domingo, 30 de enero de 2011

LA DELINCUENCIA DEL MOBBING VISTE DE ZARA: PABLO ISLA, SU ESPOSA, LA FINANCIACIÓN ESPURIA DEL OPUS DEI Y LA ALTA TOXICIDAD DEL CSIC.

No se agite el curioso lector por la rúbrica del presente post. El propio contenido desvelará la posición que ocupa en la delincuencia formal e informal cada uno de los sujetos u organizaciones enunciados en el mismo. Debe de ir por delante que la mención a don Pablo Isla Álvarez de Tejera obedece a criterios retóricos y a su condición de consorte de doña María de la Vega Cabrera que por un tiempo estuvo destinada en esa fábrica de agresiones e históricos dislates económicos, jurídicos, éticos y morales que es el CSIC. Pero todo irá por partes.

Por lo general, ni la burguesía ni la aristocracia suelen inmiscuirse directamente en los turbios ámbitos de la delincuencia (no ensucian sus manos); a lo sumo con las diferentes organizaciones delictuosas, ya estables ya delicuescentes, esas clases sociales actúan con aséptica longa manu. Ambas clases sociales suelen distanciarse de la gleba en los detalles aparentemente más insignificantes como es su propia indumentaria. Desde luego si se deslizaran por la pendiente del acoso moral no parece que hubieran de cambiar su indumentaria: es altamente dudoso que vistiesen de Zara, por más que ésta sea una firma textil de calidad y diseño suficientemente contrastados. Pero la nota característica de esa marca textil es el ser marcadamente popular. Poca aristocracia y alta burguesía hay en los estratos intermedios de la antigua Función Pública, aunque haberla hayla por razones estratégicas. Pero los delincuentes a los que se refiere este post son empleados públicos de diferente laya y, ellos sí, visten por lo general de Zara. Esta hipótesis se intentará desarrollar más adelante.

Don Pablo Isla tiene la amable impronta de los “reconocidos” por el Estado, rezuma el aspecto característico que suelen portar los jóvenes triunfadores de un determinado segmento social en España : recio pelo crespo bien dominado y moldeado; rostro de hijo de familia que no osa traslucir ni crispación, ni excesivo esfuerzo, ni tan siquiera orgullo; limpidez en todo su porte; impecable lenguaje no verbal; ningún detalle disonante en su equilibrada presencia. Se asemeja, salvando las distancias, a aquél joven diputado de AP en la transición, tan diferente a la imagen de su propio padre, también diputado de AP. Ambos coinciden, además, en su condición de juristas-funcionarios (uno abogado del estado, el otro fiscal) que la mitología dice que superaron su oposición con enorme brillantez. El alcalde Ruiz Gallardón y don Pablo Isla, en efecto, se asemejan.

El decurso curricular del nuevo presidente de Inditex es bien conocido: abogado del estado; director general de patrimonio del Estado; Jefe de la Asesoría del Banco Popular; Secretario del Consejo de Administración del banco del Opus Dei; Presidente de Altadis; Vicepresidente de Inditex con posesión de 200.000 acciones de la compañía y Presidente ejecutivo en sustitución de don Amancio Ortega. Además de todo ello, don Pablo Isla presenta una credencial que lo acredita como “rara avis” entre los leguleyos del estado ya que estudió con notable aprovechamiento historia del arte siendo ya funcionario; circunstancia ésta que era la comodilla de medio Madrid en su época de estudiante universitario de Historia del Arte. Estudiando esta carrera en la Universidad Autónoma debió conocer a su actual esposa doña María de la Vega Cabrera con la que tiene tres hijos.

