martes, 25 de octubre de 2011

O SANTA O PUTÓN VERBENERO.

El otro día se encontraba, como hoy, el viejo Dacio Gil en uno de sus recurrentes desvelos nocturnos, no bien concluida la primera fase REM, cuando se agitaba intranquilo en la cama junto a su nueva compañera. Era madrugada del sábado, por lo tanto un día propicio para el sexo y, si se tercia, el amor. La compañera era de esas de las que ya son difíciles de encontrar ni siquiera pagando por encima de su precio. Desvelado del primer reconfortante sueño, el viejo Gil atosigaba a su compañera manoseándola, meneándola en los agujeritos que conducen a la sintonía, dándole vueltas para acomodar su postura a la del insomne Gil. La compañera esa noche lucía en plateado. Ya pasó el tiempo en que todas lucían en ese negro –incluso cubiertas en símil piel imitación a cuero negro con sus correítas y sus remaches metálicos- que tanto favorece a las damas: noten, si no, a doña Cristina Fernández que ha arrasado electoralmente luciendo ese color indumentario. Ahora la mayoría de las radios de transistores que se consiguen encontrar en el mercado son de apariencia argéntica. Esa radio era la nueva compañera de sueños y desvelos del viejo Dacio Gil aquélla madrugada del sábado.


En uno de los meneos alrededor de la una de la madrugada el usufructuario terapéutico de esta Tribuna Alta Preferencia encontró el punto y el sitio exacto. Un programa que hablaba de libros y de cultura con un dinamismo y una perspectiva envidiables. Tardó en saber de qué emisora se trataba y la rubrica del programa, pero con paciencia todo llega. La radio era Radio Inter, sí la de la cadena Intereconomía; y el programa se titula con acierto El marcapáginas. Quien hablaba con tanto fundamento sobre las trampas de las ideologías contemporáneas atrayendo la atención nocturna resultó ser una profesora de sociología de la cultura de masas. Blanca Muñoz. Obviamente el viejo Dacio Gil se levantó raudo del tálamo en cuanto supo el nombre y apellido de quien tan bien argumentaba. Lo apuntó en una libreta y, de seguido, encendió su ordenador portátil para indagar más sobre esta profesora hasta ese momento tan desconocida como su obra. Resultando que tiene en su haber buen número de publicaciones.

Por la concatenación de casualidades por las que se produce todo en esta vida, esa noche de tránsito del viernes al sábado el viejo Dacio Gil en su vigilia aprendió mucho y se le abrieron gran cantidad de ventanas que posiblemente nunca se le hubieran abierto si no hubiera contado con la presencia junto a él de esa compañera de aspecto plateado. Todo fue "sistémico", como gustan decir ahora los aprendices de financieros respecto a los riesgos económicos. El sistema condujo a Gil hasta el amor. Sí, sí, hasta el amor de una manera sorprendente, sostenida y sólida. Si uno pone interés, aunque sea viejo, siempre descubre novedades, y con el nuevo descubrimiento llega a asombrarse de todo lo que aún desconoce. Fuera ya del lecho, incorporado sobre el ordenador, tras Blanca Muñoz, apareció el catálogo de la editorial Fundamentos con títulos la mar de sugerentes. Anotó los datos y el primer día laborable acudió a varias librerías para comprar en principio dos de los libros: ¡Agua!. Infructuosas las pesquisas en las librerías al uso. Hubo de acudir a Paco, su librero de cabecera, para que se hiciera con ellos. Una vez obtenidos los libros, el viejo Dacio Gil se ha llevado una sorpresa, pues en vez de haber empezado la lectura por La sociedad disonante, el sugerente libro que contiene las no menos sugerentes reflexiones de Blanca Muñoz, ha comenzado por el otro, de la también profesora Coral Herrera Gómez, que le tiene literalmente seducido por su capacidad de construir y de-construir ciencia perfilando el mundo de las emociones y su servidumbre las pasiones. El libro es un tocho de 410 páginas que abre una gran cantidad de ópticas para contemplar el amor. Una contemplación que conduce al lector a la sólida conclusión del sólo se que no se nada, a pesar de que el mundo del amor y sus conceptos básicos sea considerado manido a más no poder.

La construcción sociocultural del amor romántico de Coral Herrera Gómez atrapa desde su inicio mismo. Desde la inicial gratitud a la influencia de los consejos paternos sobre la realidad en este mundo afectivo, al reconocimiento del propio aprendizaje del “pensar el amor” que hace la autora. Sin olvidar la crestomatía de las ocho citas magistrales que anteceden a la introducción. El viejo Dacio Gil va leyendo y releyendo el libro con parsimonia y delectación, subyugado por las afirmaciones sobre la quiebra del cientificismo como verdad universal o la dimensión “hipermasculina” de la ciencia. Faenas en las que Coral Herrera se gusta en eso de ir poniendo al descubierto viejos y falsos mitos con los que se ha ido recubriendo la ciencia para atrapar credibilidad social. La autora lo hace tal como si de una nueva manifestación de Robert King Merton se tratase. Eso sí: incidiendo en la clave femenina y hasta feminista en vez de sobre la gerontocracia científica y el principio Mateo, expuestos por aquel.

Más allá de la mínima sombra de plagio de ningún género, Coral Herrera se muestra partidaria –y lo demuestra empíricamente en su libro- del método del pensamiento complejo (Edgar Morin) o del pensamiento en red (Helen Fisher) para conducirnos a lo que llama las utopías emocionales; el miedo al poder del otro, a la dominación física y psicológica; el egoísmo a dúo tan vigente hoy en día y tantas y tan sugerentes cosas más.

