lunes, 7 de febrero de 2011

VIOLENCIA SIMBÓLICA (DE GÉNERO) EN LA ARISTOCRACIA: EL NUEVO CUARTETO DE LA ZARZUELA.

Es tal el hartazgo que tenemos con la insistencia con que nos han metido por todos los medios el romance de la aristócrata por antonomasia y “el funcionario” que todos nos creemos ya o princesas o funcionarias con posibles bodas como las de Sisí. Y mira que hay para hablar y debatir sesudamente sobre aristocracia y sobre funcionarios. Empezando por sus próximas exequias anunciadas y terminando por los nuevos y masivos bautizos de “arrianos”.

El sabio Pierre Bourdieu ya nos tenía prevenidos sobre todo ello: la nobleza de estado; los ritos de admisión e investidura; la distinción; la reproducción; los herederos; sobre la televisión; la dominación masculina; los solteros, etc., etc., etc. Pierre Bourdieu tocó –y nos puso sobre aviso- como nadie hasta ahora de las perversiones institucionales que acechan a diario al ciudadano corriente. Especialmente sus teoría sobre campo (quienes intervienen en cualquier juego son los primeros interesados en que el juego se perpetúe eternamente: luchan por la apropiación del capital que el campo genera ), habitus (no hay estructuras sociales inmodificables, pero sí distribución desigual de sus capitales) y capital simbólico y violencia simbólica (quienes tienen el “poder de hacer cosas con palabras” pueden imponer su visión particular de la realidad, diferenciar socialmente y construir y clasificar grupos sociales; la violencia simbólica no es sino la manifestación de los “ritos de institución” como mecanismo de reproducción social) deberían ser valores imprescindibles del catecismo del buen ciudadano activo. Puede decirse que el sociólogo francés, buen conocedor de la Argelia árabe, nos previno de lo que nos estaría por pasar: nada nuevo bajo el sol, simple revoco lampedusiano.

El viejo Dacio Gil siente una sana devoción por Bourdieu. Por eso no daba crédito a Cuca cuando le anunció la identidad de los nuevos bautizos de arrianos borbónicos. “No puede ser. Venga ya. No me vaciles Cuca.” -espetó abruptamente el viejo Gil a la bella Cuca. Pero, como siempre, Cuca se ajustaba a lo acontecido. El autoproclamado hermano del rey hachemita y de la monarquía jordana se había dejado convencer por sus asesores poniendo su dedazo en cuatro hombres que en adelante serían (ellos y sus descendientes) aristócratas. ¡Cuatro hombres y ninguna mujer! ¡Y todos del Régimen! ¡Madridistas ellos! El viejo Borbón debe de haber perdido muchas facultades al no reparar en que no había ninguna mujer, ni ningún culé, ni ningún rayista, que, hoy por hoy, son los líderes naturales en sus respectivos ámbitos. Hasta los consejeros polisinodiales supuestamente más sesudos y selectos desvarían y demuestran su auténtico nivel liliputiense. Una prueba evidente más del sempiterno sainete. ¡Esto es España, señores!

Lo de hacer marqués al parvenú Del Bosque y no hacerlo “ex aequo” con Luis Aragonés no tiene ni zapatones ni cabeza. Lo mismo que hacérselo a Varguitas olvidando a Sánchez Dragó o a don Fernando Arrabal entre otros muchos, como, verbigracia y visto lo visto, a Slavoj Zizek que también dice amar España. ¿Y qué decir de un madridista derrotado como Villar Mir si el pintiparado del Régimen era Florentino (no Arzuaga sino Pérez)? Parece que los asesores reales han errado "embid-ando" a perdedor. Lo mismo puede decirse de un miembro gris -y mercantil él, como todo el Régimen- de un desacreditado Tribunal (es un decir, pura retórica) Constitucional estando vivo aún Secondat- Jiménez de Parga, imagen viva de la transición de regímenes hispana.

La nueva aristocracia es, en efecto, paradigma de las transiciones hispanas: concatenación desnuda de “bautizos de arrianos”. Sentado lo anterior, hay que reconocer que el cuarteto de la Zarzuela es un auténtico dislate. Los consejeros regios (¡que diferencia de asesores con el atinado australiano del rey tartaja británico de la película de Tom Hooper!) como siempre demuestran defectos consustanciales en las lentes con las que perciben a la sociedad española. Desconocen lo que piensa el pueblo…y los Lobbies femeninos.

El desliz de la omisión de una mujer en los cuatro jinetes de la aristocracia borbónica es de género chico. Dicho esto sin amplio espectro irónico de ninguna índole. ¡Falta -es obvio de toda obviedad- Belén Esteban si lo que se buscaba era un exponente popular! ¡Falta una mujer con apellido y piernas ilustres, como, por ejemplo, Bárbara Rey! ¡Falta una mujer latigazo entre los jinetes como, por ejemplo, Paloma San Basilio! ¡Es muy notoria la ausencia de una bella mujer políglota y popular como Raffaela Carrá! Y faltan otras tantas más, que en el mujerío hay muchas y muy buenas candidatas a Grandes de España para poder salir luego en las revistas tipo Telva.

Y el lobby paritarista silente en este caso como una tumba mora (con perdón respetuoso de Túnez, Egipto, Jordania y otros que han quebrado el tradicional silencio sumiso). El viejo Dacio Gil hubiera propuesto si le hubieran consultado a Lou Salomé como Emperatriz, pero es claro que no están los tiempos para mujeres sólidas. Como tampoco lo están de hombres, como demuestra la dificultad para encontrar bautizables en aristocracia con cierto barníz populista.

Acaso seamos todos republicanos y las cámaras polisinodiales aún no se han percatado todavía de ello: gustan de la vida en diferido. O tal vez les importan un bledo los republicanos por mas que hablen una y otra vez de republicanismo cívico. Son madridistas y ya está. Ni rojos (¡vade retro Satanás!) de La Roja ni gaitas: sólo madridistas más o menos ilustrados y bien situados. Nada de gleba ni sans culottes. Instalados en el Régimen con cierto discreto aroma popular y basta.

Las pocas monarquías supérstites en el universo en pleno siglo XXI se empeñan en salpimentar su campo, su habitus y su capital social con populismo en dosis homeopáticas. Así les va.Y así de cercano tenemos el resultado. Nos hemos salvado de que nombraran marqueses al Dioni o a Roldán pero todo parece puro desatino: Marqués de Del Bosque, Marqués de Vargas Llosa, Marqués de Villar Mir y Marqués de Ibéas (y no de Menéndez, acaso para que no haya confusión con Juanjo Menéndez, pues la aristocracia es muy, pero que muy seria).

Visto lo visto, muy cerca estamos de la esponsorización de la monarquía hispana, que en breve ya no será Borbón sino Hacendado, Porcelanosa, Corte Inglés, Santander o Zara. Se nos ha disipado la esperanza de ver convertidos en marqueses a Sabina, Carrillo, Carod Rovira o similares. Aunque el viejo Dacio Gil se malicia que lo de Zapatero está al caer…

Lou Salomé se inquieta con el constante desvarío Gil con la violencia simbólica. Sostiene que al usufructuario terapéutico de la Tribuna Alta Preferencia le falta amor. Acaso esté en lo cierto. O puede que sólo le muevan los celos por lo de Del Bosque y Villar Mir. A ella, que debe de ser del Rapid de Viena o del Zenit de San Petersburgo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario