El 26 F, día del estallido de la Primavera Rayista, ocurrió lo que siempre ocurre en estos casos: la lección popular fue ejemplar, el despliegue policial “egipcio” totalmente desmesuarado y sin proporción alguna y los “poderes fácticos” se encargaron con su lenguaje institucional (y algo siniestramente chulesco en el caso de Fernández Borbalán) de imponer su cínica compulsión aparentando –sólo aparentando- que todo procedía del orden natural de las cosas, despojando con ello a la festiva y ardorosa afición rayista de un alto porcentaje de su merecida victoria. Luego vino el mamoneo de toda la vida por parte de los “medios”: la prensa hizo una interpretación sesgada de lo acontecido denominando “golazo” o “tacón de oro” un simple centro (de tacón, eso sí) a la olla para que se intentase una segunda opción. El balón terminó entrando mansamente en la red entre una selva de piernas (unas más salvajes que otras, precisamente las de los niñatos señoritos). La prensa es así, cuenta sólo lo que le reporta réditos económicos, le va bien cultivando el espectáculo mediático, necesitado de cierta aristocracia popular. Aplica aquel apotegma de “no dejes que la realidad te estropee un brillante titular”. De haber sido de esa rocambolesca manera un gol del Rayo se habría insinuado el “churrete” o, en el mejor de los casos, la carambola.
Vallecas fue una fiesta en todos los sentidos, en el futbolístico y en el democrático también. Nada que ver con el sosias del Principe Felipe junto a su bella esposa votando el referéndum constitucional en Siria. Nada que ver con la masacre del estadio de Port Said ni en la pacífica afición festiva ni en los miles de GEOS. Otra cuestión son los ultrasur esos, cantando su cara al sol particular. Cosas...
Excitado con tanta manipulación se encontraba aún cuando llegó a casa el viejo Dacio Gil desde la Tribuna Alta Preferencia, pues las emociones y la indignación habían sido grandes. Echó una hojeada liviana a la prensa e indagó qué se podía ver en la tele para olvidarse un tanto de la tiranía del statu quo. Como los prejubilados truncos hemos sido convocado al banco para una próxima reunión que versará sobre Capital erótico y déficit sexual masculino, el programa de La 2 que recomendaba el ABC y que EL PAIS silenciaba por completo, captó la atención del rayista Gil. Era Documentos TV, se titulaba El imperio de los SinSexo, una producción francesa. La elección sin zapeo previo fue un acierto completo y también una esperanza pues denota que en la cadena pública caben aún programas interesantes. Pura sociología de la modernidad líquida. Antología de los daños colaterales afectivos. Posible profecía de lo que no sólo nos espera sino que está enseñoreándose ya de las relaciones actuales en las que la dominación es ya sobre uno mismo como individuo, toda vez que parece desaparecido el modelo hegemónico machista del que hablan las aristócratas de género. El “Yo y mis cachivaches” que diría el Ortega del siglo XXI. Una exposición sin ambages de las tendencias dentro del capitalismo erótico.
El imperio de los SinSexo se refiere a la realidad erótico-amoroso-sexual del Imperio del Sol Naciente y el sexo poniente en el que son valores esenciales la elegancia en los modales y la cortesía en el trato social. Sabido es que siempre se ha considerado que Japón goza de una cultura sexual muy rica en cuanto a ocio sexual, exhibición de belleza, cortejo y atractivo sexual y encanto de las mujeres. Sánchez Dragó lo ha publicitado sin tapujos y por ello fue criminalizado por las sectas feministas y retro-progres no hace mucho. Pero Japón es también uno de los países del mundo con más baja actividad sexual dentro del matrimonio. En esas coordenadas se presenta el documento exhibido por La 2 el 26 F (día de la Primavera rayista y del invierno sexual) en el que van apareciendo mujeres y hombres que desvelan su desafección amorosa, su tedio por la conquista, su desinterés por el climax compartido, su radical indiferencia por el gozo en pareja. El espectador termina convencido de que no son monstruos, sino productos culturales de una época. Los datos aportados son estremecedores pero verídicos: Estoy cansado/a; relaciones sexuales -cuando existen- cada medio año o a años completos; desaparición del sexo en las parejas estables de 40 o más años; dóciles muñecas (y muñecos en breve, si fuese cierto aquello de la igualdad de apetito sexual entre géneros) que se prestan a hacer el amor en todas las posturas del kamasutra; elegantes y discretos bares de copas y compañía femenina; fantasías sexuales solitarias en el “video-vox” con gran variedad de efectos especiales; etc., etc., etc.
Resulta obvio que la realidad va muy por delante de la ficción, y se comprueba que la escena de la película de Patrice Leconte La maté porque era mía (Tango), no hacía sino constatar la realidad en aquella reflexión en voz alta del juez Paul (Philippe Noiret) cuando lanza un florilegio de piropos a su amante…que resulta ser una gatita. Todo ello es recogido con detalle en último apartado del documento TV El imperio de los Sin Sexo cuando expone los Neko-cafés como círculo afectivo.
Sin darnos cuenta, hemos pasado de la familia nuclear a la monoparetal y de ésta al mundo de los singles con sus mascotas, exponencialmente crecido en la actualidad. Dicen que es una evolución lógica tras el proceso de individualización que sucede a las crisis sistémicas como las que padecemos. Al viejo Dacio Gil el sexo ya le pilla lejano pero reconoce que entiende bien poco de lo que está pasando: Lolitas; bellezas mudas, de tacto sedoso y articulaciones atléticas; eyaculación en vez de amor en orgasmo simultáneo y sincronizado; cabinas en lugar de tálamos; preciosas gatas en lugar de esculturales vedettes de largas piernas y contorneados cuerpos; desiertos sexuales compartidos... cuando no yuxtapuestos... El viejo Dacio Gil quedó aún más turbado y confundido tras ver el documento TV en la 2. Esa noche tardó en conciliar el sueño de tanto repasar el sedicentes Estado de derecho y la idílica igualdad ante la ley que se aplica en los campos de fútbol y en las audiencias judiciales, pero al sorprenderle por fin Morfeo se le apareció el espectro de Nietzsche con su enorme mostacho repitendo sin cesar aquella anfibológica sentencia intempestiva de "El hombre quiere que la mujer sea pacífica; pero en realidad es esencialmente belicosa, como el gato".
El Imperio de los SinSexo es un Documento TV que puede ser visionado en http://www.rtve.es/alacarta/videos/documentos-tv/documentos-tv-imperio-sinsexo/1333217/ . Merece la pena. Invita a una angustiosa reflexión sociológica. Cada cual (y cada cuala) deberá extraer sus propias conclusiones intentando ser cabal consigo mismo/a, como si se tratase de la contestación a un formulario de tendencias y hábitos sexuales de esos que solía enviar la extinta Sanidad Pública. Contestar el cuestionario... sin inflarlo de las “mentirijillas" que suelen deslizarse en esos casos…
miércoles, 29 de febrero de 2012
EL IMPERIO DE LOS SINSEXO.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario