lunes, 24 de abril de 2017

TEMER A RAJOY

Y de nuevo se han vuelto a juntar. Debe de ser que no encuentran otro corresponsal que se ajuste a sus respectivas  morfologías y paupérrimas imágenes. Así les luce el pelo (uno más teñido que el otro). Uno detenta el poder tras un golpe de estado judicial contra la presidenta legítima en un contexto de enorme corrupción. El otro es elevado a hombros por una trama corrupta que los jueces no terminan de hacer que ven. Esas son sus legitimidades respectivas. Temer y Rajoy. Rajoy y Temer
 
La imagen (por segunda vez en un año) vale más que cualquier palabra. Pero es desolador lo que ese perverso solipsismo viene a representar.

La cuestión es ¿a quién temer?  Posiblemente a los dos y la parte de la sociedad internacional que los consiente. Las perspectivas comparadas no son nada halagüeñas.

lunes, 3 de abril de 2017

ECUADOR, LOS ECUATORIANOS Y EL AFÁN DEMOCRATICO.



Hoy es un día hermoso para la idea de democracia en el siglo XXI. Un vocablo tan manipulado por el capitalismo de concepción liberal se ha visto fortalecido por la decisión cabal del buen pueblo ecuatoriano. Ojalá esta nueva señal que Ecuador aporta al mundo sirva para fortalecer la democracia del mismo modo que lo ha hecho durante estos prósperos 10 años de modernización institucional y engrandecimiento de la participación en un contexto de mitigación de las  desigualdades  liderados por Rafael Correa.

Ha habido una campaña endógena y exógena  literalmente brutal para dificultar el acceso al gobierno al buen político que es Lenín Moreno, pero el juicioso y trabajador pueblo ecuatoriano, una vez más y en momentos de dificultades económicas notables, ha sabido distinguir el grano de la paja. No en vano durante esta pasada década la ciudadanía ecuatoriana ha sido ejemplo indeleble de buen vivir integrando múltiples puntos de vista.

¡Enhorabuena Ecuador! Ojalá los naturales de esa maravillosa tierra sigan aportando al resto del mundo ejemplos y líneas argumentales de lo que debe ser la democracia deliberativa y el compromiso social. Latinoamérica debe ser el núcleo que ilumine en esta noche oscura que peligrosamente se cierne sobre el Occidente manipulado. Lenín Moreno tiene todas las condiciones para ser el faro que nos conduzca a otro futuro posible. Condiciones de liderazgo globalizado tiene en abundancia. 

¡Gracias por el ejemplo ecuatorianos queridos! Y no desfallezcáis ante las innumerables celadas que, por diferentes medios, intentarán poneros los insaciables liberales de rapiña. 

  

miércoles, 11 de enero de 2017

EL FARO: ZYGMUNT BAUMAN

El viejo Gil se enteró de la noticia tras un día de poda. De poda exterior e interior. El mes de enero es poda, posiblemente porque los circuitos vitales se aletargan, o porque -en el caso de los humanos- la desmesura consumista de las fiestas navideñas termina por pasar factura a los más debilitados. Al conocer lo sucedido el viejo Gil entró en una fase de desconsuelo: se había marchado quien le introdujo por los recovecos y meandros de las ciencias de la sociedad y de los seres humanos. Con su desaparición se quedaba sin guía. Siendo como era tan lúcido y longevo ya había   creído Gil que el maestro era eterno también en el plano físico. Pero no, Zygmunt Bauman, cumplida con enorme suficiencia su misión en esta vida, no pudo con los enemigos que le acechaban y a los que resistió tanto tiempo sin perder lucidez ni clarividencia.

El viejo Gil descubrió a Bauman desde la sociología de la modernidad, pero le atrapó para siempre con Modernidad y Holocausto. El viejo Gil suportaba a duras penas el cruel acoso en el CSIC -una organización pública completamente prescindible por más que quisiese calcarse al CNRS francés- y la lectura  de aquel libro aportó la fuerza necesaria para aguantar el acoso. Ese libro y Eichmann en Jerusalén de Hannah Arendt (junto a los libros de Piñuel, Hirigoyen, Molina Navarrete y otros) aportaron los elementos para intentar comprender lo que ocurría en el CSIC mientras la organización judicial trataba de hacer que no veía, lo que nunca quiso ver.

