miércoles, 29 de febrero de 2012

EL IMPERIO DE LOS SINSEXO.



El 26 F, día del estallido de la Primavera Rayista, ocurrió lo que siempre ocurre en estos casos: la lección popular fue ejemplar, el despliegue policial “egipcio” totalmente desmesuarado y sin proporción alguna y los “poderes fácticos” se encargaron con su lenguaje institucional (y algo siniestramente chulesco en el caso de Fernández Borbalán) de imponer su cínica compulsión aparentando –sólo aparentando- que todo procedía del orden natural de las cosas, despojando con ello a la festiva y ardorosa afición rayista de un alto porcentaje de su merecida victoria. Luego vino el mamoneo de toda la vida por parte de los “medios”: la prensa hizo una interpretación sesgada de lo acontecido denominando “golazo” o “tacón de oro” un simple centro (de tacón, eso sí) a la olla para que se intentase una segunda opción. El balón terminó entrando mansamente en la red entre una selva de piernas (unas más salvajes que otras, precisamente las de los niñatos señoritos). La prensa es así, cuenta sólo lo que le reporta réditos económicos, le va bien cultivando el espectáculo mediático, necesitado de cierta aristocracia popular. Aplica aquel apotegma de “no dejes que la realidad te estropee un brillante titular”. De haber sido de esa rocambolesca manera un gol del Rayo se habría insinuado el “churrete” o, en el mejor de los casos, la carambola.

Vallecas fue una fiesta en todos los sentidos, en el futbolístico y en el democrático también. Nada que ver con el sosias del Principe Felipe junto a su bella esposa votando el referéndum constitucional en Siria. Nada que ver con la masacre del estadio de Port Said ni en la pacífica afición festiva ni en los miles de GEOS. Otra cuestión son los ultrasur esos, cantando su cara al sol particular. Cosas...

Excitado con tanta manipulación se encontraba aún cuando llegó a casa el viejo Dacio Gil desde la Tribuna Alta Preferencia, pues las emociones y la indignación habían sido grandes. Echó una hojeada liviana a la prensa e indagó qué se podía ver en la tele para olvidarse un tanto de la tiranía del statu quo. Como los prejubilados truncos hemos sido convocado al banco para una próxima reunión que versará sobre Capital erótico y déficit sexual masculino, el programa de La 2 que recomendaba el ABC y que EL PAIS silenciaba por completo, captó la atención del rayista Gil. Era Documentos TV, se titulaba El imperio de los SinSexo, una producción francesa. La elección sin zapeo previo fue un acierto completo y también una esperanza pues denota que en la cadena pública caben aún programas interesantes. Pura sociología de la modernidad líquida. Antología de los daños colaterales afectivos. Posible profecía de lo que no sólo nos espera sino que está enseñoreándose ya de las relaciones actuales en las que la dominación es ya sobre uno mismo como individuo, toda vez que parece desaparecido el modelo hegemónico machista del que hablan las aristócratas de género. El “Yo y mis cachivaches” que diría el Ortega del siglo XXI. Una exposición sin ambages de las tendencias dentro del capitalismo erótico.

El imperio de los SinSexo se refiere a la realidad erótico-amoroso-sexual del Imperio del Sol Naciente y el sexo poniente en el que son valores esenciales la elegancia en los modales y la cortesía en el trato social. Sabido es que siempre se ha considerado que Japón goza de una cultura sexual muy rica en cuanto a ocio sexual, exhibición de belleza, cortejo y atractivo sexual y encanto de las mujeres. Sánchez Dragó lo ha publicitado sin tapujos y por ello fue criminalizado por las sectas feministas y retro-progres no hace mucho. Pero Japón es también uno de los países del mundo con más baja actividad sexual dentro del matrimonio. En esas coordenadas se presenta el documento exhibido por La 2 el 26 F (día de la Primavera rayista y del invierno sexual) en el que van apareciendo mujeres y hombres que desvelan su desafección amorosa, su tedio por la conquista, su desinterés por el climax compartido, su radical indiferencia por el gozo en pareja. El espectador termina convencido de que no son monstruos, sino productos culturales de una época. Los datos aportados son estremecedores pero verídicos: Estoy cansado/a; relaciones sexuales -cuando existen- cada medio año o a años completos; desaparición del sexo en las parejas estables de 40 o más años; dóciles muñecas (y muñecos en breve, si fuese cierto aquello de la igualdad de apetito sexual entre géneros) que se prestan a hacer el amor en todas las posturas del kamasutra; elegantes y discretos bares de copas y compañía femenina; fantasías sexuales solitarias en el “video-vox” con gran variedad de efectos especiales; etc., etc., etc.

Resulta obvio que la realidad va muy por delante de la ficción, y se comprueba que la escena de la película de Patrice Leconte La maté porque era mía (Tango), no hacía sino constatar la realidad en aquella reflexión en voz alta del juez Paul (Philippe Noiret) cuando lanza un florilegio de piropos a su amante…que resulta ser una gatita. Todo ello es recogido con detalle en último apartado del documento TV El imperio de los Sin Sexo cuando expone los Neko-cafés como círculo afectivo.

Sin darnos cuenta, hemos pasado de la familia nuclear a la monoparetal y de ésta al mundo de los singles con sus mascotas, exponencialmente crecido en la actualidad. Dicen que es una evolución lógica tras el proceso de individualización que sucede a las crisis sistémicas como las que padecemos. Al viejo Dacio Gil el sexo ya le pilla lejano pero reconoce que entiende bien poco de lo que está pasando: Lolitas; bellezas mudas, de tacto sedoso y articulaciones atléticas; eyaculación en vez de amor en orgasmo simultáneo y sincronizado; cabinas en lugar de tálamos; preciosas gatas en lugar de esculturales vedettes de largas piernas y contorneados cuerpos; desiertos sexuales compartidos... cuando no yuxtapuestos... El viejo Dacio Gil quedó aún más turbado y confundido tras ver el documento TV en la 2. Esa noche tardó en conciliar el sueño de tanto repasar el sedicentes Estado de derecho y la idílica igualdad ante la ley que se aplica en los campos de fútbol y en las audiencias judiciales, pero al sorprenderle por fin Morfeo se le apareció el espectro de Nietzsche con su enorme mostacho repitendo sin cesar aquella anfibológica sentencia intempestiva de "El hombre quiere que la mujer sea pacífica; pero en realidad es esencialmente belicosa, como el gato".

El Imperio de los SinSexo es un Documento TV que puede ser visionado en
http://www.rtve.es/alacarta/videos/documentos-tv/documentos-tv-imperio-sinsexo/1333217/ . Merece la pena. Invita a una angustiosa reflexión sociológica. Cada cual (y cada cuala) deberá extraer sus propias conclusiones intentando ser cabal consigo mismo/a, como si se tratase de la contestación a un formulario de tendencias y hábitos sexuales de esos que solía enviar la extinta Sanidad Pública. Contestar el cuestionario... sin inflarlo de las “mentirijillas" que suelen deslizarse en esos casos…

lunes, 27 de febrero de 2012

MAURICE ANDRÉ, LA TROMPETA CELESTIAL.

Cada cual es reflejo de la información recibida y lograda asimilar y de los propios afanes por conocer e intentar comprender. Algunos con grandes cualidades personales, transitando por esas sendas de la indagación, llegan a tener una vasta cultura. El viejo Dacio Gil conserva aún su patológica necesidad de intentar entender y comprender lo que acontece en su derredor y puede proclamar con orgullo que ha perdido poco fuelle su inherente tendencia a rebuscar entre recortes y desperdicios informativos en orden a suplir su déficit de conocimientos. Aunque se tiene por un hombre sensible –ese romanticismo que le ha llevado a no considerarse nunca entre los triunfadores, embarrancado en aparentes estériles combates contra la fealdad moral- nunca ha sido, ni ya llegará a serlo jamás, un hombre de cultura. Lo poco que sabe se lo debe a la generosidad de quienes le distinguieron con su amistad que le abrieron puertas y caminos. Eso es lo que le ocurrió con la trompeta celestial.

