domingo, 30 de enero de 2011

LA DELINCUENCIA DEL MOBBING VISTE DE ZARA: PABLO ISLA, SU ESPOSA, LA FINANCIACIÓN ESPURIA DEL OPUS DEI Y LA ALTA TOXICIDAD DEL CSIC.

No se agite el curioso lector por la rúbrica del presente post. El propio contenido desvelará la posición que ocupa en la delincuencia formal e informal cada uno de los sujetos u organizaciones enunciados en el mismo. Debe de ir por delante que la mención a don Pablo Isla Álvarez de Tejera obedece a criterios retóricos y a su condición de consorte de doña María de la Vega Cabrera que por un tiempo estuvo destinada en esa fábrica de agresiones e históricos dislates económicos, jurídicos, éticos y morales que es el CSIC. Pero todo irá por partes.

Por lo general, ni la burguesía ni la aristocracia suelen inmiscuirse directamente en los turbios ámbitos de la delincuencia (no ensucian sus manos); a lo sumo con las diferentes organizaciones delictuosas, ya estables ya delicuescentes, esas clases sociales actúan con aséptica longa manu. Ambas clases sociales suelen distanciarse de la gleba en los detalles aparentemente más insignificantes como es su propia indumentaria. Desde luego si se deslizaran por la pendiente del acoso moral no parece que hubieran de cambiar su indumentaria: es altamente dudoso que vistiesen de Zara, por más que ésta sea una firma textil de calidad y diseño suficientemente contrastados. Pero la nota característica de esa marca textil es el ser marcadamente popular. Poca aristocracia y alta burguesía hay en los estratos intermedios de la antigua Función Pública, aunque haberla hayla por razones estratégicas. Pero los delincuentes a los que se refiere este post son empleados públicos de diferente laya y, ellos sí, visten por lo general de Zara. Esta hipótesis se intentará desarrollar más adelante.

Don Pablo Isla tiene la amable impronta de los “reconocidos” por el Estado, rezuma el aspecto característico que suelen portar los jóvenes triunfadores de un determinado segmento social en España : recio pelo crespo bien dominado y moldeado; rostro de hijo de familia que no osa traslucir ni crispación, ni excesivo esfuerzo, ni tan siquiera orgullo; limpidez en todo su porte; impecable lenguaje no verbal; ningún detalle disonante en su equilibrada presencia. Se asemeja, salvando las distancias, a aquél joven diputado de AP en la transición, tan diferente a la imagen de su propio padre, también diputado de AP. Ambos coinciden, además, en su condición de juristas-funcionarios (uno abogado del estado, el otro fiscal) que la mitología dice que superaron su oposición con enorme brillantez. El alcalde Ruiz Gallardón y don Pablo Isla, en efecto, se asemejan.

El decurso curricular del nuevo presidente de Inditex es bien conocido: abogado del estado; director general de patrimonio del Estado; Jefe de la Asesoría del Banco Popular; Secretario del Consejo de Administración del banco del Opus Dei; Presidente de Altadis; Vicepresidente de Inditex con posesión de 200.000 acciones de la compañía y Presidente ejecutivo en sustitución de don Amancio Ortega. Además de todo ello, don Pablo Isla presenta una credencial que lo acredita como “rara avis” entre los leguleyos del estado ya que estudió con notable aprovechamiento historia del arte siendo ya funcionario; circunstancia ésta que era la comodilla de medio Madrid en su época de estudiante universitario de Historia del Arte. Estudiando esta carrera en la Universidad Autónoma debió conocer a su actual esposa doña María de la Vega Cabrera con la que tiene tres hijos.

