocar en el mercado libro tras libro y ahora trata de inocularnos optimismo, para que el tinglado no decaiga. Pero la verdad es que no está el horno para bollos optimistas. España en los últimos años ha debido ser un enorme albañal o una macro escupidera: Del Rey abajo ninguno. No se salvan ni militares, ni científicos, ni curas, ni urbanistas, ni constructores, ni jueces, ni profesionales de género, ni deportistas, ni profesores, ni policías, ni informáticos, ni enterradores, ni aristócratas, ni pringaos, ni médicos, ni cómicos ni nadie. Está claro que sólo hemos conocido la puntita del iceberg de esta enorme escombrera. El coge el dinero y corre ha sido principio básico del deporte nacional y quienes no han robado y además han denunciado lo que venía ocurriendo han sido tildados de enajenados o simplemente apartados y excluidos. Los honrados están colocados al final de la lista del inmenso concurso de acreedores que es España y serán los únicos que saldrán perdiendo sin ver un euro en este eterno proceso judicial amañado. Los concursados –los trincones- harán lo de siempre: se pondrán en manos de un abogado practicón y "conectado" y negociarán luego a cencerros tapados, con los “subasteros” para recuperar todas y cada una de sus propiedades. Ley de vida.

Al viejo Dacio Gil le invade la desazón, porque esto no parece tener fin y no se recuerda su principio. Ahora se destapa todo porque los iniciados saben que se está urdiendo al más alto nivel un tabula rasa, un a otra cosa mariposa. Esta corrupción impune (luego vendrán otras muy similares) se meterá en uno de esos nichos tóxicos de los que cuenta la historia y nos olvidaremos de todo en cuanto empiece el próximo campeonato de fútbol o se enfrenten de nuevo Madrid y Barcelona en liga, copa, supercopa o cualquier otro torneo de la amistad. La Intervención General del Estado y la organización judicial harán el resto: el fino ajuste hacia la nada. El simulacro judicial será un mero carnaval festivo transitorio.

En estos días en los que los generosamente retribuidos funcionarios de la Casa Real se afanan por deformar la realidad a golpe de comunicado y nota de prensa, el usufructuario terapéutico de esta Tribuna Alta Preferencia se acuerda de Tomás Eloy Martínez y su memorable El vuelo de la reina. Las pasiones, el poder y la prensa. Las campañas de prensa como vehículo necesario para el engaño colectivo. Todo conspira para recordar el episodio de aquel locutor de Ponferrada que, después de cargarse en sus programas de radio la reputación de una empresa láctea por el destape de la visita de la escherichia coli, recibió de la empresa (presidida por un ex ministro de Sanidad) encargada de reflotar la imagen de la lechera una muchimillonaria encomienda publicitaria… Así son las cosas y así seguirán siendo.

Sobre el caso Urdangarín ya se ha manifestado el viejo Dacio Gil en esta Tribuna. También sobre la corrupción institucional institucionalizada y el sistema de garantías. No quiere traer a colación recientes antecedentes como el del quiteño don Manuel Prado y Colón de Carvajal, o el del armador José Cusí Ferret o el más remoto aún de don José de Salamanca y Mayol. Todos están ahí, para la historia y sus análisis colaterales.

Aquí, quien no tenga pasiones (el dinero, el sexo, el poder, etc.) que tire la primera piedra. Del Rey abajo ninguno. Todos pueden llegar a ser verdaderos profesionales en los suyo, pero no se salva nadie de ese axioma. Y en todo esto no hay interventores que valgan...si es que valen tras las reformas legales habidas al efecto para tal fin

Como para muestra vale un botón, el viejo Dacio Gil sugiere la lectura de La balada de la justicia y la ley del insigne Alejandro Nieto García. Además de apreciarse en este libro la más certera descripción del mundo del derecho existente en España, podrá constatarse de primera mano las peripecias judiciales de lo que el administrativista del Cerrato palentino denomina “los negocios urbanísticos en Sant Cugat del Vallés”. Con todo lujo de datos y detalles se apreciará el deambular institucional de la empresa Boehringer Ingelheim España S.A. de la que es -o era a la redacción del libro- consejero un cuñado del Rey. El exhaustivo informe de Nieto es tan demoledor que le conduce a la ineluctable conclusión de que contamos en España con una falsificación del Estado de Derecho (p. 211):

Nadie busque ni Justicia ni Derecho sino Poder y, en último extremo, Dinero. Cuando se trata de cosas que no existen, sólo cabe hacer literatura: la ciencia- ficción de las obras académicas de derecho urbanístico ( y de derecho local en general o en cualquier otro ámbito) o la balada del presente libro: cinismo rentable en unos casos y amarga melancolía en otros.

Siempre pasa lo mismo: ni interventores ni jueces ni nadie dan nunca con las cosas que no existen... Batallitas de los medios, como en El vuelo de la reina.


martes, 6 de diciembre de 2011

LOS EMIGRADOS, RÉPLIKA, MROZEK...