El joven Dacio Gil creció en un franquismo cuartelero. La mayoría de edad apenas le alcanzó de soldado (con el INRI de “voluntario”) en una mili obligatoria a la que no encontraba sentido alguno. Entendía bien poco lo que sucedía en aquel cuartel en el que las horas de guadias y refuerzos se hacían interminables y transitaban a golpe de corneta. En aquel cuartel el corneta solía ser alguien que, a lo sumo, sabía tocar la guitarra o la bateria, aunque con el paso de los días podía terminar, si se reenganchaba de chusquero, en la banda de la región militar en la sección de viento metal. El marcial chunda, chunda podía ofrecer una carrera con estrecheces, sin grandes virtuosismos ni metas, pero honrada.

Fuera de la castrante actividad castrense (con el torpe y errado agravante del “voluntariado” que aspiraba erroneamente hacerla más llevadera aunque más larga) el joven Gil identificaba la trompeta con los pasodobles que interpretaban los gitanos callejeros o con el acompañamiento musical de la “troupe” junto al perro y al volatinero.

Trabajosamente, en su afán por cultivar su sensibilidad, el veterousufructuario de esta Tribuna Alta Preferencia fue descubriendo los violines, el violonchelo, la música barroca con los Albinoni, Vivaldi, Bach; Haydn, Mozart; luego Schubert… Más adelante sus círculos de amistades le introdujeron en Praetorius y de ahí ya pasó a intentar paladear las diferencias interpretativas y de conducción. Pero la gran sorpresa -justo es reconocerlo ahora en honor a los inductores y al protagonista que ha partido- fue que la trompeta recobrase la calificación de instrumento divino, más allá de su identificación con el Apocalipsis. Hasta ese momento, los instrumentos de viento (ni siquiera los pífanos o las flautas "mágicas") no se encontraban entre los predilectos. Ese milagro lo consiguió un virtuoso francés hecho a sí mismo bajo los firmes auspicios de su padre.

Maurice André marca un antes y un después en la interpretación de piezas musicales clásicas y modernas con la trompeta. Las grandes composiciones barrocas para trompeta son ejecutadas por André con una maestría hasta ahora incomparable. Sus registros y limpieza sonora son proverbiales. Escuchar el órgano de Bach a través de la interpretación de André a la trompeta es una experiencia sublime. Como tambien es inigualable la audición del concierto de Aranjuez por él interpretado en el que el viento mece amorosamente a la cuerda hasta suplantarla. Lo mismo ocurre con su versión brilantísima del Adagio de Albinoni tal como lo recuperó Remo Giazotto. Con Maurice André la trompeta piccolo gime cual violín o violoncello. Puede afirmarse que, a pesar del complejo de inferioridad sinfónica de los instrumentos de viento metal, cualquier ser mortal no es siquiera iniciado en música si no se ha emocionado previamente con el virtuosismo de André. En uno de sus sueños más raros y más selectos, el viejo Dacio Gil aparece en una audición privada de Mstislav Rostropóvich, David Óistrakh y Maurice André juntos para esa ocasión.

Los biógrafos, autorizados o no, de Maurice André cuantan que fue minero en sus años difíciles y que sufrió en su juventud una afección pulmonar que no le impidió llegar a ser en el arte de la trompeta lo que Paganini en el violín.

Aunque ya no daba conciertos desde 2004, Maurice André ha sido fichado el pasado sábado como trompeta solista para la egregia filarmónica celestial. Dicen que el concierto de acogida en tan selecta Academia se lo ofrecerán Antonio Vivaldi, Tommaso Albinoni y Leopoldo Mozart en la primera parte y Louis Amstrong, Dizzy Gillespie y Miles Davis en la segunda.

Su definitiva partida es una inmejorable ocasión para recordarlo escuchando su obra con el recogimiento que su virtuosismo merece.

viernes, 24 de febrero de 2012

LUCHA DE CLASES.