La esposa de don Pablo Isla es, efectivamente, doña María de la Vega Cabrera, licenciada en Historia del Arte y TAC (administradora superior de estado) que estuvo destinada en el Ministerio de Cultura, donde conocía a la abogada del estado de la época, y más tarde, por la intercesión de un Secretario General del CSIC que había sido subdirector general con don Pablo en la Dirección General de Patrimonio del Ministerio de Hacienda, llegó al CSIC. En el CSIC se creó ex profeso para ella una plaza de jefe de área de organización, que, en principio, incluía también el tema de los convenios y acuerdos. El viejo Dacio Gil aún ignora si su aterrizaje en el CSIC se debió a que le aseguraron que era un sitio cómodo para su vida relacional compleja y agitada de consorte del Presidente de Altadis (lo que es lo más probable) o a que “motu proprio” quiso conocer en directo el funcionamiento de un organismo del que se sirvió a conciencia el Opus Dei para financiar su peripecia institucional en el Vaticano y de la que hay abundante constancia documental. Sea como fuere doña María aterrizó en el CSIC siempre elegantemente vestida (fundamentalmente de Lasserre, Max Mara, Lacoste y similares y reconocidas marcas) y con buen número de ausencias justificadas por la pretendida enfermedad de uno de sus hijos. Como puede suponerse, una licenciada en arte, con el solo barniz de los estudiados temas de TAC y sin un decidido interés en involucrarse en el asunto de la actividad convencional de huída del derecho administrativo tan imperante hace cerca de 10 años, poco criterio podía aportar en el marasmo de ilegalidades “con-veniales” y “con-mortales” característico del CSIC desde tiempo inmemorial (desde que se manipulaba a discreción el capítulo 1 -gastos de personal- del presupuesto del organismo para otros fines torticeros). Es más que probable que su aterrizaje en el CSIC se debiera a un intento de facilitarle la vida, cual reina madre, sin tener que aportar criterio ni mojarse adoptando decisiones. En ese contexto intentó que el viejo Dacio Gil siguiera siendo un todoterreno a pesar de su escuálida retribución, sin involucrarse en reforzar la posición del viejo Dacio en el campo de minas jurídicas (en el CSIC se desprecia cuanto se ignora... que es mucho) que había sido hasta aquella fecha la actividad convencional en el CSIC, totalmente al margen de los criterios requeridos por el MAP. Paulatinamente doña María de la Vega se fue entregando a la camarilla que domina internamente el CSIC (que, por así decir, tiene “cogidos por los huevos” a los directivos que se van sucediendo en esa peculiar administración institucional) despreciando el empeño de sometimiento al derecho y a la transparencia administrativa llevada a cabo por el viejo Gil a instancia de un Secretario General alarmado por la concatenación de ilegalidades que allí había podido constatar.

Para una cabal representación mental de la auténtica faz del CSIC , el viejo Dacio Gil se limitará a trascribir, sin poner ni quitar tilde, tres consejos-aseveraciones de tres sucesivos secretarios generales del CSIC:
a) “La casa de los sabios (sic) es un lugar muy peculiar como irás comprobando desde el principio. No te mezcles en ninguno de los dos bandos. Procura ir a tu aire. No salgas del despacho, es la mejor forma de poder intentar vivir tranquilo…”
b) “Esta casa es un patio de vecindad. No te alarmes si llegan a tus oídos las más insospechadas fabulaciones malvadas sobre tu persona. Desgraciadamente esta casa es así. Hay mucha mala leche. Es muy difícil hacer un cambio de vía, pero hay que intentar racionalizar esto… Seguro que tu puedes poner un poco de orden en la forma en la que se viene eludiendo la legalidad…”
c) “Entiendo lo que me dices. Aquí todo son desviaciones e ilegalidades. Hay una bomba de relojería debajo de la silla del secretario general del CSIC; seguro que uno respira tranquilo cuando se marcha de aquí sin que haya estallado. Se quita una preocupación diaria.”

Para ser claros desde buen principio, hay que dejar constancia que aunque doña María de la Vega Cabrera no es una mala persona, su indeleble actitud de importancia TAC o su evidente déficit de conocimientos jurídicos le condujo a entregarse a la camarilla que se encontraba incómoda con el proceso de racionalización emprendido por encargo por el viejo Dacio Gil que les reducía el omnímodo poder que a hasta ese momento venían defendiendo a espaldas de los criterios reclamados por el MAP. Esa entrega comportó consiguientemente un proceso silencioso pero constante de preterición informal del viejo Dacio Gil que alcanzó su punto culminante con el cambio de Vicepresidente de Organización y Relaciones Institucionales del CSIC (don José Pío Beltrán Porter) que dio el pistoletazo de salida a un nuevo y brutal proceso de Mobbing, esos procesos tan característicos del CSIC y de las burocracias científicas.