Es muy difícil entresacar un frase de la autora que condense esta sorprendente y recomendable obra de Coral Herrera. Aun a riesgo de errar el viejo Dacio Gil se decanta por la siguiente:

(…) he pretendido demostrar que las emociones están medidas culturalmente, y que están predeterminadas por la cultura en la que se incardinan (construidas a través del lenguaje, de los relatos, los símbolos, los mitos, los estereotipos, los ritos, y las creencias). El poder simbólico incide de forma poderosa, creo, no sólo en nuestros sentimientos, sino también en la construcción de la realidad social, económica y política de las sociedades (…)


Defiendo la idea de que el amor es un gran tema a tratar por todas las áreas científicas (…) para mí, es obvio que el amor no es sólo una fuente de productos culturales en forma de novelas o canciones, sino también un dispositivo político. Las relaciones humanas están, como veremos, atravesadas por el poder, y ello hace que sean complicadas, conflictivas, dolorosas, y también enormemente gratificantes. Los seres humanos necesitamos a los otros para sobrevivir, porque los afectos forman parte de nuestra “nutrición” y son el eje a partir del cual desarrollamos nuestra vida en sociedad (…)


Creo que es necesario tratar de comprender el complejo mundo de las emociones principalmente porque entender y analizar nuestras formas de relacionarnos puede ayudarnos a mejorar nuestro mundo. Es posible que las guerras, los conflictos humano, la violencia cotidiana disminuyesen si lográsemos entender los mecanismos sociales y afectivos con los que los humanos nos relacionamos entre nosotros, bajo el trasfondo de las luchas de poder y el miedo.”

Si el lector masculino se sabe despojar de prejuicios y no se asusta con eso del “amor hegemónico” o la “crisis de masculinidad” encontrará en este libro un fresco hontanar de ideas y argumentos y de seguro terminará apostando convencido por la diversificación de los estilos, los modelos, las ideologías y los usos amorosos.

Será mejor intentar ir poniendo barricadas a la industria (¡y la política!) del amor que parece estar amenazando ya nuestras propias relaciones afectivas más íntimas. Todos, pero especialmente nosotros los hombres, deberíamos apostar por el modelo cultural amoroso que vislumbra la profesora Herrera y adaptarnos a los nuevos tiempos. Parece que es cuestión simplemente de saber manejar nuestras contradicciones individuales y de género.

Sostiene Coral Herrera con acierto que el amor es mucho más que dudar entre santa y/o putón verbenero.

sábado, 22 de octubre de 2011

LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA

Aunque se veían venir no habíamos reparado en sus consecuencias mediáticas y que cabía que pudieran coincidir en el tiempo, con lo que se eclipsaría todo el resto de actualidad. Podemos decir que ambos acontecimientos eran científicos, únicamente restaba por saber el momento en que acontecerían.

Por un lado, la llamada primavera árabe se había enquistado en Libia por razones históricas y, especialmente, económicas. La extracción de recursos naturales, con un petróleo de bastante calidad, obligaba a una “reconstrucción” diferente a las de Túnez o Egipto. Diferente también al problema de Siria. La necesidad de “reconstrucción” comportaba consiguientemente un aplazamiento de la solución para que el país se fuera descomponiendo fratricidamente. El conflicto estaba tan enquistado que se corría el riesgo que se escapase de las manos su solución a la comunidad internacional de reconstrucción. Ya no cabía más que un desenlace a la rumana, tal y como se ha terminado produciendo. Ahora el pueblo libio y el resto de países deben sobreponerse al impacto de unas imágenes que muestran la debilidad innata del ser humano en situaciones de violencia como la vivida en Libia. Violencia de todo signo, sin exclusiones ni matizaciones. Habrá que esperar a que el paso del tiempo “desclasifique” la verdad de todo lo acontecido; hoy estamos embargados por la desolación de las calles libias y la imagen de dos cadáveres que han subseguido a una serie de tomas verídicas o falsas. No somos capaces de calibrar todas sus dimensiones presentes, pasadas y futuras. En cualquier caso, sólo cabe participar de la alegría si es que de verdad se ha hecho desaparecer un yugo y no sólo se ha iniciado el proceso para su sustitución por otro tutelada económicamente…

Sobre el fin de la violencia terrorista de ETA, cuya génesis viene del franquismo, el viejo Dacio Gil no va a pronunciarse por ahora. Pero era, ciertamente, una eventualidad que se masticaba para estas próximas elecciones. La reciente historia electoral española está jalonada de sobresaltos emocionales de gran envergadura: intentos de golpes de Estado, reiterados atentados de muy diferente signo y calado... El ejercicio de la pretendida “elección racional” nunca ha sido muy aséptico que digamos. Ahora surgirá de nuevo la emoción. Pero será de otro signo: de lo más favorable para la convivencia, pero emoción sin duda. No hay que más que repasar la prensa de ayer y de hoy (y la de los días sucesivos) para comprobar que la afirmación anterior es axiológica a la luz del bombardeo mediático. Desde la Tribuna Alta Preferencia se tiene la impresión –acaso falsa- de que todo estaba preparado para intentar mitigar la profunda depresión política (además de económica y también psicológica) que padece la sociedad española. Casi como si estuviese concebida con criterios científicos de psicología electoral. Como si se pretendieran sentar las bases para iniciar una nueva etapa de transición que haga tabla rasa de todo lo acontecido: un prietas las filas en el ámbito de la política. La venta de un nuevo consenso sobre el que vehicular los sacrificios colectivos. Será en efecto una nueva transición pero el problema de ETA no es hoy el primer problema social, ni político, ni económico ni psicológico de los españoles. Es un problema. Y grave, si. Pero hoy no el problema. Y las soluciones a los problemas colectivos actuales de los españoles deben de ser sistémicas y no sólo políticas. Pues todas las soluciones son evaluables y repercutibles económicamente.

Habrá que dar tiempo al tiempo, que lo desvela casi todo, pero no deberíamos perder la perspectiva social. La democracia española tiene muy graves fallas de calidad y, hoy por hoy, el terrorismo no es el único problema. Ni siquiera político.

Acaso con el impacto cegador de estas noticias, que han achicado hasta el mínimo noticias como la entrega de los premios Principe de Asturias, no estamos reparando que la Democracia tiene una prueba de fuego en América. En toda América pero esta vez el modelo territorial no será el analizado por Alexis de Tocqueville sino lo que convenimos en llamar Latinoamérica. Así, dentro de escasamente unas horas celebra la República Argentina unas elecciones presidenciales en las que parece todo decidido. Al menos lo esencial ya decidido, pues el peronismo en sus diferentes manifestaciones copará los máximos réditos electorales. La actual Presidenta actúa como Evita, incluido el enorme mausoleo del marido.

Poco parece importar que la calidad de la democracia sea muy baja y esté trufada de escándalos económicos, corrupción y una enorme inflación galopante por días. El elector argentino, y no sólo el bonaerense, el cordobés, el mendocino, el santafesino o el salteño, aplica grandes dósis de sensatez que rayan en el conservadurismo político. Después del Default de 2001 nadie quiere intuir siquiera la sombra desconcertada y fallida del Estado en época de Menem. De ahí que se acepten acríticamente las subvenciones que asfixian la economía y azuzan la inflación. Los argentinos se entregarán a la nueva Evita –una Evita más- pues en su fuero interno recelan sesuda y emocionalmente de las instituciones y los políticos. Es un respeto distante, casi protocolario de diplomático para poder sobrevivir. Ya casi ni se escandalizan: es peronismo y no hay más que hablar. Aceptan el peronismo con naturalidad aunque recelan de la fórmula tradicional y de las renovadas. Votarán peronista porque de momento es estabilidad. Su terrorismo hoy por hoy es el Default que no quieren ni recordar. Dan por buena la inflación, la manipulación y el secuestro de bastantes derechos sociales más allá del puro verbalismo. Con los efectos del corralito que siguió a la inhumanidad de la dictadura militar, de momento se conforman aunque sea con todas las reservas.
Democracia dentro del peronismo.

México también tendrá próximamente elecciones presidenciales y todo apunta que volverá el PRI en un país secuestrado por la violencia organizada pero con un crecimiento económico razonable para la zona. Es una democracia con miedo o miedosa, de baja calidad, pero los mexicanos, hartos de tanta violencia y tanta muerte, parecen resignarse a una débil democracia dentro de la institucionalidad partidaria. La seguridad está en el centro del debate de esta democracia fronteriza. El PRI y el PAN de Felipe Calderón, que aspiran a repartirse el pastel electoral, pugnan por hacer una venta exitosa del repliegue de los militares a los cuarteles y la negociación o tregua con los narcos.

Chile es el modelo liberal de Latioamérica. El laboratorio andino del Estado postsocial. Piñera es el máximo accionista del país, cual si de un Berlusconi atildado se tratase. La miseria ha retrocedido en Chile en base al desarrollo económico aplicado, pero eso no justifica una gran bolsa de excluidos. La contestación estudiantil focaliza el descontento con la democracia pero no sólo se reduce a ella puesto que el desarrollo económico ha surgido sin un parejo desarrollo político y social. La democracia chilena también presenta déficits sociales y de reparto.

Evo Morales, junto a García Linera, en Bolivia siente el aliento en la nuca de los grupos de presión de todo orden y se bandea con una democracia semi-indigenista que hace aguas por muchos costados. Sobre la figura de Evo dirigen sus críticas analistas tan distantes como Álvaro Vargas Llosa y James Petras, que ya es coincidir. La democracia indigenista subsidia y saca de aquí y de allá de los recursos naturales para commodities. Aunque es una democracia controlada, no se encuentra ni mucho menos por los suelos como trata de exponer la prensa occidental con EL PAIS y ABC a la cabeza. Democracia deficiente, sí, pero aún con notable apoyo popular. Jalonada de episodios estrambóticos como las elecciones judiciales directas y la revocación y veto presidencial de decisiones parlamentarias sobre proyectos de vías de comunicación en terrenos indígenas. Es una democracia balbuceante aquejada de problemas específicos de la región.

El Perú de Humala no sale tampoco de ser una democracia de baja calidad pero con cierto desarrollo económico que gira sobre las materias primas y el turismo. Prima la economía sobre los derechos sociales poco desarrollados.

La democracia ecuatoriana presenta también signos peculiares. Fuertemente vigilada por fuerzas de seguridad, medios de comunicación e inversores extranjeros. Correa y su Alianza País
tocan aquí y retocan allá, dando a veces la impresión de ser una democracia débil. Lo es por sus dificultades y servidumbres económicas y sus retrasos.

Colombia presenta en la actualidad una democracia de coalición, ya que con el presidente Santos gobierna una coalición de casi todos los partidos para intentar superar el escándalo de la "parapolítica" que terminó con la mayoría de los congresista en la cárcel. En Colombia la obsesión, insuflada por EEUU, es la seguridad y la lucha contra el narcotráfico que se plasma en el Tratado de Libre Comercio. Existe también una fuerte contestación estudiantil, el sector más sensible a hacer patentes las notables deficiencias de su democracia

Brasil es la locomotora del crecimiento latinoamericano y concita una enorme inversión internacional. Aun así, presenta quiebras en la calidad de su democracia (escándalos económicos, corrupción, desequilibrios sociales acusados). Todo gira sobre el crecimiento económico y las inversiones extranjeras, con lo que los defectos de su democracia quedan difuminados.

La República Oriental del Uruguay hace sus esfuerzos por elevar la calidad de su democracia con ese peculiar sistema de “monarquía republicana” o, por mejor decir, "república monárquica" que protagoniza el tandem Pepe Mujica y Danilo Astori . Ha sabido ir solventando razonablemente la crisis de las leyes de punto final, el conflicto de las papeleras con Argentina (que creaba graves problemas de tránsito fronterizo) y el caso de las violaciones de los cascos azules en misión internacional.

¿Qué decir de Guatemala? ¿De la democracia en Guatemala con un pueblo atemorizado por la violencia institucional e institucionalizada con tanto genocidio general y feminicidio e infanticidio específico? Podría decirse que es una democracia armada en la que el fusil y la extorsión fuesen los principales argumentos.

¿Y de la democracia en Cuba, Venezuela, El Salvador, Nicaragua u Honduras? Más de lo mismo. El mito sacrosanto de la democracia por el pueblo, con el pueblo y para el pueblo.

Pero lo curioso es que los problemas de todas estas democracias difieren bien poco en lo sustantivo y también en lo adjetivo -más allá de las distintivas notas folklóricas-, de la calidad de la democracia en España.

Sami Nair concluía un interesante y razonado artículo de opinión en el diario EL PAIS del 13 de este mes exclamado lo siguiente:

¡Despertad amigos latinoamericanos, vosotros que dais lecciones de populismo revolucionario, la revolución árabe os ha dejado lejos detrás de ella!

Sería bueno ser humildes y realistas en España si es que alguien, vista la realidad hispana desde otra perspectiva, pueda llegar a restregarnos en la línea mostrada por Nair:

¡Despertad amigos españoles, vosotros que dais lecciones de calidad democrática, la democracia en América (latina) es prácticamente idéntica a la que vosotros tratáis de vender a los demás!

martes, 18 de octubre de 2011

EL CULO Y LA MANERA DE AMAR DE JENNY.

Esta semana hemos andado revolucionados por los bancos. En esta vida que llevamos de prejubilados truncos y humillados, los acontecimientos nos han pillados desprevenidos. Narcotizados todos sin excepción por una extenuante precampaña electoral que ya dura 3 meses y lo que queda, parece que hubiésemos bajado la escuálida guardia que aún nos restaba. Extenuante una precampaña que ya se manifiesta como omnicampaña. Parece como si al Régimen no le viniera bien que esa estrafalaria organización oligárquica llamada PSOE se desplomase con el estrépito que parece justo y necesario, como hace años le pasó a la UCD. Todo el mundo se malicia que al PP de Mariano y a los detentadores de Rojiquistán (los bancos, los especuladores, los intermediarios de toda laya, los jueces –de cámara o simplemente vagos-, los vendedores de humo, la iglesia establecida y exonerada fiscalmente y hasta el tío Benito el cabrero) les interesa que la banda de Alfredo salve los muebles, dado que la mayoría absoluta del ala conservadora de este franquismo que largamente padecemos parece asegurada. Por eso nos machacan cada día en los medios de comunicación, para que nos confundamos en la falsa creencia de que el sistema es binario y que no cabe otra alternativa. Hay mucho pesebrista en ambas formaciones que quiere sólo un cambio cosmético sin adelgazar el Establishment. La eterna escisión entre los pocos y los muchos dentro de las democracias de mercado. El margin call generalizado.

Parece claro que al Régimen le interesa, pues, que la banda de Alfredo salve los muebles para demorar la metamorfosis partidaria a tiempos de bonanza económica, evitando ahora la revitalización de la sociedad civil indignada y poniendo sordina a las imprescindibles alternativas de participación. Cuando uno se detiene a contemplar objetiva y desapasionadamente esta transición franquista hacia el postfranquismo comprueba que ha sido una larguísima concatenación de desfalcos y convolutos a todos los niveles. Aquí no se salva ni Dios: lo asesinaron. Pareciera como si los únicos interesados entre el electorado de las próximas elecciones fuesen los sindicatos de las fuerzas de seguridad pues ellos sí se juegan mucho, dado que la estructura de sus puestos es toda de libre designación y sin rejillas, y el policía que hoy está sojuzgado aspira que con la vuelta de tortilla electoral cambie su suerte a mejor con los ganadores. Quienes somos viejos sabemos por viejos que los periodos electorales están trufadados de noticias filtradas por los sindicatos policiales. Y ante ellas los políticos de todo signo tiemblan pues en esta sociedad rigurosamente vigilada las “fuerzas del orden” conocen los vicios e intimidades más recónditos de todos pero especialmente de los políticos. Alarma social arrojable contra la mismísima cara de la llamada sociedad civil.

A lo que iba, que el usufructuario terapéutico de esta Tribuna Alta Preferencia tiende a perderse en meandros poco recomendables. Menuda se ha montado en los bancos que frecuenta el viejo Dacio Gil esta semana posterior al 15 O. De una parte Obama invocando el amor delante del monumento de Luther King en Washington: Cualquier movimiento social tiene que canalizar la tensión a través de un espíritu de amor y solidaridad, le han hecho decir sus asesores. De otra, Zygmunt Bauman en su conferencia en el Matadero de Madrid conjugando Movimiento 15 O con aquel de Solidaridad de Walesa y recomendando cierto realismo y continuidad para que el movimiento ciudadano no se pierda en la evanescencia cuasi folclórica en un mundo de acumulación-consumo desaforado: el amor crítico y rebelde. Por su parte Antonio Gala con la amorosa clarividencia que siempre le ha caracterizado, renovada ahora con la espontaneidad sin tapujos de un Peter Noll, entona el descarnado ¡No cejéis! ¡No desmayéis! . Y por fin, el ¡fuera máscaras!: Gordon Brown aterrizado en Madrid intentando apuntalar a su siamés Alfredo y revocar la negra fachada del legado del siamés de Blair (Zapatero) tomando a los españoles por ligeros de cascos, como si no supieran de sobra éstos de la nefasta herencia dejada por el multimillonario Blair (al cual Zapatero ha tenido siempre de modelo), el dañino gnomo depredador de derechos sociales, según Tony Judt. El siamés de Alfredo (¡menudo marrón!), enterrador electoral del laborismo, se atreve a recomendar a los españoles que estén orgullosos de los logros del Zapatero-Blair. Está visto que estos autotitulados "progresistas" (?) desprecian a la sociedad, henchidos de elitismo hueco. Margin Call de nuevo.

En los bancos del parque todos somos prejubilados truncos, excluídos y humillados del mundo-consumo de los otros bancos, los genuinos del dinero. Somos mayoría abrumadora masculina como los participantes en la martingala esa del Global Progress de la Fundación Ideas. La peña del banco del parque ya no creemos ni a nuestro santo padre y la discusión política nos desazona. De tanto deambular cabizbajos mirando al suelo nos hemos hecho expertos en tobillos femeninos: hay unanimidad en que nos gustan finos y tenemos hecho un ranking de tobillos femeninos que desatan nuestro aletargado deseo.
En la vida humillada de los prejubilados truncos de la peña del banco, se produce una violación de la mirada: Ésta ya no es la mirada en horizontal, limpia y frontal sino en refracción descendente. Ya no es directa a las prominencias femeninas naturales sino diagonal hacia el suelo; hacia el empedrado, el calzado y los tobillos. De ahí la confección del ranking estético de los tobillos.

Es tal la deformación de nuestra mirada que por eso quedamos todos pasmados cuando el cultivado y prudente Luis Apolodoro soltó de improviso la frase que nos hizo enmudecer a todos. “Jolín que hastío. Ahora nos percuten psicológicamente con el debate electoral como si de una tortura de la CIA se tratase, y todo está ya en el culo y en el amor de Jenny”. Todos quedamos perplejos con la frase. "Entreveran amor en sus mensajes manipulatorios -continuó Apolodoro-, cuando el verdadero amor se concentra en Jennifer". Todos pensamos en una Jenny caribeña que se habría echado de novísima amante el bueno de Luis. Pero no, se trataba de Jennifer López cuyo sensacional trasero –sobre el que hay unanimidad unánime en el banco- mostraba el diario ABC el pasado 26 de septiembre. Pero no sólo del trasero se trataba sino de su forma de amar. El silencio era sepulcral pues cuando Apolodoro platica derrama exquisita inteligencia. “Todos ahora dale que te dale con el amor y Jennifer debería abrir una Universidad de excelencia. Eso si que es futuro. Y hasta alternancia política. Jenny y Marc son mucho mejor ejemplo convivencial que Cánovas y Sagasta o su ínfima potencia de remedo: Mariano y Alfredo. Lástima lo de su separación.” Todos callábamos perplejos mientras Apolodoro continuaba argumentando: “El álbum Como ama una mujer es un tratado de sociología de la rabiosa actualidad. ¿Acaso Qué hiciste no os recuerda a Zapatero?. Aquella frase desesperada de el sobrevivir de la batalla final es cruzar el desierto de Me haces falta, ¿no os recuerda al PSOE de Alfredo?. Eso de creer que el amor te lleva al cielo y que el destino se indignara que aparece en la canción Te voy a querer es de lo más actual ¿no creeis?. O el no necesito morir para saber que es por ti que se apaga mi alma aplicado al clan de Zapatero, gestionado por Alfredo y apuntalado por Brown."

"Yo prefiero eso de amémonos despacio y sin excusas o el alma estalla en mil pedazos si tu estas conmigo amor que aparece en Por arriesgarnos -continuaba en su soflama Luis Apolodoro-. Con estos dos partidos atrapalotodo, las etrofas de la canción conmueven más que la propaganda electoral esa: Y sentir y esperar/ Yo tus ojos, tu voz y tus sueños habré de seguir/ y lucharte para conquistarte".

Luis Apolodoro no suele dar puntada sin hilo y en el cénit de su discurso, como colofón solidario, indignado y amoroso nos propuso cantar juntos tres canciones de su Jenny en homenaje al amor de mujer y a la paridad electoral y de la otra. Y allí estuvimos toda la peña en pleno parque entonando a capella Como ama una mujer, Amarte es todo y Apresúrate. Poco a poco se fueron arracimando fans en el parque como si de un concierto de los Sabandeños o del Orfeón Donostiarra se tratase. Los aplausos de la concurrencia engallaron a ese corral de gallos viejos acorralados, asqueados e indignados que somos los prejubilados truncos. Los congregados pedían un bis y una bella colombiana trigueña, que acompañaba a una distinguida señora bien mayor que también aplaudía, dijo: Y ahora canten Escapémonos. Y allí que nos vimos intentando cantar la metáfora de todo lo que está pasando cual si Marc y Jenny fuéramos:

Escapémonos tan lejos de aqui
distantes de todo
en la oscuridad donde no haya mas
que ver en tus ojos.

Escondámonos de la multitud
del absurdo día a día
donde todas esas cosas que perturben
no esten más en nuestras vidas, en nuestras vidas.

Para que estemos sólos amor
y el universo se nos quede en un abrazo
donde se esfumen esas dudas
y esos miedos que nos quedan del pasado.

Para que estemos solos amor
en un dia sin fin
sin preocuparnos mas
del que podran decir,
donde durmamos abrazados
y si entonces nos sorprende el amanecer
saber que estas ahi,
que estamos solos.

Escapémonos por necesidad
nos debemos tanto...
Si el amor está, no hay por qué esperar
el dónde o el cuándo

Escapémonos. Escondámonos.
Escapémonos

Luis Apolodoro es un sabio. Degustador sibarita de traseros excelsos de dulces damas y erudito en amores de mujer. Enciclopedia viva de canciones de amor.

viernes, 14 de octubre de 2011

TERRORISMO CIENTÍFICO Y CARRERA DEL CSIC.

Los humanos tenemos la mala costumbre de tomarnos demasiado en serio las instituciones. Así nos va. Cuando a alguien se le ocurre una institución, sea cual fuere, los advenedizos y trincones se encargan de recubrirla de solemnidades para que parezca que los seres humanos siempre han necesitado de ellas para poder convivir. Inventarla o hacerla desaparecer, que viene a ser lo mismo. El caso es aparentar que lo que convenimos en llamar sociedad parezca organizada o “contraorganizada”. Puede que siempre haya sido así, pero el viejo Dacio Gil entiende que en las épocas de grandes transformaciones históricas como la presente esta tendencia es aún más acusada.

Hoy todo lo que parecía sólido de las organizaciones humanas se ha disuelto como un grano de sal, los sesudos pensadores sobre las instituciones se encuentran desorientados, sin brújula. Pareciera que su pretendidamente solemne aparataje conceptual se hubiese esfumado a la vez que su objeto de estudio hacía mutis por el foro. Podría decirse que los occidentales, sin comerlo ni beberlo, nos encontrásemos casi todos huérfanos y desnudos. Perplejos por el hundimiento de nuestro particular Titanic y sin capacidad de interpretación de lo que está sucediendo o están haciendo que suceda, o pareciendo que sucede.

Para analizar estos acontecimientos hay que reconocer que los británicos han tenido siempre una especial perspicacia y un enorme sentido del humor. Sin ir más lejos, ahí les tenemos en la UE de la moneda única y con su propia moneda (y sus propios bancos) campando por sus respetos. Debe de ser la impronta de haber sido un viejo imperio…

Sea como fuere, lo cierto es que los ingleses siempre han observado con fina ironía y humor las situaciones más solemnes. Diríase que ven la realidad más seria como una sitcom como Tubby, el protagonista de Terapia, la novela de David Lodge. Desde Evelyn Waugh con “arriba y abajo”, que satirizaba la compartimentalización de la sociedad aristocrática hasta Sir Cyril Northcote Parkinson con su sesuda reflexión cómica sobre las leyes de crecimiento de cualquier burocracia (luego retomada y adaptada por el norteamericano Laurence J. Peter y sus célebres Principios y fórmulas sobre la jerarquiología que se cierran con la frase antológica: “Con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones.”), pasando por un egregio elenco de magnífica literatura de humor (P. G. Woodehause, David Lodge, Tom Sharpe, el brillantísimo John Lanchester de ¡Huy!, etc., etc., etc.)

Todas las películas de los Monthy Pyton, Sí Ministro, Los Roper, Arriba y abajo y un largo etcétera son un claro exponente de cómo desde la óptica británica cualquier solemnidad es tratable como una comedia de situación (sitcom). Y en ese contexto ninguna razón había para no poder tratar en clave de comedia de situación la realidad (inducida o deducida) del terrorismo. Del terrorismo y el contraterrorismo científicos. Un británico -¿quién si no?-, Chris Morris, se ha atrevido con ello y con el notable éxito que acompaña al humor inglés. Su Four Lions se centra en el terrorismo yihaddista, pero es evidente que podía haberse referido a cualquier terrorismo, tanto el de la ETA como el del CSIC o cualquier otro. Como la película está perfectamente documentada, queda al descubierto en ella la falacia tremenda que es la organización científica del trabajo. En una concatenación de juiciosos sketchs queda al descubierto la absurda cientificidad de los terroristas, de la policía, de los informativos, de las carreras y maratones populares y de cualquiera de las actividades rigurosamente vigiladas. Antológicas son las escenas sobre la noticia del pretendido asesinato de Bin Laden; la duda científica policial de a qué oso disparar; la técnica suasoria, a través de celular, del policía-científico-psicólogo con el terrorista captor de un rehén, intentando ganar su confianza introduciendo el tema (¿científico?) sobre si le gustan o no los culos duros; la velada mención a la música de Leonard Cohen; el "sólido" integrismo del Immam en la "acción colectiva científica"... El colofón es la postrera declaración del testigo en el atestado policial. Nos quedamos sin saber cómo hubiera sido el juicio…pero nos lo podemos imaginar fácilmente simplemente con aplicar criterios científicos a la actividad organizada humana de juzgar…

Quienes conocen la realidad del Mobbing, el maltrato organizativo y el acoso institucional (Mediavilla, Piñuel, Hirigoyen, González de Rivera y otros) se refieren a él como terrorismo organizativo. No les falta razón. Y por aquello de la pretendida cientificidad destacan que el ámbito de la ciencia y la investigación es abonado para esa perversión humana. Y en esto aparece el CSIC, como Fidel en la revolución. Si en el campo de la ciencia caben las revoluciones, tal como enseñase Thomas Kuhn, ¿cómo va a faltar el terrorismo? No falta, y no es preciso recurrir al antecedente de las penalidades sufridas por Miguel Servet para justificar su presencia constante.

Este domingo 16 se celebra la carrera del CSIC (a falta de otras carreras profesionales bueno es machacar el subconsciente con la carrerita deportiva por las calles madrileñas) hoy pomposamente llamada "Carrera Internacional de la Ciencia". De el popularmente conocido Memorial Fernando Belinchón ya se ha hablado en esta Tribuna Alta Preferencia. Debe su popularidad por la sospechosa y continuada –además de silente- sustracción de fondos públicos procedentes de la Unión Europea para supuestos o reales proyectos de investigación. El Memorial Fernando Belinchón, la carrera del CSIC, era una buena oportunidad para que se inscribiesen en ella, para darle lustre, Omar, Waj, Barry y Fessal con sus explosivos y sus festivos disfraces que acaso no lo sean tanto dado el contexto. Aunque, bien pensado, no resulta necesario pues el CSIC es en sí mismo un buen exponente del terrorismo científico que destaca con humor Chris Morris en su inteligente Four Lions. Además, seguro que participan en esta edición los corredores, Abad Ruiz, Almazán Barragán, García Ferrer, Jiménez Arroyo, Rodrigo Montero, Martínez Alonso y demás atletas del coge el dinero y corre, del terrorismo económico-científico.

Una perversión humana de la que puedes incluso desternillarte si es que no te duele.
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sábado, 8 de octubre de 2011

CARTAS DE AMOR REBELDE A LA HUMANIDAD DE LOS HUMANOS.

En épocas como esta, de exacerbado individualismo, resulta extraño que alguien declare su amor a la humanidad toda. Y lo haga a través de un medio casi en desuso: la correspondencia epistolar, el genuino soporte del amor que son las cartas. Unas cartas que no traducen una entrega bobalicona al objeto amado sino que rezuman un enfoque crítico, desmenuzando su balance de defectos y de virtudes. Pero amor al fin. Un inmenso amor humano hacia la humanidad.

44 cartas que fueron publicadas en un medio de comunicación (italiano y dirigido a un público predominantemente femenino, para más señas) que se han recopilado ahora en forma de libro. Es por ello que se aprecia el equilibrio de los componentes de intimidad y de publicidad que el verdadero amor requiere. El enamorado no se guarda para sí los defectos de su amada (la humanidad) y los desmenuza en público para beneficio de todos; de ella y de los demás. A su vez ensalza –como buen y abnegado enamorado- las virtudes que son analizadas desde una potente óptica microscópica. Amor de la mano de Sísifo y Prometeo, ergo amor mítico. El resultado no podía ser otro que una obra conmovedora, entrañable y espectacular. Tanto en el fondo como en la forma: dulce, tierna y demorada en los cariños, pero con determinación, energía y criterio sobre la verdad de la complejidad humana.

Son las cartas de un enamorado de 86 años. De un dulce sabio. De un pesimista con respecto a la historia humana pero un optimista como hombre. De un intelectual de los que quedan pocos y que ha descrito los horrores y las derivas de su amada (la humanidad) como casi nadie lo ha hecho, tocando todos los extremos posibles; los buenos y los no tan buenos. Descripciones lúcidas entre las que ha ocupado ya lugar destacado con anterioridad el amor, al que le tiene dedicado un exitoso libro.

El enamorado, como ya ha quedado desvelado, es Zygmunt Bauman y la recopilación de las cartas de amor lleva por título editorial 44 cartas desde el mundo líquido (Paidós, junio 2011). ¿Qué puede destacar el viejo Dacio Gil del libro, además del amor que exhala por la Humanidad? Pues que conmueve y hace pensar y “repensar”. Que postula el “amor crítico” frente al embobamiento que destacase Ortega en cualquier enamorado. Que no basta con servirse de aquella frase de Blas Pascal de que el corazón tiene razones que la razón no entiende, sino que Bauman prefiere hacer suya la frase del romano Lucano relativa a que sucede con el amor lo que ocurre también con la vida, que es una entrega de rehenes al destino. Y para tal afirmación apoya su argumentario en Sócrates.