La esposa de don Pablo Isla es, efectivamente, doña María de la Vega Cabrera, licenciada en Historia del Arte y TAC (administradora superior de estado) que estuvo destinada en el Ministerio de Cultura, donde conocía a la abogada del estado de la época, y más tarde, por la intercesión de un Secretario General del CSIC que había sido subdirector general con don Pablo en la Dirección General de Patrimonio del Ministerio de Hacienda, llegó al CSIC. En el CSIC se creó ex profeso para ella una plaza de jefe de área de organización, que, en principio, incluía también el tema de los convenios y acuerdos. El viejo Dacio Gil aún ignora si su aterrizaje en el CSIC se debió a que le aseguraron que era un sitio cómodo para su vida relacional compleja y agitada de consorte del Presidente de Altadis (lo que es lo más probable) o a que “motu proprio” quiso conocer en directo el funcionamiento de un organismo del que se sirvió a conciencia el Opus Dei para financiar su peripecia institucional en el Vaticano y de la que hay abundante constancia documental. Sea como fuere doña María aterrizó en el CSIC siempre elegantemente vestida (fundamentalmente de Lasserre, Max Mara, Lacoste y similares y reconocidas marcas) y con buen número de ausencias justificadas por la pretendida enfermedad de uno de sus hijos. Como puede suponerse, una licenciada en arte, con el solo barniz de los estudiados temas de TAC y sin un decidido interés en involucrarse en el asunto de la actividad convencional de huída del derecho administrativo tan imperante hace cerca de 10 años, poco criterio podía aportar en el marasmo de ilegalidades “con-veniales” y “con-mortales” característico del CSIC desde tiempo inmemorial (desde que se manipulaba a discreción el capítulo 1 -gastos de personal- del presupuesto del organismo para otros fines torticeros). Es más que probable que su aterrizaje en el CSIC se debiera a un intento de facilitarle la vida, cual reina madre, sin tener que aportar criterio ni mojarse adoptando decisiones. En ese contexto intentó que el viejo Dacio Gil siguiera siendo un todoterreno a pesar de su escuálida retribución, sin involucrarse en reforzar la posición del viejo Dacio en el campo de minas jurídicas (en el CSIC se desprecia cuanto se ignora... que es mucho) que había sido hasta aquella fecha la actividad convencional en el CSIC, totalmente al margen de los criterios requeridos por el MAP. Paulatinamente doña María de la Vega se fue entregando a la camarilla que domina internamente el CSIC (que, por así decir, tiene “cogidos por los huevos” a los directivos que se van sucediendo en esa peculiar administración institucional) despreciando el empeño de sometimiento al derecho y a la transparencia administrativa llevada a cabo por el viejo Gil a instancia de un Secretario General alarmado por la concatenación de ilegalidades que allí había podido constatar.

Para una cabal representación mental de la auténtica faz del CSIC , el viejo Dacio Gil se limitará a trascribir, sin poner ni quitar tilde, tres consejos-aseveraciones de tres sucesivos secretarios generales del CSIC:
a) “La casa de los sabios (sic) es un lugar muy peculiar como irás comprobando desde el principio. No te mezcles en ninguno de los dos bandos. Procura ir a tu aire. No salgas del despacho, es la mejor forma de poder intentar vivir tranquilo…”
b) “Esta casa es un patio de vecindad. No te alarmes si llegan a tus oídos las más insospechadas fabulaciones malvadas sobre tu persona. Desgraciadamente esta casa es así. Hay mucha mala leche. Es muy difícil hacer un cambio de vía, pero hay que intentar racionalizar esto… Seguro que tu puedes poner un poco de orden en la forma en la que se viene eludiendo la legalidad…”
c) “Entiendo lo que me dices. Aquí todo son desviaciones e ilegalidades. Hay una bomba de relojería debajo de la silla del secretario general del CSIC; seguro que uno respira tranquilo cuando se marcha de aquí sin que haya estallado. Se quita una preocupación diaria.”

Para ser claros desde buen principio, hay que dejar constancia que aunque doña María de la Vega Cabrera no es una mala persona, su indeleble actitud de importancia TAC o su evidente déficit de conocimientos jurídicos le condujo a entregarse a la camarilla que se encontraba incómoda con el proceso de racionalización emprendido por encargo por el viejo Dacio Gil que les reducía el omnímodo poder que a hasta ese momento venían defendiendo a espaldas de los criterios reclamados por el MAP. Esa entrega comportó consiguientemente un proceso silencioso pero constante de preterición informal del viejo Dacio Gil que alcanzó su punto culminante con el cambio de Vicepresidente de Organización y Relaciones Institucionales del CSIC (don José Pío Beltrán Porter) que dio el pistoletazo de salida a un nuevo y brutal proceso de Mobbing, esos procesos tan característicos del CSIC y de las burocracias científicas.

Puede afirmarse que María de la Vega Cabrera puso en marcha las devastadoras consecuencias del efecto mariposa. La extrema toxicidad organizativa connatural del CSIC se encargó de todo lo demás de la forma que ya tenía repetidamente entrenada, de la forma que tan pormenorizadamente han diseccionado en sus respectivos trabajos Iñaki Piñuel y José Luis González de Rivera, además de Heinz Leymann y Marie France Hirigoyen. En ese contexto se inscribe el efecto desencadenante del acoso en el trabajo sufrido por más de 10 años por el viejo Dacio Gil en la administración “pública” y en el seno de un sedicente Estado de derecho. Llama por ello enormemente la atención la afirmación recogida por la periodista Cote Villar en el diario El Mundo del 15 de enero de 2011 (“El hombre discreto que sucede a Ortega”. La otra crónica p. 7): “Si Pablo es excepcional, María lo es más. Ha sacrificado su carrera por su familia y era un carrerón” que la periodista pone en la boca de José María Curto. El viejo Dacio Gil y cualquiera que se detenga a analizar el decurso burocrático de doña María de la Vega Cabrera pude poner fácilmente en duda los fundamentos objetivos y subjetivos del carrerón aludido en la frase supuestamente trascrita en el artículo de referencia.