Más allá de apreciaciones personales, es evidente que se ha marchado un auténtico faro sobre la sociedad en la que nos desenvolvemos. Su concepción sistémica de la liquidez del mundo ya será para siempre de Bauman, sólo de Bauman. Y lo peor es que no se atisba un sucesor por más que -con cierto calzador- se nos trate de situar en esa condición la exótica figura de Byung-Chul Han u otros similares. Pero no, ya nadie podrá igualarle.

En este momento de homenajes póstumos y obituarios, el viejo Gil no cansará al eventual lector -si es que lo hubiere- destacando la amplitud de su obra y la enorme influencia que se dimana de ella. Se limitará a recomendar una lectura sosegada de Legisladores e intérpretes o a rebuscar entre líneas de Mundo consumo -tal como recordaba recientemente la inquieta Andrea- la anécdota de las abejas de Panamá (anterior al impacto de los papeles de ingeniería financiera del despacho de abogados Mossak Fonseca; insectos ambos pero de distinta naturaleza) sobre la necesaria acomodación antropológica de las ciencias sociales, verdadera obsesión de Zygmunt Bauman.

Destacar en esta hora todos los enormes méritos de Zygmunt Bauman resultaría redundante, máxime si proviene la semblanza de un humilde jubilado. Pero en este momento, cuando Gil se percata de su doble  de orfandad, permítasele este sentido tributo sin otras pretensiones que la verdad proferida por un acosado institucional. Gil  seguirá tomando a Zygmunt Bauman como guía los días que le resten por vivir. Y espera que los jóvenes sepan extraer de los consejos que fue vertiendo la fuerza mental, intelectual y física para revertir las derivas que se aprecian en este mundo: un enorme acoso de los ricos sobre al resto (¿precariado todos los demás?).

Sin duda, el viejo Gil seguirá prefiriendo la estela de Bauman a la de  Juan March, el modelo en el que se basan los que se encuentran en plena secesión. Bauman siempre será otra cosa. 

Afortunadamente para quien tenga perspectiva social... a pesar del desconsuelo que no nos pueda seguir sugiriendo nuevas líneas de pensamiento crítico.    

lunes, 5 de septiembre de 2016

EL PIRATA

En la sociedad actual hay demasiados piratas. Hay piratas y piratas, pero cierto es que deambulan ya a su antojo por las más altas cotas de las magistraturas de los Estados.
Dios los cría y ellos se juntan. En el estrecho ataúd que habita inmóvil el viejo Gil junto a sus gusanos de cámara, plácidamente angustiado por la inmovilidad, ha visto más turbada su quietud con la foto de los dos. Ambos riéndose. Acaso se rían de sus pueblos. Aunque eso sería muy triste. Mariano y Michel. Temer y Rajoy. Ambos juristas. Ambos al abrigo de los presupuestos públicos para no sentir los rigores que otros (el 99%) sufren.
A Rómulo Varillas y al viejo Gil la foto en cuestión nos ha producido miedo de lo pueda estar por venir. Y ya es raro que el bueno y grande de Rómulo Varillas se turbe más tras todo lo que vivió y ve en su Perú natal. La primera voz (el antológico falsete) de "Los ídolos del pueblo", de los inolvidables Embajadores Criollos, que tan característicos hizo boleros, valses y polkas, se acercó al viejo Gil con aguda voz diciendo ¡Piratas, son piratas! mientras blandía la dichosa foto.
Y, efectivamente, hay que ser un pirata para comparecer riéndose con uno de los muñidores del golpe de estado judicial perpetrado en Brasil entre un juez apellidado Moro, un parlamento fragmentado en sectas y únicamente cohesionado por la corrupción. Posiblemente, también
canonizado desde el exterior. Parece que Mariano y Michel tratasen de relegitimarse burdamente tras sus burlas políticas al pueblo. Un pueblo que, de seguro, sentirá repugnancia por la trayectoria de ambos.
El viejo Gil se lo ha preguntado a sus gusanos: ¿Existe la decencia en la sociedad turbocapitalista? ¿No somos objeto de una brutal manipulación? Gil no ha recibido respuesta alguna de sus gusanos vecinos.
El viejo Gil ha aprendido de su compadre Rómulo Varillas, que existe toda una vida llena de matices dentro del pueblo. No en vano fue la primera voz de los llamados ídolos del pueblo.
Y se extasía escuchando tonadas como el tísico, el inculpado, el plebeyo, el pirata,
clavel marchito y tantas otras mientras espera ilusionado que el pueblo vuelva a tener ídolos de verdad como lo fueron Los Embajadores Criollos hace ya bastantes años. Los otros piratas solo conducen a la desolación de casi todos y al beneficio del 1%.


sábado, 7 de marzo de 2015

MARCA GUATESPAÑA, RECIDIVA.