En los tiempos que corren de dicotomización económica (banqueros, brokers y demás gentuza: ricos; un proletariado cada vez más amplio: pobres) a nadie se le ocurriría exhumar el cadáver de Carlos Marx para sostener eso de la lucha de clases, del conflicto como dinamizador social. Todos parecemos acomodados a nuestro destino y no cuestionamos nada bajo la advocación a una virgen en la que no creemos demasiado (“Virgencita, Virgencita, que me quede como estoy”). Hasta don Ignacio Sotelo nos inoculaba recientemente la duda (El espejismo del Estado de Bienestar; EL PAIS 18-2-2012) de que ese espantajo que airea con descaro Rubalcaba haya existido nunca en España. Sotelo es de las pocas cabezas lúcidas que se mantienen enhiestas en un país arrasado por la golfería institucional al máximo nivel y al más cutre también: en los palacios y en las cloacas.

Los marxianos de pura cepa –y Cayo Vizcaíno y Llamazares con el disimulo propio de los marcianos que quieren parecer marxianos- simplificarían un asunto tan grave apelando a la dialéctica, a la lucha de clases. Nadie en tiempos de globalización, excepto Toni Negri, se atreve a llamar a una lucha de clases renovada, pues hasta el Movimiento 15M (el único movimiento realmente existente) se cuida de no agitar la metodología marxista para no verse desacreditado por toda la prensa española de derechas, desde EL PAIS a LA RAZÓN.

Pero,-¡qué coño!- a quienes nos quede un ápice de conciencia tenemos que quitarnos los calzones y las braguitas y levantarnos contra tanta injusticia y vejación social. Constituirnos en Tercer Estado y salir a la calle como sans culottes. Sólo nos queda designar a nuestro abate Sieyés particular y lanzarnos hacia la verdadera Revolución, la revolución rayista. Y nuestro Manuel José Sieyès, con el permiso del historiador erudito Pedro J. Ramírez, debe de ser sin duda alguna don José R. Sandoval.

Sans culottes todos. Franjirrojos hasta la médula, bufrandas y sombreros al aire, tomaremos el domingo las calles para contagiar a la ciudadanía que hay que rebelarse contra el statu quo perverso. Un sistema establecido perverso hipostatizado en Florentino Pérez y sus cohechos urbanísticos. La prepotencia económica y mediática madridista se verá contestada por la gente de Vallecas, en la que se integra la extinta clase media, con sus cánticos y su orgullo social de pertenencia. Gozando catárticamente de la desaparición de la escena (sólo de la escena, pues operan con fideicomisarios interpuestos) de la familia Ruiz y de la esperpéntica temporada “concursal” pasada. Metáfora de la España actual judicializada.

Toda revolución tiene su fiesta y en España su inicio está fijado para el día 26 F en Madrid; en el barrio de Vallecas. La Primavera Rayista, tras tanta ostentosa opresión madridista y del florentinismo rampante, se hará notar para la historia. Con los espacios públicos Avenida de la Albufera, Arroyo del Olivar y Payaso Fofó literalmente tomados por los GEOS (hay que repartir míseras dietas en épocas de restricciones salariales aunque sea por causas ficticias de "alto riesgo") los rayistas enseñarán a Occidente cómo se vive una fiesta revolucionaria en paz y alegría. Si, encima, a eso de las 18 horas el resultado ha sido favorable, será la bomba. Los unidimensionalmente madridistas AS y MARCA se aprestarán a destacar que el Sur también existe e ilustrarán al día siguiente sus portadas con imágenes del magnate del ladrillo y del fideicomisario juntos y de otros tantos de cientos de señoritos en el palco a la tradicional hora del segundo plato dominguero. Seguro que ese día la madridista Casa Juan estará semi-vacía a las cuatro de la tarde.

Un partido de fútbol como inequívoca muestra de que aún es válido el análisis dialéctico de la historia. La afición rayista como espita de la Revolución Española. El franjirrojo como símbolo de la primavera en febrero. Un Rayo de esperanza. Un liderazgo carismático y emocional -además de legal racional- en una España huérfana de auténticos líderes y ahíta de mangantes: José Ramón Sandoval.