Sobre la financiación espuria del OPUS DEI a través de la burocracia del CSIC puede el curioso lector –si es que lo hubiere- indagar en testimonios y documentos históricos incontestables, que ponen en su justo lugar a un organismo que se presta, por su falta de transparencia y sus notas acusadas de “organización tóxica”, a muy graves desviaciones y deslizamientos en su funcionamiento. No es cuestión de destapar en este post una obviedad histórica reconocida por los propios intervinientes en el “agio presupuestario” y en las desviaciones financieras con pelos y señales. Está en los libros. Existen documentados buen número de testimonios directos de los intervinientes históricos (los "agiotistas") en la simbiosis financiera perversa Opus Dei- CSIC.

Cuál sea la naturaleza del CSIC se colige de las tres frases trascritas de tres sucesivos secretarios generales del CSIC: es el paradigma (¡dentro del Poder Público Estatal!) de fraude al Estado de derecho, a la constitución de 1978, a la dignidad humana indisponible etc., etc., etc. Como apuntan González de Rivera y Piñuel, organizaciones como el CSIC son el caldo de cultivo idóneo para el Mobbing. Y el CSIC es una continuada fábrica de APT (acoso psicológico en el trabajo) en la que se reproduce con asombrosa facilidad el síndrome MIA (Mediocridad Inoperante Activa) entre una camarilla adaptada al medio: José Pío Beltrán Porter; Carlos Martínez Alonso; Rafael Rodrigo Montero; Montserrat Gomendio Kindelán; Yolanda Varela, Sara Quíles; Pilar Hernández; Carlos Gata; Margarita Almazán Barragán; Eusebio Jiménez Arroyo; María del Mar García Ferrer; Carlos Manuel Abad Ruíz podrán alegar que actuaron como Eichmann en el CSIC, que se limitaron a ejecutar “órdenes superiores”, que su maldad era banal (aunque también venal, todo hay que decirlo, aunque solo haya sido para mantener su papel-y sus retribuciones públicas- en la omertá imperante). La lista no es exhaustiva pues se omiten otros intervinientes para hacer menos fatigoso el relato, pero todos -estos y los que faltan- han participado –a sabiendas y con su alícuota- en la muerte civil del viejo Dacio Gil en el CSIC, en su aniquilación como persona, en el despojo de su integridad moral, en el sufrimiento de toda una familia. Queden consignados sus nombres para que se conozca su catadura moral y su fraude al servicio público que aún se mantiene a día de hoy. Son claros prototipos de malignidad humana. Cada cual en la escala que se merece, ganada a pulso con sus obras y omisiones de auxilio.
Como contrapunto a tanta miseria, hay que destacar también en el CSIC espíritus caritativos, almas nobles, que, aun a riesgo de su propia posición profesional y humana, han auxiliado y ayudado al usuario de esta Tribuna Alta Preferencia cuando trataba de hacer frente, con la dignidad que aún no le habían devanado con malas artes, a tamaña malignidad humana e institucional. Fueron los auténticos ángeles de Dacio Gil en un universo de indiferentes morales. Acaso gracias a ellos y a su familia pudo resistir, aún intenta resistir.

Cuando un acoso tan brutal se manifiesta en el seno del Estado, del Poder Público Estatal, todos –incluidas las instancias supuestamente garantizadoras- tienden a silenciar el escándalo a toda costa: desde ministros del ramo a Fiscales Generales o de sala, pasando por ilustres magistrados o jueces (Teresa Delgado Velasco, Inés Huerta Garicano, Berta Santillán Pedrosa, Francisco de la Peña Elías et alii) hasta poder llegar al propio Presidente del Gobierno actual. Todos han tenido constancia concreta y documental de lo que estaba sucediendo, todos han mirado hacia otro lado. No sólo Hitler. Aquél y estos también tuvieron y tienen la colaboración activa de los verdugos voluntarios, despreciando, tildándolas de evanescentes, las nobles proclamaciones constitucionales dadas por el pueblo español o por quienes decían ser sus representantes legítimos. Unos y otros actúan como si sólo imperase la impunidad guatemalteca con lo que ello comporta de inhumano. Les importa un bledo la dignidad humana y la sacrosanta integridad moral de los seres humanos. Practican la omertá mafiosa para seguir cobrando del erario público. No sólo el rey estaría desnudo. Muchos de sus altos, medios y bajos supuestos dignatarios también lo están. En los planos ético y moral entre otros planos.

Eso sí, como verdugos voluntarios que son, visten de Zara. Casi casi como aquella figura dibujada por Vicente Blasco Ibañez en el relato un funcionario. Su estatura moral no les da para otras vestimentas de mayor precio. Además...para lo que tienen que cubrir…

Sentadas las bases, el proceso y los sujetos de esta parábola sobre el proceder (in)humano en el Poder Público Estatal, con toda su carga espantosa de antijuridicidad consentida, el viejo Dacio Gil espera divagar en adelante casi exclusivamente sobre el amor y Lou Salome. Y también sobre la contradictoria y sórdida actualidad político-económico-sindical hispana, así como sobre el doble tablero de ajedrez internacional que se ha desplegado en el mundo árabe donde ahora resulta que la puritana sociedad occidental -repleta de espías y soplones- descubre que había corrupción…¡y parecía no haberse enterado hasta las recientes inmolaciones de seres humanos desesperados!
Tal vez haya llegado la hora de abrir mercados árabes bajo el salvoconducto democrático. Acaso algunos aprovecharán también para vestir de Zara.

De momento, en la piel de toro, la delincuencia del Mobbing si que viste de Zara. Es que no puede ser de otra manera.
Como Nicomedes Terruño. Salvando las éticas distancias...

5 comentarios:

  1. Raquel Pernas Contin

    soy abogada intente hace 10 años hacer un master en universidad navarra y profesores y alumnos me hicieron mobbing (mofas, burlas, me espiaban, sacaban mis intimidades) y deje el master necesite ayuda psicologica.actualmente desde hace 3 años y medio por una serie de razones los del opus dei me amenazan de muerte me han puesto una pistola en la cabeza intentado quemarme viva, violarme, secuestrarme e imputarme falsamente un delito

    vivo aterrorizada temo por mi vida y la de mi familia y amigos y temo que me metan injustamente en la carcel

    Raquel Pernas Contin

    46353661J

    telf 650219385

    barcelona españa

    raquel_p_c@yahoo.es

    ResponderEliminar
  2. Hola, acabo de encontrar este blog y qué casualidad que los mismos perros, pero con otros collares siguen acosando a diestro y siniestro. Me refiero al "Sr." Carlos Manuel Abad Ruiz, que ahora representa el papel de Director de Administración de la AEMET, resumiendo: estoy enfermo, envío los partes de enfermedad y este señor dice que no justifico las ausencias al trabajo,ha llegado a dar la orden de que no me paguen (mi nómina ni aparece en la intranet).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Antonio González:
      Buscando sobre Carlos Manuel Abad González, por el motivo que dices, he encontrado este blog y te he encontrado a ti. No sé si volverás por aquí a recoger los comentarios... Como quiera que fuere, he abierto un blog en el que denuncio lo que hace AEMET con sus funcionarios enfermos; mi madre está en la misma situación que tu, Antonio. Pero no sé si sabes que el pasado agosto, el funcionario de AEMET Huelva, Luís Pizarro, al que se le estaba haciendo con las bajas médicas lo mismo que a ti y a mi madre, murió de un infarto agudo. Todos los intentos que ha hecho algún personal de AEMET por investigar lo que pasó con él han sido cortados en seco mediante llamada teléfonica desde las altas esferas. Como yo no pertenezco a AEMET, ante esta actuación sangrante y peligrosísima (me da pánico que a mi madre le pase lo mismo) decidí abrir un blog contando todo y publicando todos los documentos que envía AEMET. Soy partidaria de unir fuerzas; te dejo mi correo electrónico por si quieres ponerte en contacto conmigo: cantorhume@gmail.com
      He visto que tienes perfil en G+: ya te he añadido como amigo (en mi G+ publico mi blog)
      Te pongo el enlace a mi blog, donde denuncio todo: http://captaferumvictoremcepit.blogspot.com.es/
      Cuenta conmigo para lo que quieras; poco puedo hacer, pues sólo soy una estudiante; pero haré que mi voz circule por la red.
      Un abrazo y ánimo. No estás solo.
      Helena

      Eliminar
    2. Perdón, corrijo el apellido, que me he equivocado; es Abad Ruiz, no Abad Gonzalez.

      Eliminar
  3. Hola Dacio:
    Perdona que no te haya saludado antes. Aunque tarde, te he encontrado a causa del señor Abad Ruíz.
    No voy a repetir lo que me tiene en la red denunciado delincuencias oficiales. No obstante quiero agradecer tu trabajo y transmitirte lo único que me queda, el ánimo de seguir luchando.
    Ya te estoy siguiendo.
    Un abrazo
    Helena

    ResponderEliminar