Entiende el usufructuario terapéutico de esta Tribuna Alta Preferencia que si el lector de las 44 cartas se queda con el aroma inmediato que desprende la última, este post debería titularse Amar es rebelarse o, más concretamente, Amar es rebelarse contra la infidelidad, y no le faltaría razón a quien esto pensase, pues las líneas dedicadas a Albert Camus son especialmente cariñosas y refulge sobre todas la frase del autor del Mito de Sísifo la trascrita casi al final de la última carta sobre las preocupaciones del autor francés respecto a la existencia humana: “Está la belleza y están los humillados. Por difícil que sea la empresa quisiera no ser nunca infiel ni a los segundos ni a la primera”. Frase que despeja para siempre la duda de si en el amor es más importante la lealtad o la fidelidad. El amor y el supremo intento de enamorar -insiste Bauman- como antídoto perfecto al mejor regalo de Dios al hombre: el suicidio. El sano afán de un mundo sin amo pero con amor.

El último premio Príncipe de Asturias de la comunicación analiza y desmenuza todos los gadgets on line del consumo adolescente (de padres y de hijos); las relaciones de amor y codicia en las que aparecen las niñas-mujeres; la masturbación; el juego prestamista de los bancos y los políticos; el Botox y el crédito; la moda, el deseo y el consumo; la maldad humana, la “hipótesis del monstruo” y los hombres grises; la tesis de las lentejas de o las tomas o las dejas, es decir: o esto o nada; las “afecciones médicas”; la bomba de la desigualdad existencial; las elecciones y los políticos (“se aferran al Poder, para perderlo”, afirma certero); la rutina asistida por el poder y la servidumbre voluntaria; el estado de interregno actual con “súbditos cuasi-soberanos” (los banqueros, aunque no los cite, pero lo sugiere con la frase “o ganáis u os rescatamos”) ; el desaliento de los que quieren trabajar (“a los más jóvenes les aguarda un futuro salpicado de actos de humillación y estados de privación causados por la exclusión social y la vergüenza del paro…”) etc., etc., etc. Un largo etcétera lleno de contenido y sugerencias que –como insinúa el enamorado casi nonagenario- ayudan a aceptar las singularidades y los absurdos del mundo en que vivimos. Buscar en el amor rebelde el brevaje salvífico como si del "elixir de la vida” se tratase.

Las cartas de amor no sólo contienen un rico arsenal argumentativo humano sino que se aprecian improntas de gran calibre como las de Italo Calvino, José Saramago, Philp Zimbardo, Stanley Milgram, su maestro Georg Simmel, Hannah Arendt y otras firmas –clásicas y modernas- a cual más ilustres. También se aprecia el influjo de Tony Judt no sólo en la coincidencia en la semblanza de Albert Camus sino en su diagnóstico de que algo –o mucho- va mal.

En una de las cartas, el galán Bauman destaca la película belga El silencio de Lorna que vendría a revelar perfectamente el dolor y la angustia que se siente –o se sentía cuando se enviaban cartas y no emails que son casi epigramas- por el enamorado o la enamorada ante la carta de amor que no termina de llegar. Son 44 tiernas cartas de amor escritas con una entereza envidiable. El sociólogo polaco abomina del “amor a crédito” que amenaza por secuestrar a quienes, pretendiéndolo o no, terminen enamorándose. Afirmación de que amar a crédito ni es amar ni es vivir.

El amor a la humanidad de Bauman se trocea en 44 cartas en concreto homenaje al amor poético, apasionado y rebelde. En honra al poeta romántico polaco Adam Mickiewicz. La cifra 44 -que no es número primo, hoy tan de moda- es elegida por su sonoridad. O tal vez-como apunta con gracioso escepticismo el corresponsal epistolar-, como algo totalmente fortuito "como suele suceder con los destellos de la imaginación."

Zygmunt Bauman es un observador sólido y por eso siempre se apoya en bases arraigadas en tierras firmes. Su saber no es evanescente.

Las cartas reflejan y suscitan el auténtico amor (¡crítico!) por la humanidad de los humanos. De su lectura colegimos que todo lo demás son martingalas y monsergas de oligarcas y carceleros para mantenernos clasificados y ordenados. Presuntamente.

jueves, 6 de octubre de 2011

¿TE HAS CORRIDO BIEN?

Está visto que en los tiempos que corren todo está trastocado, nada significa ya lo que significó hace tan sólo una década. El lenguaje es lo primero que se ha pervertido: lo que antes significaba una cosa ahora significa otra bien distinta. Tanto en los afectos como en los intereses. La lengua es la primera traidora. O, mejor dicho, encubridora. Oculta la auténtica realidad. Zigmunt Bauman, con la perspicacia sociológica que le caracteriza, sostiene que en el mundo actual el lenguaje trata de contener en una misma frase o vocablo a la vez el sentido cabal y su contrario. En la frase evocada sería el sueño de pertenencia y el sueño de autoafirmación: la seguridad del abrazo y la libertad de la independencia. Como se intentará exponer más adelante, no parece que le falte razón al eminente pensador polaco radicado en el Reino Unido.

Tanto en el imaginario colectivo como en el individual, el sentido de la frase ¿Te has corrido bien? es fácil de identificar. Pero la cosa se complica en un universo material (afectos con fecha de caducidad) y “líquido” (auge del descompromiso) como el que nos movemos. Cualquiera con cierta experiencia y un mínimo de afectividad sabe situar la frase en el contexto que cree que le es propio. Denota si no empatía, sí, al menos, una preocupación por el compañero o la compañera. Revela también un algo de desconfianza, inexperiencia y hasta apocamiento. Puede significar extrema inseguridad o su contrario, la prepotencia. Y -¿cómo no?- trasluce una relación, una cierta unidad de destino en lo gozoso universal, al menos desde su inicio aunque su colofón puede ser dispar según haya sido la respuesta o el fingimiento. En principio debería referirse a una cuestión transitiva o sinalagmática en la que actuasen dos activos actores, aunque el viejo Dacio Gil no puede aventurarse a asegurar que sea siempre así, pues puede caber que el interpelante haya sido simple espectador, sin intervención activa de ningún tipo. Como más adelante se tratará de exponer con vocación de claridad, suele ser una cuestión de doble agencia, pues hoy la frase en cuestión es propia de manipuladores e incluso de sórdidos muñidores.

El ¿Te has corrido bien? actual, no necesita el añadido de la coletilla “cariño”, “amorcito” o “corazón”. Hoy es reflejo del cinismo puro recubierto de cierto protocolo hueco. Y no se piense que es privativo de hombres o de mujeres porque la experiencia demuestra que es hoy más paritario que nunca. Incluso – al viejo Dacio Gil le constan datos sobre ello- afecta también al tercer género.