Con el máximo sigilo y esfuerzo intenta de nuevo el fiambre Dacio Gil levantar discretamente la tapa de su sarcófago para excepcionalmente alzar su hilillo de voz para rememorar cuanto vino diciendo sobre impunidad guatemalteca y Marca Guatespaña. Es notorio que nada puede cambiar dentro esto que se viene en llamar el Sistema o el Régimen.

El teñido señor Rajoy ha acudido a Antigua Guatemala a hacer turismo y a cobrar de paso sus correspondientes dietas (no se sabe  el calcetín que habrá de guardar para cuando le vengan mal dadas -¡que habrían de venirle en breve!- por la financiación irregular de su partido, el PP, y el fraude continuado a las españolas y españoles) para intentar lavar su embarrada imagen.

A sus asesores (estos franquistas enlodados han perdido el norte y están anonadados y nerviosos con el advenimiento de la "nueva política") no se les ha ocurrido mejor idea que hacerle abrazarse con ... ¡Otto Pérez Molina!, por así decir en clave irónica, "un demócrata de toda la vida". Dios los cría y ellos solítos se juntan. Al menos al exmonarca sus asesores (más acuciados y avezados) lo mandaron de viaje para que intentara por todos los medios salir en la foto abrazado a Pepe Mujica, cuya talla ética y moral no resiste comparación alguna con Otto Pérez Molina.

La Marca Guatespaña de nuevo.
Así, esto ni tiene arreglo ni nos conduce a otra cosa que la nuda servidumbre en la que nos han postrado.

jueves, 29 de enero de 2015

RASKAYÚ GIL DE CIBELES A SOL AL FINAL DE ENERO



Decíamos ayer que ser antisistema es sinónimo de ser optimista. Con el atinado Naces, consumes, mueres del Colectivo Primas de Riesgo se sumergió el viejo Dacio Gil en su sepulcro siguiendo las indicaciones de Edward Snowden.

Es sabido ya que el viejo Dacio Gil es un triple o cuádruple Raskayú (cimera es la versión de Bonet de San Pedro con los 7 de Palma) pues tras la muerte civil en el CSIC, por decisión estrictamente personal optó por la muerte laboral voluntaria y hoy se precia de haber dejado hueco para la empleabilidad juvenil –que el Gobierno hurta a los jóvenes para ofrecer su tributo a los amiguetes bajo veste de contratación por obra o servicio- siendo ya  oyente de pleno derecho en el pudridero nacional que es España dentro de su contexto europeo, aunque aún le restan por resolver algunas fétidas sevicias de Mobbing judicial corporativo.

El amable lector –si es que lo hubiere- permitirá que el todavía veterousufructuario de esta Tribuna Alta Preferencia levante levemente la tapa de su sarcófago y rememore la frase de Joseph Roth que debería ser lema de la gente decente: “Un único hombre al que le importe un bledo que peguen a un judío es más nocivo que los diez que lo apalean. Al judío, al gitano, al pelirrojo, al de los ojos verdes. De ahí que, comparada con la “neutralidad” de algunos, la bestialidad sea casi llevadera. EL ENEMIGO COMÚN, EN RESUMIDAS CUENTAS, ES EL INDIFERENTE". 

Sobre todo esto recapitulaba hace unos días en su sepulcro al hilo de la brillantísima e impactante adaptación del Rinoceronte de Ionesco hecha por Ernesto Caballero en la que todo lo sustantivo y adjetivo, lo objetivo y lo subjetivo resultan geniales. Pecado de lesa decencia habrá sido perderse tan monumental obra teatral. Caballero debe ser el único que se salva del tremendo hundimiento institucional que padece España. Deberíamos alzar a Caballero como positivo paradigma de la  reinstitucionalización de  España con el aire fresco que se anuncia en la Europa del sur para no terminar muriendo todos de asfixia  aplastados por el Monstruo Amable, el Rinoceronte mostrado por Ionesco-Caballero.

Apelando a la indulgencia del amable lector –si es que alguno hubiere-, el viejo Dacio Gil se repetirá al modo que lo hace Zygmunt Bauman –a mucha honra de Bauman, por supuesto- recordando aquellas palabras de Peter Noll en su libro palabras sobre el morir que ya aparecieron en esta Tribuna Alta Preferencia. Hermanan hoy, el Noll trascrito con el Bauman del recientemente editado antiguo libro Mortalidad, inmortalidad y otras estrategias de vida en el que reflexiona sobre la relación entre muerte y moralidad. Y ambos hermanan con los luchadores teatrales Petra Martínez y Juan Margallo y su aleccionadora obra  ¡Chimpón!  en su impagable papel de tábanos, búhos, gayos -¡ni más ni menos que vallecanos!- frente al Rinoceronte:

 "La mayoría de las personas se tranquiliza al saber que los títeres del aparato ostentan el poder en todas partes, pues opinan que no cometrán ninguna tontería. Sucede justo al revés. La estupidez o locura no son individuales, sino que, por el contrario, algo mucho peor, son colectivas, colosales e inevitablemente inherentes al sistema. Nadie se responsabiliza de ello. Los sistemas actúan de forma totalmente lógica y razonable, y lógica y razonablemente desencadenan la destrucción total (...) Los títeres de los aparatos actúan según la ley, la ley de la destrucción mútua. Sus ideas jamás son insólitas, y carecen por completo de la capacidad de imaginar el futuro. En este sentido no saben siquiera qué están haciendo (...) En todos los sistemas son los títeres quienes ostentan el poder, los mediocres, los corrientes, los adaptados, los no creativos. Serán ellos los que causarán el ocaso del mundo, y no los locos y los inadaptados. ES NORMAL QUE DEL SISTEMA NO SURJAN PERSONAS CAPACES DE ROMPER CON LAS LEYES DEL SISTEMA. Sólo este factor irrealizable nos podría salvar aún."

Por pura coherencia el viejo Dacio Gil, desafiará las inclemencias del tiempo y todas las mordazas “antiviolencia” (oxímoron de los oximorones)  que -si no intentamos evitarlo entre todos- nos terminarán devanando los sesos (el estado de shock descrito por Klein), ajustará la tapa de su sarcófago al tamaño de la  mochila en la que suele transportar su CPAP cuando sale a bailar las sardanas con el resto de los esqueletos, convocará a sus truncos hermanos de la ATP y con la mejor sonrisa se cargarán todos de esperanza para transitar el próximo 31 de enero por Madrid desde Cibeles a Sol contra la desesperanza inducida institucionalmente.

Convencido está de que juntos PODEMOS desestabilizar al Monstruo Amable que tantos cadáveres tiene primorosamente acumulados bajo la advocación de la Santa Trinidad.

Convencido está de que juntos PODEMOS intentar una nueva institucionalidad mucho más digna.

Juntos PODEMOS: el enemigo común es el indiferente…que siempre termina en el bando de los Rinocerontes.

martes, 4 de junio de 2013

NACES, CONSUMES, MUERES



Andaba el viejo Dacio Gil realmente afectado por dos noticias de prensa, no por cotidianas menos dañinas. Por un lado la estremecedora crónica del vía crucis judicial-policial vivido por Dolores Vázquez (http://politica.elpais.com/politica/2013/06/02/actualidad/1370190300_472322.html ) en el que el representante del ministerio fiscal, Francisco Montijano, hace unas reflexiones propias de Adolf Eichmann: “actuamos con la mayor honestidad (…) construimos una versión que era absolutamente coherente”. El juez, el cruel y despiadado juez (Román González dice llamarse) se manifiesta como una tumba mora: para no debilitar aún más la insostenible debilidad social de la justicia. Las disputas entre cuerpos policiales son normales y frecuentes. A todo esto se le suele llamar error institucional o error judicial. Hay una inmensa historia de errores judiciales y de aquelarres en las instrucciones y en los juicios. Engrosan esa abstracta historia de los errores judiciales que con absoluta naturalidad deglute y metaboliza el sistema. Montijanos, Gonzáleces  e impersonales y burocráticas informaciones policiales hay a espuertas. Suelen hacer su trabajo a imagen y semejanza de Adolf Eichmann. A las víctimas, como carecen de voz y, en aras a un supuesto interés general más burocrático que humano, se les  trata de amputar de manera feroz (¡y peseudocientífica!) la credibilidad: No les cabe más que sufrir en silencio. El sedicente interés general y la estabilidad de las instituciones vienen a legitimar tal estado de cosas. Las reparaciones proporcionadas suelen brillar por su ausencia y la petición de perdón de los verdugos institucionales llega tarde mal y nunca.