Puede afirmarse que María de la Vega Cabrera puso en marcha las devastadoras consecuencias del efecto mariposa. La extrema toxicidad organizativa connatural del CSIC se encargó de todo lo demás de la forma que ya tenía repetidamente entrenada, de la forma que tan pormenorizadamente han diseccionado en sus respectivos trabajos Iñaki Piñuel y José Luis González de Rivera, además de Heinz Leymann y Marie France Hirigoyen. En ese contexto se inscribe el efecto desencadenante del acoso en el trabajo sufrido por más de 10 años por el viejo Dacio Gil en la administración “pública” y en el seno de un sedicente Estado de derecho. Llama por ello enormemente la atención la afirmación recogida por la periodista Cote Villar en el diario El Mundo del 15 de enero de 2011 (“El hombre discreto que sucede a Ortega”. La otra crónica p. 7): “Si Pablo es excepcional, María lo es más. Ha sacrificado su carrera por su familia y era un carrerón” que la periodista pone en la boca de José María Curto. El viejo Dacio Gil y cualquiera que se detenga a analizar el decurso burocrático de doña María de la Vega Cabrera pude poner fácilmente en duda los fundamentos objetivos y subjetivos del carrerón aludido en la frase supuestamente trascrita en el artículo de referencia.

Sobre la financiación espuria del OPUS DEI a través de la burocracia del CSIC puede el curioso lector –si es que lo hubiere- indagar en testimonios y documentos históricos incontestables, que ponen en su justo lugar a un organismo que se presta, por su falta de transparencia y sus notas acusadas de “organización tóxica”, a muy graves desviaciones y deslizamientos en su funcionamiento. No es cuestión de destapar en este post una obviedad histórica reconocida por los propios intervinientes en el “agio presupuestario” y en las desviaciones financieras con pelos y señales. Está en los libros. Existen documentados buen número de testimonios directos de los intervinientes históricos (los "agiotistas") en la simbiosis financiera perversa Opus Dei- CSIC.

Cuál sea la naturaleza del CSIC se colige de las tres frases trascritas de tres sucesivos secretarios generales del CSIC: es el paradigma (¡dentro del Poder Público Estatal!) de fraude al Estado de derecho, a la constitución de 1978, a la dignidad humana indisponible etc., etc., etc. Como apuntan González de Rivera y Piñuel, organizaciones como el CSIC son el caldo de cultivo idóneo para el Mobbing. Y el CSIC es una continuada fábrica de APT (acoso psicológico en el trabajo) en la que se reproduce con asombrosa facilidad el síndrome MIA (Mediocridad Inoperante Activa) entre una camarilla adaptada al medio: José Pío Beltrán Porter; Carlos Martínez Alonso; Rafael Rodrigo Montero; Montserrat Gomendio Kindelán; Yolanda Varela, Sara Quíles; Pilar Hernández; Carlos Gata; Margarita Almazán Barragán; Eusebio Jiménez Arroyo; María del Mar García Ferrer; Carlos Manuel Abad Ruíz podrán alegar que actuaron como Eichmann en el CSIC, que se limitaron a ejecutar “órdenes superiores”, que su maldad era banal (aunque también venal, todo hay que decirlo, aunque solo haya sido para mantener su papel-y sus retribuciones públicas- en la omertá imperante). La lista no es exhaustiva pues se omiten otros intervinientes para hacer menos fatigoso el relato, pero todos -estos y los que faltan- han participado –a sabiendas y con su alícuota- en la muerte civil del viejo Dacio Gil en el CSIC, en su aniquilación como persona, en el despojo de su integridad moral, en el sufrimiento de toda una familia. Queden consignados sus nombres para que se conozca su catadura moral y su fraude al servicio público que aún se mantiene a día de hoy. Son claros prototipos de malignidad humana. Cada cual en la escala que se merece, ganada a pulso con sus obras y omisiones de auxilio.
Como contrapunto a tanta miseria, hay que destacar también en el CSIC espíritus caritativos, almas nobles, que, aun a riesgo de su propia posición profesional y humana, han auxiliado y ayudado al usuario de esta Tribuna Alta Preferencia cuando trataba de hacer frente, con la dignidad que aún no le habían devanado con malas artes, a tamaña malignidad humana e institucional. Fueron los auténticos ángeles de Dacio Gil en un universo de indiferentes morales. Acaso gracias a ellos y a su familia pudo resistir, aún intenta resistir.

