jueves, 29 de enero de 2015

RASKAYÚ GIL DE CIBELES A SOL AL FINAL DE ENERO



Decíamos ayer que ser antisistema es sinónimo de ser optimista. Con el atinado Naces, consumes, mueres del Colectivo Primas de Riesgo se sumergió el viejo Dacio Gil en su sepulcro siguiendo las indicaciones de Edward Snowden.

Es sabido ya que el viejo Dacio Gil es un triple o cuádruple Raskayú (cimera es la versión de Bonet de San Pedro con los 7 de Palma) pues tras la muerte civil en el CSIC, por decisión estrictamente personal optó por la muerte laboral voluntaria y hoy se precia de haber dejado hueco para la empleabilidad juvenil –que el Gobierno hurta a los jóvenes para ofrecer su tributo a los amiguetes bajo veste de contratación por obra o servicio- siendo ya  oyente de pleno derecho en el pudridero nacional que es España dentro de su contexto europeo, aunque aún le restan por resolver algunas fétidas sevicias de Mobbing judicial corporativo.

El amable lector –si es que lo hubiere- permitirá que el todavía veterousufructuario de esta Tribuna Alta Preferencia levante levemente la tapa de su sarcófago y rememore la frase de Joseph Roth que debería ser lema de la gente decente: “Un único hombre al que le importe un bledo que peguen a un judío es más nocivo que los diez que lo apalean. Al judío, al gitano, al pelirrojo, al de los ojos verdes. De ahí que, comparada con la “neutralidad” de algunos, la bestialidad sea casi llevadera. EL ENEMIGO COMÚN, EN RESUMIDAS CUENTAS, ES EL INDIFERENTE". 

Sobre todo esto recapitulaba hace unos días en su sepulcro al hilo de la brillantísima e impactante adaptación del Rinoceronte de Ionesco hecha por Ernesto Caballero en la que todo lo sustantivo y adjetivo, lo objetivo y lo subjetivo resultan geniales. Pecado de lesa decencia habrá sido perderse tan monumental obra teatral. Caballero debe ser el único que se salva del tremendo hundimiento institucional que padece España. Deberíamos alzar a Caballero como positivo paradigma de la  reinstitucionalización de  España con el aire fresco que se anuncia en la Europa del sur para no terminar muriendo todos de asfixia  aplastados por el Monstruo Amable, el Rinoceronte mostrado por Ionesco-Caballero.

Apelando a la indulgencia del amable lector –si es que alguno hubiere-, el viejo Dacio Gil se repetirá al modo que lo hace Zygmunt Bauman –a mucha honra de Bauman, por supuesto- recordando aquellas palabras de Peter Noll en su libro palabras sobre el morir que ya aparecieron en esta Tribuna Alta Preferencia. Hermanan hoy, el Noll trascrito con el Bauman del recientemente editado antiguo libro Mortalidad, inmortalidad y otras estrategias de vida en el que reflexiona sobre la relación entre muerte y moralidad. Y ambos hermanan con los luchadores teatrales Petra Martínez y Juan Margallo y su aleccionadora obra  ¡Chimpón!  en su impagable papel de tábanos, búhos, gayos -¡ni más ni menos que vallecanos!- frente al Rinoceronte:

 "La mayoría de las personas se tranquiliza al saber que los títeres del aparato ostentan el poder en todas partes, pues opinan que no cometrán ninguna tontería. Sucede justo al revés. La estupidez o locura no son individuales, sino que, por el contrario, algo mucho peor, son colectivas, colosales e inevitablemente inherentes al sistema. Nadie se responsabiliza de ello. Los sistemas actúan de forma totalmente lógica y razonable, y lógica y razonablemente desencadenan la destrucción total (...) Los títeres de los aparatos actúan según la ley, la ley de la destrucción mútua. Sus ideas jamás son insólitas, y carecen por completo de la capacidad de imaginar el futuro. En este sentido no saben siquiera qué están haciendo (...) En todos los sistemas son los títeres quienes ostentan el poder, los mediocres, los corrientes, los adaptados, los no creativos. Serán ellos los que causarán el ocaso del mundo, y no los locos y los inadaptados. ES NORMAL QUE DEL SISTEMA NO SURJAN PERSONAS CAPACES DE ROMPER CON LAS LEYES DEL SISTEMA. Sólo este factor irrealizable nos podría salvar aún."

Por pura coherencia el viejo Dacio Gil, desafiará las inclemencias del tiempo y todas las mordazas “antiviolencia” (oxímoron de los oximorones)  que -si no intentamos evitarlo entre todos- nos terminarán devanando los sesos (el estado de shock descrito por Klein), ajustará la tapa de su sarcófago al tamaño de la  mochila en la que suele transportar su CPAP cuando sale a bailar las sardanas con el resto de los esqueletos, convocará a sus truncos hermanos de la ATP y con la mejor sonrisa se cargarán todos de esperanza para transitar el próximo 31 de enero por Madrid desde Cibeles a Sol contra la desesperanza inducida institucionalmente.

Convencido está de que juntos PODEMOS desestabilizar al Monstruo Amable que tantos cadáveres tiene primorosamente acumulados bajo la advocación de la Santa Trinidad.

Convencido está de que juntos PODEMOS intentar una nueva institucionalidad mucho más digna.

Juntos PODEMOS: el enemigo común es el indiferente…que siempre termina en el bando de los Rinocerontes.