miércoles, 27 de octubre de 2010

SÁNCHEZ DRAGÓ, LOLITAS Y REBAÑOS.

Menuda se ha montado. No cabe duda que nos hemos instalado en lo que Robert Hugues llamó la cultura de la queja, o lo que otros prefieren denominar la “trifulca norteamericana”. De un hecho insignificante o de dudosa relevancia las asociaciones aspirantes a Lobby y aquellos que en su soledad se rebelan contra su propia mediocridad ponen el grito en el cielo utilizando como pim-pam-pum a algún personaje público que se sale de la mediocridad reinante y dice algo singular o saca a la luz lo que los demás guardan en su soterrada caverna más primaria por miedo a ser desmerecidos por los otros infantiles mediocres. Pasa cada día: el que no se acepta a sí mismo (individual o colectivamente) intenta su minuto de gloria poniendo en la picota al que se tercie porque se destaca de los demás. Ahora les toca a Pérez Reverte y a Sánchez Dragó. Antes la emprendieron con otros. Rotación diabólica.

El viejo Dacio Gil no va a terciar en favor de Pérez Reverte ya que cree que no es preciso, pues la noñería plañidera del ministro más “bien” del anterior Gobierno al despedirse puede ser calificada tal como lo ha hecho Reverte. Mucho peor fue la enumeración de beneficiarios del reconocimiento agradecido del sr. Ministro: “los ordenanzas, los funcionarios, los laborales…” dijo el sr. Moratinos. Es mucho más grave que el sollozo el que el jefe de la Casa-Cosa Exterior no sepa que los ordenanzas suelen encuadrarse en la categoría de funcionarios o de laborales y, a los sumo, con la perversión “contra legem” de una ETT. Pero que en modo alguno son una categoría social o jurídica distinta. El sr. Moratinos pecó de lo que es, un señorito, pero nadie osó rasgarse las vestiduras. Este viejo Gil, al menos, no le dio importancia; tomó nota del detalle señorito del ministro señorito…y a otra cosa mariposa. Tomarla con Reverte parece, desde luego, inverosímil y desmesurado. Síntoma del infantilismo reinante. O del cinismo ambicioso engalanado de modernista.

A Fernando Sánchez Dragó no es necesario salir en su defensa: vende su producto maravillosamente porque está a años luz de la mediocridad reinante y siempre saca tajada de ello. Es listo y cuando los demás vamos él regresa cargado. Pero ni roba, ni mata, ni engaña vilmente ni siquiera peca a escondidas de manera rijosa. Lo que hace lo hace en corto y por derecho sin detenerse a pensar cuál de los colectivos de mediocres intentará alancerle en los medios. O ponerle las banderillas de fuego en Cataluña. A los mediocres no les gustan los espíritus libres y que se niegan a seguir de manera bovina a los demagogos y demagogas que aspiran a tapar todos sus pecados y sus flaquezas con promociones no del todo confesables.

¿Qué se puede esperar que se diga en un libro titulado Dios los cría…y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción…? Quien accede al libro de buena fe no puede esperar leer nada de la vida santa de Teresa de Jesús o de Ignacio de Loyola, o de los efectos benéficos de la ducha escocesa o, ni siquiera, los meandros dogmáticos del libro El joven de carácter del obispo húngaro Tihamer Tóth que el entonces jovencísimo Dacio Gil tenía de lectura obligada. ¿Qué pueden decir Dragó y Boadella de sexo o de drogas? Pues lo mismo que dirían y dicen Escohotado, Aute o Racionero. Pues claro: es de cajón de madera de pino. El periodista navarro que levantó la liebre seguro que no esperaba recomendaciones tipo Camino de san Josemaría o de la recopilación de aforismos de Karol Woityla. Entonces, ¿por qué se ceban con Dragó? Posiblemente por envidia o -como eso está de moda-, para dar una colleja a Esperanza Aguirre en el body tantra de Sánchez Dragó…como intentan los sindicalistas de Telemadrid a falta de otro tipo de movilizaciones estrictamente laborales y no políticas.

Sánchez Dragó no engaña a nadie. Bueno, sí, a quien se quiere dejar engañar. Siempre ha hablado de sexo sin tapujos. Y ahora en la juvenilmente cuidada edad provecta en la que está instalado a mucha honra –supone Gil- tendrá las fantasías propias de esa edad. Y las fantasías a esas edades, queridas amigas y queridos amigos de la delación, son siempre con lolitas. Pero son fantasías, pues una lolita no se fija en un provecto, prerrequisito imprescindible para poder trocar la fantasía en realidad, salvo que se trate de una consumada profesional. Un hombre en la edad tardía sólo puede seducir con su inteligencia (y en el caso del autor de Gárgoris y Habidis, acaso también con la retroeyaculación) y en eso Sánchez Dragó está, a no dudar, muy dotado. Una lolita muy culta se podría fijar en su seducción intelectual. Sánchez Dragó no es en modo alguno un pederasta; es imposible: carece de ocultación. El lío montado parece pro domo sua, montado por esa caterva de mediocres y mediocras que aspiran a ser Lobby, si no lo fuaran ya. Racionero ya hubo de salir con la intertextualidad cuando atacaban al PP en su dirección de la Biblioteca Nacional y Dragó se lo ha explicado ahora con claridad a todos esos envidiosos de lujurias contemplativas o durmientes a su propio pesar: es una anécdota literaturizada. A alguien tan vivido ( ¡qué envidia!), con tanta inteligencia (¡qué envidia!), y tanta cultura (¡qué envidia!), le tiene que ser sumamente fácil trocar los datos de una anécdota para hacer más impactante el relato literario en un libro tan específico como el meritado. Y, en buena lógica, eso es lo que ha hecho don Fernando. ¿A qué viene dudar?