Cuando un acoso tan brutal se manifiesta en el seno del Estado, del Poder Público Estatal, todos –incluidas las instancias supuestamente garantizadoras- tienden a silenciar el escándalo a toda costa: desde ministros del ramo a Fiscales Generales o de sala, pasando por ilustres magistrados o jueces (Teresa Delgado Velasco, Inés Huerta Garicano, Berta Santillán Pedrosa, Francisco de la Peña Elías et alii) hasta poder llegar al propio Presidente del Gobierno actual. Todos han tenido constancia concreta y documental de lo que estaba sucediendo, todos han mirado hacia otro lado. No sólo Hitler. Aquél y estos también tuvieron y tienen la colaboración activa de los verdugos voluntarios, despreciando, tildándolas de evanescentes, las nobles proclamaciones constitucionales dadas por el pueblo español o por quienes decían ser sus representantes legítimos. Unos y otros actúan como si sólo imperase la impunidad guatemalteca con lo que ello comporta de inhumano. Les importa un bledo la dignidad humana y la sacrosanta integridad moral de los seres humanos. Practican la omertá mafiosa para seguir cobrando del erario público. No sólo el rey estaría desnudo. Muchos de sus altos, medios y bajos supuestos dignatarios también lo están. En los planos ético y moral entre otros planos.

Eso sí, como verdugos voluntarios que son, visten de Zara. Casi casi como aquella figura dibujada por Vicente Blasco Ibañez en el relato un funcionario. Su estatura moral no les da para otras vestimentas de mayor precio. Además...para lo que tienen que cubrir…

Sentadas las bases, el proceso y los sujetos de esta parábola sobre el proceder (in)humano en el Poder Público Estatal, con toda su carga espantosa de antijuridicidad consentida, el viejo Dacio Gil espera divagar en adelante casi exclusivamente sobre el amor y Lou Salome. Y también sobre la contradictoria y sórdida actualidad político-económico-sindical hispana, así como sobre el doble tablero de ajedrez internacional que se ha desplegado en el mundo árabe donde ahora resulta que la puritana sociedad occidental -repleta de espías y soplones- descubre que había corrupción…¡y parecía no haberse enterado hasta las recientes inmolaciones de seres humanos desesperados!
Tal vez haya llegado la hora de abrir mercados árabes bajo el salvoconducto democrático. Acaso algunos aprovecharán también para vestir de Zara.

De momento, en la piel de toro, la delincuencia del Mobbing si que viste de Zara. Es que no puede ser de otra manera.
Como Nicomedes Terruño. Salvando las éticas distancias...

martes, 18 de enero de 2011

ESPAÑA Y TÚNEZ; TÚNEZ Y ESPAÑA

Ambas son sociedades mediterráneas; ambas se basan en un régimen con tintes totalitarios recubierto de democracia glaseada; ambas hacen pivotar su economía sobre el turismo; ambas tienen radicadas propiedades de insignes jerifaltes políticos -incluidos los socialistas-; ambas han tomado recientemente medidas de excepción para apuntalar sus peculiares regímenes institucionales de poder, utilizando a las fuerzas armadas a ese fin. Pocas diferencias hay para el profano entre “estado de alarma” y “toque de queda”, aunque muchos intelectuales a la violeta pueden enfrascarse durante días discutiendo sobre el contenido y alcance de las medidas excepcionales de cada gobierno. Ambas medidas, ideadas para paliar el caos, se han empleado por la fuerza para apuntalar unos regímenes que se resquebrajan por todos los costados.