Atrapado ha estado en los últimos días el viejo Dacio Gil por esa maldita abulia que solemos denominar depresión. Sin ánimo y sin más voluntad que engullir chocolate para intentar dulcificar la postración y abatimiento que le provocó el paréntesis (que no final) de la campaña electoral permanente plagada de mentiras, celadas y diferentes formas de embaucar. Demasiado para los frágiles cuerpo y alma del usufructuario terapéutico de esta Tribuna Alta Preferencia. En un desesperado intento de zafarse de tanta “estulticia constitucional” decidió darse una vuelta por el canódromo de la Vía Carpetana. Atontado con tanto mensaje electoral no reparó en que los canódromos fueron expulsados del sistema con la burbuja financiera (aunque ahora es previsible que vuelvan con un “acorralamiento” económico que se vaticina largo). El canódromo madrileño ya no existe, pero el desplazamiento hasta ese lugar sirvió al viejo Gil para constatar en vivo y en directo lo devastador de esta crisis: aquel barrio está mayoritariamente poblado por emigrados que a trancas y barrancas y con grandes privaciones e ilusiones llegaron a tejer buen número de pequeñas tiendas hoy clausuradas por lo general. El panorama de los pequeños comercios es allí fantasmal, más allá de que lo que era el canódromo sea ahora un campo de fútbol de hierba artificial, sede del Puerta Bonita C.F., que nutre su escuela de alevines e infantiles con hijos de emigrados de diversas procedencias llegados a ese barrio. Más decepción para el viejo Gil.

Familiares y allegados han tratado de sacar de la atonía al viejo Dacio Gil sin conseguirlo del todo. Hasta que una conjunción de casualidades (siempre la conjunción de casualidades que mueve el mundo con mayor brío que la planificación) han terminado por arrojar cierta luz sobre la noche oscura. Por un lado el comportamiento envidiable de los aficionados argentinos en la Copa Davis, en perfecta comunión con sus jugadores insuflando ánimos a Del Potro, Nalbandian y compañía. Transfiriéndoles su afán y su idea de comunidad. Cerca de 2.500 almas llevando en volandas a un excelente tenista extenuado tras tanto esfuerzo hasta conducirlo casi al milagro. Componían la mayoría de la animosa hinchada albiceleste los emigrados, demostrando que, lejos de abjurar de sus raíces y cultura, se sentían comunidad en el evento deportivo en "campo contrario", no dejando desfallecer al ídolo. El sentido sentimiento de la afición tenística albiceleste despertó al viejo Dacio Gil del letargo vital. Y, como siempre ocurre, como corolario a la hipocresía y cinismo en el que nos movemos, el juez de silla portugués, representante de la autoridad, terminó amonestando a la alegre afición argentina, que exteriorizaba ostentosamente su comunión, con nada menos que penalización por público partidario. Como si en esta vida todos fuésemos indiferentes y no tomásemos nunca partido. En esto, como en otras tantas cosas, el viejo Gil se alinea sin rubor alguno entre los seguidores del santo bebedor Joseph Roth: abomina también de los indiferentes.

Que Nadal terminase ganado a Delpo en cuatro sets permitió al veterousufructuario de esta Tribuna Alta Preferencia llegar a tiempo a la sala Réplika de Madrid en la que se representa la magistral obra teatral Los emigrados, de Slawomir Mrozek, a la que había sido invitado por quienes le quieren. La primera sorpresa es la morfología de la sala de teatro en las inmediaciones del antiguo Metropolitano. La sala Replika es un teatro grande que recuerda a la institución teatral El Galpón de Montevideo. Una maravilla de sensibilidad en la que el espectador es partícipe de la obra misma, como si la representación se hiciera en el lugar más cálido de su propia casa. Fuera del circuito comercial, es difícil encontrarlo en la cartelera. Paradigma de la situación política y cultural española del momento: ¡Una obra maestra en lo sustantivo y en lo adjetivo que, por ocultos designios del poder mediático, parece pasar desapercibida para los diarios, que no se hacen eco de lo verdaderamente importante!

La interpretación de Frank Feys e Iaroslaw Bielski o Iaroslaw Bielski y Frank Feys, que tanto monta, es auténticamente cimera, monumental. Tan monumental que el espectador no baja su atención ni un instante, ni siquiera en el meridiano de la obra adaptada por Bielski. Y ya es difícil no bajar la atención en dos intensas horas que parecen media. Los registros de Frank Feys son espectaculares y nadie diría que su deje nativo no fuese eslavo. Con un desgaste físico titánico Feys va ganándose segundo a segundo la simpatía de la concurrencia con su aparente simpleza. Bielski acupa el lugar del contrapunto: un intelectual atildado y ortodoxo en sus líneas argumentales que trata de corregir la dinámica vital de su compañero de sótano con verdades axiológicas científicas y emocionales. Una dinámica que evoca la de los momentos actuales de la humanidad, un enfrentamiento dialéctico "social" en el alma (y también en el cuerpo) de dos simples emigrados que en modo alguno resultan simples. Antes al contrario, en su vis a vis en semioscuridad representan la complejidad del mundo deshumanizado que nos toca vivir y que todos, deprimidos o vivales, consentimos vergonzantemente.