Por otro lado, la noticia de la marca Guatespaña  (http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/02/actualidad/1370202825_270948.html) confirmó en sus fundadas sospechas al veterousufructuario de esta Tribuna Alta Preferencia. Nunca ha entendido bien  eso de la marca España, actuando  el monarca de primer técnico comercial  escudado por los cabezas visibles de las marcas comerciales  campantes por los campos de la globalización. La venta de esa marca del país de las maravillas escindida de la realidad de los desahuciados, de los jóvenes sin futuro ni salida, de los funcionarios confiscados, de la voleybolista holandesa descuartizada, de los Gürtel y Bárcenas, de los EREs, y tantas glorias más tiene que provocar una enorme disonancia cognitiva a sus promotores – si es que les resta vergüenza aún- y extremo dolor al colectivo de vidas desperdiciadas y excluidos. Una joya de medida, vamos. Pero hete aquí que nuestros paisanos de Guatemala han echado a andar la marca Guatemala Investment Summit como una cortina de humo publicitaria en la que la economía se impone a la coherencia social y política y, desde luego, jurídica. La noticia de EL PAIS desliza que “en un país donde las páginas de sucesos son un parte de guerra, el llamado Guatemala Investment Summit ha copado portadas y ha relegado la corrupción y las masacres que, sin embargo, siguen llenando la prensa”.


A los descreídos de que esto sea Guatespaña esta noticia les habrá sonado a conocida. Al viejo Dacio Gil le ha abundado en su convicción, pero le entristece y le produce vértigo ante el enorme precipicio que se muestra a nuestros pies. Tratando de asimilar ese cruce de noticias, se acogió a una sugerencia recibida en este blog y se acercó la tarde del domingo, de riguroso incógnito, a la sala AZarte de Madrid a presenciar la representación de la obra Naces, consumes, mueres. El gran mercado del mundo, puesta en escena por el colectivo teatral Primas de Riesgo. Visto en perspectiva, resultó un enorme acierto. Ejemplo de que el  ser humano suele acertar en las encrucijadas difíciles.


Últimamente  han ido apareciendo libros que tratan de aclararnos algo cuál pueda ser el sustrato ético del mercado. El norteamericano Eduardo Porter (Todo tiene un precio) ya nos introdujo sobre el valor de los  vertederos y los desperdicios así como las maneras en la que la cultura distorsiona los precios (carne de caballo, estofado de perro, lanzamiento de enanos, comercio de óvulos, pecado de usura, comercio renal,  etc., etc., etc) y recordaba casi al final del libro –siguiendo las memorias de Herbert Hoover- aquella frase de un Secretario del Tesoro de EEUU llamado Andrew Mellon que, al referirse a la crisis de la Bolsa de 1929, dejó para la posteridad aquella lapidaria sentencia: “Liquidar la mano de obra, liquidar las acciones, liquidar a los granjeros, liquidar las propiedades inmobiliarias… Purgar la podredumbre del sistema”. Recientemente, un profesor de ciencia política, Michael J. Sandel  (Lo que el dinero no puede comprar. Los limites morales del mercado) ha intentado encontrar las bases éticas mismas del mercado, señalando que la lógica de la compra se extiende ya a cualquier aspecto de nuestras vidas y que cualquier cosa que sea útil se encuentra automáticamente legitimada por su precio en el mercado (matar en un safari un rinoceronte en peligro de extinción, el derecho a ser inmigrante en EEUU, los sobornos institucionalizados que corrompen la democracia etc., etc., etc).  Ya está tan arraigada la supuesta legitimidad del mercado que parece haberse extendido a todos los actos de la vida cotidiana, de manera que la socióloga Catherine Hakim habla de capital erótico, políticas de deseo y economía sexual de las relaciones privadas. Para alcanzar la “combinación de elementos estéticos, visuales, físicos, sociales y sexuales, que resulten atractivos para los otros miembros de la sociedad” es necesario el dinero rosa, blanco, negro, rojo o amarillo, pero dinero al fin. De ahí el auge de los autoservicios de emparejamiento y los speed dating, las grandes cocottes, grisettes o lorettes, las geishas de formación o la tradición brasileña –y ahora china- del viejo que ayuda o las estudiantes-amantes (“los hombres adquieren capital erótico de forma general, especialmente si optan por la experiencia novia. Pagan por mirar y tocar cuerpos estupendos, por ver caras guapas y por recibir una sonrisa de bienvenida de jóvenes a quienes suelen llevar veinte o incluso treinta años”).  En esa trepanación mediática de bellas junto a deportistas, toreros o banqueros (intercambio de atractivo físico por poder económico o mediático)  es aplicable la teoría de los bienes Griffen, es decir: algo que se vuelve más deseable cuanto más caro. La socióloga Hakim, por su parte, recomienda en el campo de la sexonomía que las mujeres aprendan a regatear y negociar con los hombres para conseguir mejores condiciones y mayor reconocimiento de su aportación a la vida privada y llega a concluir categórica: “Dicen que la belleza vale tanto como una tarjeta American Express…Las mujeres tienen que aprender a pedir mejores condiciones, tanto en la vida privada como en la pública. Reconocer el valor social y económico del capital erótico puede desempeñar un gran papel en estas negociaciones”.  


De todo esto y mucho más trata la obra de Ernesto Caballero que el Colectivo Primas de Riesgo han llevado a la escena de la mano del auto sacramental de Calderón de la Barca y bajo la atenta mirada de la actriz –ahora conjugando esa condición con la de directora-  Karina Garantivá. Cuatro chicas jóvenes se plantean todos los problemas del mundo bajo el prisma de la economía, la espiritualidad y los excluidos y descapitalizados. Cuatro puntos de vista que, juntos, conducen al espectador a la sutil frontera de la comedia y la tragedia. De las víctimas que se niegan a aumentar la lista de los verdugos. Karina, Julia, Sandra y Paula van desmenuzando la realidad hasta que, llegadas a determinado punto en su insubordinación con lo que está aconteciendo, se pasan una a otra la gran pelota de la globalización. Julia (Moyano) se rebela con causa y reclama autenticidad, llagando a  imprecar a los alemanes en su propia lengua, parece pesimista pero en modo alguno lo es; Karina (Garantivá) trata de ser posibilista intentando reanimar al muerto aún insepulto (¿la sociedad de mercado?), reconoce y expone las trampas del mercado pero busca alternativas lógicas; Sandra (Arpa) ejerce de intelectual, su mesura y equilibrio propulsan al grupo de manera soft; Paula (Rodríguez) es el impulso juvenil, el optimismo que niega para sí y para las demás la exclusión que parece imponerse a un coste humano elevadísimo.


Merece destacarse que se trata de una obra que parece destinada a un público joven (están cuidados hasta los mínimos detalles de vestuario y demás modos teatrales) pero hace pensar –y reír y llorar, casi- a la generación que ha traído, o al menos consentido su llegada, este estado de shock que nos atenaza y empobrece: la de sus padres. Perfecta como eje y en constante crecimiento profesional Karina Garantivá; extraordinaria en la serenidad que transmite su mensaje  Sandra Arpa; impecable a la par que imaginativa, indignada y pegada a la realidad social Julia Moyano; clásica y modernísima a la vez Paula Rodríguez representando a una juventud que baila y canta mientras busca alternativas optimistas al desastre heredado.


En El Gran Mercado del Mundo de Calderón-Caballero-Garantivá no hay títeres -¡faltaría más, si las cuatro se rebelan contra el estado de cosas!- pero sí caretas, las de Lagarde, Merkel y Draghi que se aparecen entre velas, cava y una desautorización informada que es artillada desde cuatro polos juveniles conjugados pero singulares. En la función a la que asistió el viejo Dacio Gil, dos jovencísimos espectadores (no alcanzarían los 21 años entre la pareja) situados en primera fila de butacas  expresaban  a la perfección la agitada atención que embarga al público a lo largo de esta obra. Las cuatro actrices parecen ejercer la portavocía de todos y cada uno de los espectadores.


Sigmund Freud vino a mantener que cultura y justicia acontecen en el mismo momento si van acompañadas de una visión ética. Eso es lo que hace el Colectivo Primas de Riesgo en la obra  Naces, Consumes, Mueres: por medio de la obra teatral desarrollan una estrategia de visibilización de la víctimas, ya que en este mundo en el que vivimos  tal categoría la integran especialmente hoy los jóvenes. En un momento en que la moda parece ser un teatro alternativo casi minimalista en el que podrían caber obras de distinto pelaje, Karina, Paula, Julia, Sandra elevan el nivel a cotas impensables y con esa cercanía clásica que transpiran las obras de Ernesto Caballero recuerdan en el escenario que la obligación de pensar, adoptar partido y no ser indiferentes es una obligación intergeneracional.


Deberíamos fomentar entre todos que los jóvenes de cualquier edad viesen esta obra. Sin Riesgo. Las cuatro Primas traspasan los límites del escenario.