No nos engañemos España es Túnez y Túnez es España. Los ciudadanos están hartos y lo manifiestan según su particular balance de pérdidas y ganancias. En Túnez la respuesta ha sido más contundente por varios factores sistémicos superestructurales (con perdón por el empleo de una expresión de “retroprogre”, muy útil a estos efectos descriptivos por su plasticidad) que el viejo Dacio Gil no va a osar desmenuzar para no invadir -cual tertuliano de medio de comunicación- el ámbito de libre evaluación de lo acontecido del eventual seguidor de esta Tribuna en orden a poder llegar a alzar la voz cuando no pueda más ante tanto y tamaño atropello. Algo muy grave esta sucediendo ante el silencio y el paripé de instituciones de garantía como la Unión Europea. La vergüenza y la decencia institucional ya no existen, igual que se ha perdido cualquier vestigio de legitimidad: maquillar el desfalco es el único objetivo de quienes se dedican a ello. En eso sí, los beneficiarios de ambos regímenes cierran filas (toque de queda o estado de alarma) y se muestran solidarios entre ellos: tras la omertá la devastación, sin que aparezcan responsables ni culpables de carne y hueso. Una crisis inmaterial con consecuencias materiales para los gobernados. El manido todo va bien mientras nada funciona.

Lo sucedido con la incautación salarial de Zapatero tenía que tener negras consecuencias más pronto que tarde y ahí las tenemos ya. Abierto impunemente el melón, todo era ya posible. Y no parece que haya sido casualidad que sea Murcia el Campo de Agramante. Una comunidad uniprovincial que ha disparado su consumo en los últimos años. A su presidente (en realidad a todos sus políticos) se le ha ocurrido descubrir el mediterráneo tunecino ya empleado por Zapatero: confiscar otra parte del sueldo a los funcionarios. En principio pretendían guindar 175 euros lineales a sus funcionarios por medio de unas medidas “extraordinarias” convalidadas jurídicamente por el parlamento regional, pero magnánimamente las ha dejado rebajadas a 75 euritos del ala para cada funcionario. El tandem Zapatero- Salgado señaló la via para meter la mano en la cartera de los más débiles, ahora todos les seguirán en su facilismo carente de lógica y sentido común. Con toda la razón del mundo los funcionarios murcianos se han soliviantado y se manifiestan a diario frente a la vivienda del Presidente en el centro de la capital murciana. Puede que el conflicto (legítimo, razonable y comprensible para cualquier persona de bien) esté siendo insuflado con intereses electorales y hasta sindicales, pero es justo y necesario que los empleados públicos digan ¡Basta ya! Alguien debería explicar a este desconcertado Dacio Gil qué diferencia cualitativa puede haber para que sólo los funcionarios murcianos manifiesten palmariamente su descontento.

A milímetros estamos de corralitos, patacones y demoras indefinidas en el pago íntegro de los sueldos mensuales de los funcionarios. James Petras ya lo anunció cuando el Default del 2001 en Argentina: ese iba a ser en lo sucesivo el modelo del capitalismo salvaje en todo el mundo. James Petras puede ser tachado de muchas cosas (quienes quieren ser tenidos por ortodoxos no se atreven ni siquiera a hacer su cita académica por miedo a una fulminante excomunión) pero hay que reconocer que, por lo general, tiene una extraordinaria visión de la jugada capitalista. Se está cumpliendo su vaticinio: es posible hacer quebrar sistemas y regímenes sin que las revueltas sean excesivamente relevantes. Un negro fatalismo parece haberse apoderado de las sociedades que se decían firmes y desarrolladas, atributos éstos que blandía Carlos Saúl Menem para atemperar el disgusto de los argentinos con sus sueños imperiales de capitalismo liberal desbocado.

Todo sin excepción es esperpento en esta cochiquera (con perdón para el hogar de los gorrinos en el que, de seguro, los guarros practican el amor y la solidaridad sin necesidad de créditos bancarios). Tomemos un ejemplo paradigmático. La experiencia piloto de la nueva oficina judicial también en la Región de Murcia, cuya competencia autonómica parece haber sido devuelta al Estado o rechazada por la propia Comunidad Autónoma por falta de recursos económicos para su mantenimiento y cabal desempeño. Y la lista puede extenderse hasta el infinito…sólo hay que esperar, pues todo llega. El usuario de esta Tribuna Alta Prefrencia se malicia que no ha habido casualidad en que se haya producido precisamente el tijeretazo funcionarial en Murcia una vez constatado en vivo y en directo el desfuncionamiento del aparato judicial. Desfuncionamiento por no emplear expresiones más graves y potentes.

El eventual lector sabrá entender que este viejo Dacio Gil se haya tomado una nueva licencia en su promesa de hacer aparecer en esta Tribuna Alta Preferencia a la maravillosa Lou, que, como cualquier diva que se precie, se hace esperar antes de dejarse ver con todos sus encantos. Y con la femenina demora, el viejo Dacio Gil disfruta sabiendo que esa maravillosa mujer se encuentra cerquita de él, en el cuarto de invitados, y mientras se acicala para aparecer aún más hermosa física y espiritualmente.

Además, este viejo Dacio Gil se ve en la obligación de anunciar al eventual sufrido lector que tras el bombardeo mediático de la sucesión en la dirección del grupo económico INDITEX no tendrá más remedio que vencer sus propias reservas personales y apostillar, con su punto de vista y vivencias personalísimas, lo aparecido estos días en la prensa. Tiene a medio terminar ya el post “La delincuencia del Mobbing viste de ZARA: Pablo Isla, su esposa, la financiación espuria del OPUS DEI y la alta toxicidad del CSIC.” Por puro imperativo vital lo hará el viejo Dacio Gil aunque con ello tenga que levantar el perverso velo institucional que cubre la inmundicia existente desde antiguo en las burocracias del régimen y en otras latitudes conexas. Con dolor pero identificando a quienes creen gozar de impunidad guatemalteca. Por pura salud pública e higiene moral personal.

Habrá, pues, que esperar algún tiempo más para detener nuestra mirada en el libro de Manuel Cruz que tantas cosas puede esclarecer a iniciados y desprevenidos en eso del amor. Un pequeño previo esfuerzo parece imprescindible. Tras el dolor rememorado esperemos que venga el prometido gozo amatorio.
Vendrá. Seguro. En Túnez y en España. En España y Túnez.

martes, 11 de enero de 2011

BESOS Y AMOR FRENTE A LA PROLIFERACIÓN DE ESPÍAS.

Anda en estos días el atribulado y achacoso usufructuario de esta Tribuna Alta de Preferencia dando tumbos –por razones obvias- por la red sanitaria pública madrileña y en una de las citas programadas en un gran hospital de la zona noroeste se ha topado con un entrañable compañero de fatigas juveniles que se mantiene dignamente fiel a su figura de hace casi ocho lustros. Agrada, en principio y por lo general, en los tiempos que corren encontrar veteranos amigos que en vez de hablarte de enfermedades varias te diseccionan la realidad del momento. Ese es el caso de Judas Rubiacalva que vino a contar a este viejo Dacio Gil que España es un enorme hervidero de espías. Que incluso en el periódico El Mundo se viene estableciendo un sesudo debate científico sobre si deben de ser denominados espías o miembros de los servicios de inteligencia. Cuenta Judas Rubiacalva –casado en segundas nupcias y chivato oficial del Reino- que todos los ciudadanos somos ya absolutamente transparentes, que el macro ordenador policial de El Escorial lo tiene todo controlado, desde los nombres y apellidos hasta lo que comemos , calzamos y hablamos. Dice que eso es un gran avance para la democracia, que nos garantiza una vida tranquila y feliz sin sobresalto alguno. Mantiene también que hoy se practica la elegancia social de sentar un espía a la mesa. Que ya no es en los restaurantes caros sino en la propia casa o en la asociación de vecinos pero que con la proliferación de esa nueva chusma de los delatores (testigos protegidos y otras denominaciones eufónicas los delatan a su vez a ellos) se respira un aire más puro, sin humos ni anabolizantes. Acaso sea cierto todo eso, pero el viejo Dacio Gil se malicia que eso del espionaje es ya pura ideología para mantener unos empleos bien remunerados y bastante opacos, además de mantener al Fouché de turno.