Cuando le sobrevino la depresión, el viejo Dacio Gil andaba en las últimas páginas del libro de Frans de Waal titulado La edad de la empatía que desmonta aparentes sólidos apotegmas de la psicología social convencional por medio de la observación de la conducta de los animales sin prejuicios antropocéntricos, por eso las moscas, los cerdos y los monos que aparecen y desaparecen en Los emigrados calaron en lo más profundo en este espectador. Sobre todo el mono enjaulado que se sostiene sobre su propio rabo. Su imagen es idéntica a la del barón de Münchausen cuando emergía de las aguas tirando de su propio pelo o de los cordones de sus botas. En esto el personaje representado por Frank Feys hace el más difícil todavía al dificultar las hazañas del barón usando unos extravagantes zapatos abrillantados de forma natural y luciendo un largo pelo lacio amaestrado por un peine. A pesar de ello el personaje en el que actúa Bielski lleva toda la razón en esto como en casi todo lo que reflexiona: somos monos enjaulados que apenas logramos sujetarnos sobre nuestro propio rabo.

Pero como pasa en todos los ámbitos de la vida, y destacase con acierto Sören Kierkegaard, cuando tercia el vino la ética, la estética, la religión y la política cruzan sus afilados aceros intentando imponerse hegemónicamente. In vino veritas. Incluso hoy en día que la economía, esa ciencia sin conciencia lo preside (y contamina) todo. Bielski y Feys en sendas interpretaciones literalmente magistrales conducen al espectador a una reflexión mucho más profunda de la que éste cree poder alcanzar: En una concatenación de momentos escénicos estelares, entreverando sonrisas inteligentes y abiertas risas, se topa la audiencia con la clave del asunto: La fe de alcanzar el objetivo de que la Libertad sea la Ley y la Ley la Libertad. La solitaria esperanza acompañada. La comunión humana más allá de las fronteras materiales y mentales.

En los instantes previos a las cerradas ovaciones y los bravos, a la comunión con los actores en la excelencia escénica, por la mente del espectador desfilan Kierkegaard, Unamuno, Bauman, De Waal, Agamben, Arrabal, Valle Inclán, Platón… Imprescindibles fogonazos iluminadores para intentar reaccionar a tiempo emigrando a otras latitudes humanísticas.

Sobre el absurdo y la contradicción ha construido Slwomir Mrozek toda su obra. El octogenario escritor y dramaturgo polaco emigrado a Francia de seguro se sentirá orgulloso de la representación de su obra llevada a cabo por Iaroslaw Bielski y Frank Feys. Posiblemente los dos mejores actores en los escenarios madrileños de diciembre. Mucho más que actores: grandes teatristas.

Los emigrados es una obra que nadie consciente de las contradicciones del momento político, económico y personal actual debe perder la oportunidad de ver. Es, además, un privilegio ver esta obra de teatro: en la intimidad que nos proporciona la sala Réplika con el espectacular montaje liderado por Socorro Anadón en el que está cuidado hasta el más mínimo detalle, tal que, por ejemplo, la pronunciación de Frank Feys que es tan brillante como toda su actuación. Hasta con un asistente de pronunciación cuenta la obra, lo que denota su esmerada concepción.

Aunque, por efectos de las crisis, ya no proliferen como antaño las comidas navideñas de empresa, puede que la cercanía de las fiestas sea aún una invitación al pecado como lo era antes. Pero pecado de lesa humanidad será perderse este diciembre -y su coda al inicio de enero- Los emigrados de Slawomir Mrozek en la intimidad de la sala Réplika. La noticia debería correr como una pólvora constructora de sentimiento humano, de humanismo. Nadie que crea que la mente es algo más que un mero receptáculo de bazofia empaquetada por persuasores ocultos debería dejar pasar la oportunidad de saborear el elixir de la estética escénica. Los emigrados es una sólida invitación a recuperar el teatro frente a tanta banalidad en los escenarios, presidida por los caros musicales des-intimistas.

Tras la nauseabunda mascarada de las elecciones, nada mejor que una cura en la sala Réplika: Tras el esperpento teatral de la campaña electoral permanente en pleno estado de excepción financiero europeo, Frank Feys e Iaroslaw Bielski nos facilitarán el antídoto recordando que el alma (o como queramos llamar a la ética y la sensibilidad consciente) debe ocupar un lugar en nuestra vida cotidiana. Que el mundo de hoy extremadamente interconectado amenaza con convertirnos a todos en emigrantes. En malos y cobardes emigrantes: en excluídos. Y lo que es peor aún: que los vis a vis parecen ya reducidos sólo a cárceles… o jaulas.

Moscas, cerdos, monos... ¿Será cierto que ni se enamoran, ni se deprimen ni se suicidan?, ¿que carecen de empatía?

La respuesta la aporta Iaroslaw Bielski reflexionando "a dúo" en la postrera penumbra de la obra de Mrozek: Libertad y Ley. Cultura. Esperanza. Vida.

Los emigrados: Amor nómada. Vidas desperdiciadas. Público absolutamente partidario. Comunión en torno a los teatristas.