Quienes acuden sigilosa y furtivamente a los Flowers de turno ¿acaso no van por las mujeres rumanas o brasileñas de aspecto infantil? Dacio Gil jamás ha penetrado en un hipermercado del sexo (o del amor, según la canción de J.L.Perales), pero sabe de lo que habla y ya tiene contada en otras ocasiones la anécdota de la estafeta de correos a la que acude y puede contemplar a las súbditas rumanas o brasileñas girando sus recaudaciones a su país para aligerar la economía familiar. Por otra parte, al viejo Dacio Gil no se le ocurriría escandalizarse al visionar una película porno comercial (ojo: comercial, que luego salen los y las meapilas del siglo XXI hablando de pederastia) en la que aparezcan mujeres con aspecto de jovencitas a las que es imposible solicitarles el carnet de identidad. Si es porno es porno y uno no espera en esa películas comerciales, por ejemplo, homilías sobre la doctrina social de la Iglesia o imágenes sagradas. Reducciones al absurdo como esa podríamos exponer en proporción geométrica. No cabe duda: es puro cinismo infantiloide o, peor aún, pura demagogia barata contra todos los intelectuales –y Sánchez Dragó lo es, y de altura- que no comulgan con las ruedas de molino de los gnomos, los retroprogres y los politiquillos conservadores seguidistas. Si la intencionalidad fuese derivada para abofetear a Esperanza Aguirre en el falo trajinado de Sánchez Dragó sería mucho más grave. Lo escandaloso es que este folloncito de salón se redujera a eso: una cuestión de política rastrera.

Lo único que consiguen estos hombrecillos y mujercillas que aparentan escandalizarse es publicitar aún más esa genial idea del turismo temático (“El Japón de Dragó”), ese viaje programado por Dragó con viajes Barceló. Muchos sólo por morbo querrán conocer in situ el lugar del literaturizado crimen, aunque sea escapando furtivamente con el autor desde Kioto a Tokio. Otros acudirán verbigracia con la esperanza de que sigan proliferando las lolitas literaturizadas. Sánchez Dragó no necesitaba de semejante publicidad, pues tiene seguidores en buen número que le acompañarán con sumo placer, pero la propaganda de estos mequetrefes meapilas del siglo XXI le facilitan el camino. El viaje temático será un éxito sin ningún género de dudas. Y a Dragó le vendrá bien pues trata de recolectar para ir posicionando a sus varias descendencias. Es lícito y nada execrable: Como un buen padre de varias familias

El viejo Dacio Gil dirá lo mismo que dijo respecto al yo a mis 67 años soy antisistema proferido por Francisco Fernández Buey. El usufructuario de esta Tribuna Alta Preferencia se acusa de haber tenido pensamientos fantásticos impuros con lolitas a su edad provecta. Y porque no dispone de monedero para gastarse los 5.000 euros del viaje y los otros 5.000 en fruslerías varias en el viaje programado para el 27 de noviembre, que si no se apuntaría. Vaya que si se apuntaría. A Kioto con extensión (sólo o acompañado de otros con Dragó) al Tokio de las lolitas anacrónicas (ya serán abuelas hoy en día, si es que existieron realmente) y literaturizadas. Aunque solo fuese para cabrear a esos sepulcros blanqueados de la trifulca norteamericana que miran presente y futuro por el espejo retrovisor.

Ya lo dijo Brassens: No se hace ningún daño queriendo vivir fuera del rebaño.

1 comentario:

  1. Tenga por favor indulgencia el eventual lector por la osadía del viejo Gil autocomentándose. Resulta obligado, casi como una coda.

    Ha Tenido noticia Gil de que los dobermanes del Movimiento -que no respentan a persona alguna aunque proclaman no-se-que progresismo mendaz- han conseguido que Viajes Barceló cancele el "viaje temático" anunciado con todo lujo publicitario en rojo. Lástima. ¡Esa es la cara más auténticamente prosaica de la Gobernanza y la democracia de mercado! Viajes Barceló se ha ido por la patilla en plena descomposición intestinal y económica para que los dobermanes no ladren delante de sus sedes.

    Lástima, lo mismo que los mercaderes pretendidamente "indiferentes" hicieron ante la jauría de las juventudes hitlerianas. El dulce hedor del dinero. La misma cantilena de siempre: el mercader mira sólo por su dinero.

    Ahora que parece haberse abierto la subasta para que todos lapiden mediáticamente a los funcionarios, que los ciudadanos tomen buena nota de lo que nos espera con la "gobernanza" una vez subastados patrimonios y funcionarios: la cobardía del dinero, que no reconoce nada más que el vil metal.

    Al viejo Dacio Gil no le transmite casi nada la imagen política de doña Esperanza Aguirre, pero ante los ladridos intimidadores de los dobermanes en su "trifulta norteamericana" ha demostrado reflejos culturales y cintura política.
    No nos engañemos, tal como están las cosas, doña Esperanza Aguirre está más cerca de la política del siglo XXI que esos sectarios meapilas de la naderia "ideologizada", correctita ella.
    Perdón por la osadía del autocomentario. Nobleza ética obligaba. Siquiera como "post scrptum".

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