Hemos tomado demasiado a la ligera a Toni Negri: El rayismo es una sana y gozosa multitud que terminará germinando en un cambio social. El 26 F quedará grabado en moldes de oro para la historia como el inicio de la Primavera Rayista que contagiará al resto de España. El modo franjirrojo de poner coto a una inequívoca decadencia de Occidente ostentosamente llena de esquinas, torres, urbanismo corrupto, financiación pública, Cristianos, Ronaldos, Florentinos y miles y miles de flojos advenedizos y huecos aduladores del poder.

Cabe, sí, la sana lucha de clases en pleno siglo XXI. Un pueblo -mucho más que un barrio de la capital- intentando redimirse como puede de los yugos. El profeta de esta Primavera de brotes franjirrojos es identificado como José Ramón Sandoval que ha incluído en su Estado Mayor a jóvenes e ilustres veteranos que han sabido contagiar a la humilde gente "vallecana" el espíritu revolucionario que portan con orgullo...deportivo.

lunes, 13 de febrero de 2012

EL SUEÑO DE LA RAZON JURÍDICA PRODUCE ASCO.

El viejo Dacio Gil se encuentra desde hace varios días sumido en una gran duda existencial. Pondera si merece seguir alzando la voz (y el puño, y la hoz, y el martillo…y muchas más cosas más) en esta Tribuna Alta Preferencia dado el estercolero totalitario en el que nos encontramos sumidos todos junto a la democrática Atenas. Sostiene este Gil que el tradicional cogito ergo sum ha sucumbido ante el cogito interruptus dominante. Si ya no somos nada –y menos que terminaremos siendo-, ¿a qué seguir intentando pensar en voz alta? Si la concatenación de escándalos económicos, judiciales y mediáticos nos han terminado convirtiendo en bienes mostrencos o en semovientes ¿qué sentido tiene intentar sugerir algo a unos eventuales lectores embozados en el silencio o como logoterapia?

Los aires totalitarios que hacen el ecosistema europeo irrespirable parecen aconsejar el silencio o la salida monacal. Cabe, eso sí, el metamorfoseo cínico a lo Rubalcaba pero para esa opción límite hay que tener unas enormes tragaderas, un desprecio absoluto para los distantes semejantes y unas ganas locas por seguir viviendo del cuento de la política insana, pues en la vida real hace muchísimo frío. Cabe, en fin, lanzarse a la calle a mostrar el descontento como los atenienses pero al viejo Gil le pilla en un trance achacoso y en pleno descreimiento en la capacidad de movilización ajena. Escribir en un blog por muy terapéutico que pueda ser parece hoy fuera de lugar con el estado de excepción y la “vuelta a las andadas” que lo domina todo. El veterousufructuario de esta Tribuna Alta Preferencia siente pánico por lo que se nos avecina y estaría dispuesto a suscribir tilde a tilde el pesimismo antropológico que exhalan las Confesiones de un burgués de Sandor Màrai. Ni los unos ni los otros harán nada por la gente corriente. A lo sumo nos aplicarán la compulsión directa en cuerpo, alma y bienes. En esta piel de toro le pones librea al portero de tu casa y se cree capitán general con mando en plaza y, pistolón en mano, te intimida y tortura hasta la extenuación. Casi casi como el Secretario-Administrador (asalariado del común) en la Junta General de la comunidad de vecinos horizontales: engaño tras engaño, con desprecio absoluto al órgano soberano.

Al viejo Gil no le consuela ni siquiera coincidir en el diagnóstico con el sabio Ignacio Sotelo que le confesaba días pasados -cuando coincidieron ambos el día de la última representación de Los Emigrados en la sala Réplika-, que atisba con pesimismo el futuro de Europa y de los españoles. Que sin juventud rebelde no hay avances sociales relevantes. Y Sotelo no suele errar en sus diagnósticos como ha demostrado con la universidad, la socialdemocracia, Europa, el estado social, el franquismo, el PSOE y cualquier tema que tenga a bien someter a su consideración de sabio.