¿Qué es una frase que denota empatía o preocupación por el otro? No. Rotundamente no, en el mundo rabiosamente actual, no.
¿ Que evidencia un cierto climax de identificación espiritual y física entre afectados y afectadas? No a todo. Ni mucho menos. ¿Qué se trata de un recurso erótico o post-erótico? Negativo. Si acaso estrictamente interesado. Casi mafioso.

- ¡No se ponga usted así!, mascullará de seguro el eventual lector, entendiendo que el viejo Gil chochea e intuyendo que ha perdido la perspectiva –y el deleite implícito- que comporta la preguntita. El dudoso lector pensará que el veterousufructuario de esta Tribuna Alta Preferencia ya ni es capaz de recordar la aureola de triunfos que trasluciría indagar si se había producido o no dentro de los cánones, las ilusiones y hasta de las fantasías. Se equivocará quien así piense del viejo Gil. Y si no se equivocare es que lleva razón Zigmunt Bauman –que la lleva siempre- con aquello de la ambivalencia y los oximorones. Puede que el ¿Te has corrido bien? haya significado en la mayoría de los casos el top en el plano afectivo, sexual y humano, traduciendo una preocupación por el estado de “beatitud” accedida de nuestro partenaire, pero hoy se ha pervertido y deslizado a ámbitos mucho más sórdidos e inhumanos. Mafiosos sin el componente de macho seductor, victorioso y humano que dicen que portaban los miembros de la mafia con sus bellas acompañantes. El poder y su atracción en el sexo llamado débil.

Hoy la frasecita evidencia la más rastrera manifestación del embuste multidireccional. Es el quítate tú para ponerme yo pero con el cinismo propio de las organizaciones oligárquicas que se consideran (vana consideración, Vive Dios) selecta minoría frente a la plebeya masa de consumidores de bazofia. Es una frase protocolaria entre conmilitones hacedores de entuertos.
El viejo Dacio Gil se viene refiriendo, como el curioso eventual lector habrá captado rápidamente, a la confección de las listas electorales. Cimera manifestación de la manipulación humana piramidal. Estercolero desde el que se reclutan los próceres (¿acaso se lo creen?) que aceptarán unánimemente hacer lo que queda de política a espaldas y en detrimento de la gente que les eligió en la papeleta. Así ha sido desde el llamado cacicato estable que incomodase verbalmente a don Antonio Maura y se ha mantenido durante todas las etapas del franquismo: el genuino del alzamiento; el desarrollista; el de la transición; el de la UCD; el del PSOE felipista; el del PP de Aznar y ahora el de este franquismo desamortizador con rostro cínico que crece silvestre en las praderas sociales yermas del mal comenzado siglo XXI.

Hay un sinnúmero de pruebas concluyentes de la afirmación anterior. Entresacaremos sólo unas cuantas, que pueden tomarse como auténtica prueba del 9 de la perversión de la llamada democracia electoral. Pensemos, por ejemplo en don Francisco Fernández Marugán (Paquito, en aquellos tiempos gloriosos) que se ha mantenido contra viento y marea (auténticos tsunamis ha soportado su espalda económica, sóla o en compañía de otros) ahí en su escaño y en sus comisiones. Y hay muchos interesados en mantenerlo. Ahora con el PSOE sedicentemente renovado quieren colocarlo, de cunero pues hay apretujones en cualquier circunscripción con posibilidad de salir elegido. Sea donde sea, bien sea Extremadura o Soria. Lo mismo pasa con ese oscurísimo personaje (¿acaso siniestro?) que es don José Enrique Sarrano. Huelga cualquier comentario. Lo de aquel representante de Nueva Izquierda llamado López Garrido tiene algún asidero más, no en vano, además de parvenú, es archicátedroletrado y la tribu de Alfredo está muy necesitada de cierta pátina de pan de oro, como si de mostrar una piel semi-noble se tratase. Y si encima es con estudios en el colegio El Pilar, mejor.
Lo mismo puede predicarse del PP, sus ministrables y los emboscados que blandirán trienios para mantenerse en el balneario generosamente retribuido que son las Cortes Generales. ¿Son precisas mayores pruebas adveratorias? Están en la mente de todos. Bienes mostrencos

Estas “corridas” en las listas agravian ad intra y ad extra. Por un lado, a los militantes y machacas del partido (aunque para optar a las listas se necesita haber pisado muchos callos, saber acuchillar con nocturnidad y actuar en grupo en plan Four Lions). Por otro, al propio electorado, al pueblo, a la gente, que comprueba atónita, más allá de lo que parecía posible, cómo es todo un pasteleo infame. Hediondo, mendaz, humillante. No hay renovación que valga (en contubernio se encuentran, acá, aquellos que se hacían llamar “renovadores”, “guerristas” y seguidores del bien vivido"cambio tranquilo" zapateril; y , allá, los fraguistas, los aznaristas , los opusdeístas, los ex ucedeos, los campistas, los zaplanistas, Rafa Blasco y tantos más) aquí todo es cambalache y compadreo del más vil. Democracia de consentidores antisociales.

Luego, eso sí, todo se produce en un marco florentino: al desplazado, activo o pasivo, se le pregunta siempre ¿Te has corrido bien?
Por descontado, entre los muñidores, entre el cacicato estable establecido rodeado de pretendientes, aspirantes y advenedizos, el tono erótico (la desnuda erótica del poder declinante de la política: estercolero o centro de reclutamiento de la nueva estirpe de vagos y maleantes que pueblan el mundo occidental en este interregno del siglo XXI) de la frasecita tiene un tono más íntimo: Han conseguido colocarse en las listas con posibilidades de elección y, ellos sí, se corren de gusto. Gusto individual y onanista, pero especie de gusto al fin. De manera vergonzosa y vergonzante se ríen de los valores constitucionales.

Una coda final irresistible: Afortunadamente hay otros mundos donde priman los afectos en vez de los crudos intereses. En eso sí, la frase ¿Te has corrido bien? resulta humana y también divina.

El sabio Zigmunt Bauman lleva razón: el siglo XXI en España es un potaje de gozos y de sombras. Unas sombras oscuras, alargadas y difuminadas. También ellas se han corrido pues no resultan ni claras ni contorneadas.