La verdad es que en su ya larga vida el usufructuario terapéutico de esta Tribuna Alta Preferencia ha conocido chivatillos en todos los órdenes institucionales: el Tribunal de Cuentas, el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional y cualquiera otros órdenes que pensarse quiera por más insospechados que resulten y aunque gocen de cierta pátina de dignidad y aparentemente venerable trayectoria administrativa. Afirma asimismo el bueno de Judas, en base a datos fidedignos que dice disponer, que lo que está pasando en la actualidad supera ya la ciencia ficción: los ciudadanos transparentes al albur de la STASI de turno travestida de engalanados eufemismos.
Judas Rubiacalva, siempre ameno y graciosillo, cuenta que espías ataviados de monaguillos se han infiltrado en los vestuarios de una afamada red de gimnasios y han logrado desentrañar una peligrosa trama para la seguridad nacional: una red de mamporreros de galgos que manipulan todas las carreras por cansancio físico de los canes. Dice que, según fuentes fidedignas, se tiene grabadas conversaciones comprometedoras para la seguridad nacional: que si pajilleros, guajolotes, mamertos y demás conceptos comprometedores para la seguridad alimentaria, medioambiental y nuclear de este país puntero entre los mejores del mundo. Hace notar sotto voce el amigo Judas que la “n” en este vocablo calificativo es esencial pues afecta a la sostenibilidad de los miembros inteligentes, dado que "puntero" apenas es sinónimo de "putero". Y puede que sea verdad por más que Dacio piense que Judas está embriagado de poder: no parece que el fornicio de galgos o podencos en el canódromo sea para tanto para los españolitos de a pie (muchos ya a un solo pie).

Como cabe suponerse el viejo Dacio Gil terminó incomodándose con el jocoso Rubiacalva y para cambiar de tercio recurrió al manido ámbito de las enfermedades. Inquirió al documentado interlocutor sobre la epidemia de encefalitis aguda propagada a través de unos medios de comunicación que parecen estar en campaña electoral permanente (con regalos incluidos) para hacer más nociva su influencia. Siempre tan bien informado, el bueno de Judas confidencialmente apuntó que ya son varios los decesos producidos por este maligno virus y varios los suicidios inducidos por su acción malvada; que está cundiendo la desesperación de los ciudadanos. El viejo Dacio Gil terminó también angustiándose y sintiendo calambres en ambas piernas y miles de gatos arañándole el estómago. Interrumpió súbitamente la conversación con el amigo Judas aduciendo que había aparecido en pantalla el ordinal de su citación sanitaria: desapareció por el foro como atleta dopado.

La agorera información confidencial de tan entrañable compañero de fatigas colegiales juveniles, condujo con urgencia la mente de este viejo Dacio Gil hacia el optimismo que exhala el bueno de Gruten, quien en estas navidades remitió a este veterano Gil una felicitación electrónica navideña titulada “Biblioteca” repleta de interesantes extractos de bellos libros entre los que refulgía con luz propia un poema de Lucila Godoy titulado “besos” que obligado es reproducir a continuación:
Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.

Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.

Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.

Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.

Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.

Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.

¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenaron sé de lágrimas tus ojos.

¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.

Yo te enseñe a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Tan bello, cabal y omnicomprensivo poema de la impugnadora del mismísimo Unamuno sobre los desmanes aniquiladores de los españoles con la cultura indígena en América Latina (pues de la doliente Gabriela Mistral es el poema) facilitado por el infatigable optimista Gruten traspuso al usufructuario de esta Tribuna Alta de Preferencia a salutíferas colinas, alejadas de la cloaca institucional nacional, al único ámbito en el que hoy en día deberíamos concentrar nuestros esfuerzos humanos: el amor y su mejor manifestación los besos.

Visto desgraciadamente lo visto, el viejo Dacio Gil reitera su promesa de dedicarse con denuedo a divagar sobre lo único importante en esta vida. El amor para poder sentir, el amor para poder vivir, el amor para sobrevivir.

Y relamiéndose ya de los cálidos abrazos que de seguro nos prodigará Lou, este hombre viejo que disonantemente divaga solitario en esta Tribuna se solaza anticipatoriamente con lo que está por venir, rememorando mientras tanto aquellas estrofas de Manuel Alejandro inmortalizadas por un incipiente Raphael:

Un niño sin amor, que triste
Un joven sin amor, que pena
Un hombre sin amor, no siente,
no vive, no sueña