Que una sentencia judicial sobre un juez proclive al estrellato (el ámbito más totalitario de la sociedad que ya es decir, pues España es un enorme Tribunal de Orden Público en el que las togas de primer, segundo, tercer o cuarto turno hieden) se encuentre hoy en boca de todos parece la prueba del 9 de lo que está pasando. La justicia humana ha sido siempre así: ni la verdad ni la justicia importan; sólo el prurito leguleyista huero. Ahí tenemos si dudamos a la "remasterizada" De la Vega con su amigo del alma (y del cuerpo) Ledesma en el dorado nicho del aconsejamiento perpetuo del fantasma Estado; con “Alicia” Zapatero formando el trío de la Bencina. Que Dios pille confesada a la casta-meretriz de la Justicia cuando nos llegue la hora del Juicio de verdad (si es que es de verdad el juicio universal). Juicio que, al paso que vamos, también será amañado para que unos entren a pie y otros en coche, ya que ante las puertas del infierno es de esperar que nos agolparemos los parias intercambiándonos el aliento como ocurre a la salida del campo de Vallecas Arroyo del Olivar arriba, mientras los señoritos de siempre y los parvenus dejarán ligero rastro de sus caros aromas sin apreturas de ningún tipo y sin la onerosa presencia popular. Todo por la sedicente (y sediciosa) virginidad del Estado de Derecho.

Hubo un tiempo en que los letrados que actuaban ante la sección sexta de la Sala de lo contencioso del Tribunal Superior de Madrid llamaban "el estercolero" a ese juzgado, pues todo lo que no fuese proteger a los delincuentes de la administración los magistrados Teresa Delgado Velasco, Francisco de la Peña Elías et alii dejaban pudrir los temas para no incomodar a los detentadores de las administraciones; todo ello en aras a terminar siendo catapultados ellos a la Nacional, como su colega Cudero, o al Supremo. Y al "justiciable" (sic) que osase moverse defendiendo la veracidad de sus asertos lo amenazaban con las penas de la santa excomunión en forma de injustificable delito de calumnias tramitada en sede corporativa. La amenaza como disuasión jurídica. Asustar con el espantajo. La trampa como modelo. Esa dinámica se ha extendido hoy a todos los órganos judiciales. El sueño de la razón jurídica produce asco. Así de claro. Indiferente la clase de magistrados, “especialistas” o no, a que los delincuentes hayan seguido impunemente delinquiendo en el ámbito de lo público para ocultar sus deslices privados. Aquellos delincuentes se encuentran hoy confortablemente acomodados en su cementerio de elefantes. Esas son las señas de identidad del sistema garantizador que proclama la Constitución de 1978 y que ingenuamente creímos los españoles que serían valores superiores de la convivencia. Constitución, como es sabido, excepcionada hoy en día por los dirigentes bancarios y de la UE. Es decir: la UE como Efraín Rios Montt o los ministros de la Gobernación de Franco.

La golfería se ha enseñoreado de España y ya no hay ámbito que se salve. Del Rey abajo ninguno. Nadie. Asistimos al tiempo de selectas tribus que pactan entre ellas a cencerros tapados despreciando profundamente a la gleba. Todo ello con la colaboración necesaria de los medios de comunicación que se ofrecen al garlito para aparentar cierta transparencia que no es tal. Podría decirse que estamos en una democracia mafiosa pero este Gil no quiere ser tan gil de proclamarlo el primero. Vivimos un sistema que es puro cambalache para iniciados. Pésimo teatro.

En estas coordenadas es más que probable que el viejo Dacio Gil haga mutis por el foro y abandone, pues ahora no está el horno para bollos ni se conjetura que pueda estarlo en el tiempo que está por venir. Se encuentra sopesando -eso sí- si será obligado dejar algunas breves disposiciones testamentarias para conocimiento general. En eso está.

Quede desvelado para quienes se han interesado por las razones del continuado silencio del viejo Dacio Gil. Un silencio autoimpuesto.